Guía de práctica clínica no ges para el tratamiento de adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Ministerio de Salud. Guía Clínica para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años
con Depresión. Santiago: MINSAL, 2013.
Todos los derechos reservados. Este material puede ser reproducido total o parcialmente para fines de diseminación y capacitación. Prohibida su venta.
ISBN . Fecha 1ª edición y publicación: junio 2013.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
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FLUJOGRAMA DE MANEJO DEL ADOLESCENTE DE 10 A 14 AÑOS CON DEPRESIÓN
PESQUISA, SOSPECHA Y CONFIRMACIÓN DIAGNÓSTICA
Detección de Factores
Controles de Salud
Consulta de Morbilidad
Atenciones de Urgencia
Controles de salud
general con exploración
de sintomatología
Consulta a Médicos
Generales, familiares,
Adolescentólogos
Infantoadolescente
Tratamiento según
tipo de Depresión
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RECOMENDACIONES CLAVE
Evidencia
Sospecha diagnóstica y tamizaje
Se debe aplicar tamizaje de depresión a todos los adolescentes que
asistan a control de salud. Para que el proceso de cribado sea completo, se recomienda que el adolescente y algún adulto significativo, por separado, respondan un
instrumento de tamizaje, con el fin de minimizar los falsos positivos y falsos negativos. Se debe evaluar anualmente la presencia de depresión en adolescentes cuyas madres y/o padres tengan diagnóstico de
depresión, ya que tienen de 3 a 4 veces más probabilidades de desarrol ar el trastorno. Se debe evaluar anualmente la presencia de depresión a adolescentes
con antecedentes de VIF, abuso o negligencia.
Diagnóstico integral
Ante la presencia de factores presuntivos de depresión en adolescentes entre 10 y 14 años, derivar a psiquiatra para
confirmación diagnóstica. La derivación a confirmación diagnóstica, debe incorporar el resultado
de la aplicación del instrumento de tamizaje. El proceso diagnóstico deberá incluir la evaluación de factores de
riesgo y protectores para el trastorno depresivo en adolescentes. Son exámenes recomendados para diagnóstico integral: hemograma, prueba de función tiroidea (TSH, T3, T4 libre), perfil bioquímico y
screening de consumo de drogas. El diagnóstico clínico y la severidad del trastorno depresivo, deberá
realizarse siguiendo los criterios para depresión de CIE-10, según ejes. Antes de iniciar el tratamiento farmacológico con antidepresivos se
debe descartar que los síntomas se deban a una depresión bipolar.
Tratamiento
Como parte de la intervención terapéutica e recomienda la promoción de estilos de vida saludables, como actividad física regular,
alimentación sana y horarios de sueño adecuados. Las intervenciones escolares deben realizarse previa autorización de los padres o tutores, así como el asentimiento del adolescente,
respetando el derecho a la privacidad Se realizará psicoeducación frente a sospecha o diagnóstico de
depresión a adolescentes y sus padres. Las intervenciones psicoterapéuticas de primera línea son las realizadas bajo los enfoques cognitivo-conductual e interpersonal
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Los fármacos recomendados para el manejo de la depresión en adolescentes entre 10 y 14 años son la Fluoxetina y el Escitalopram a
partir de los 12 años. El tratamiento farmacológico requerirá de un período de ensayo clínico de 6 a 8 semanas para evaluar la respuesta o ausencia de ésta
con cada fármaco utilizado. El tratamiento farmacológico debe mantenerse entre 6 y 12 meses
después de la remisión total de síntomas. El tratamiento de adolescentes con depresión deberá realizarse en tres fases: aguda, de continuación y de mantención, con el fin de
consolidar la respuesta y prevenir nuevos episodios. Frente a la presencia de comorbilidades al cuadro depresivo se debe dar tratamiento a las patologías presentes, ya que esto puede ayudar
a mejorar los resultados del tratamiento. Se recomienda la intervención combinada, incorporando al tratamiento farmacológico y la terapia psicoterapia (ej. cognitivo
conductual), en todos los tipos de depresión, excepto en la leve, en la que no están indicados los antidepresivos. En cada control de salud mental evaluar la presencia de ideación suicida, efectos adversos a los fármacos como acatisia, síndrome
serotoninérgico o síndrome de discontinuación. El término del tratamiento farmacológico debe ser gradual,
disminuyendo las dosis de forma progresiva.
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. Descripción y epidemiología del problema de salud
La depresión es un trastorno del humor y del estado de ánimo que se manifiesta a partir de una
serie de síntomas que incluyen cambios bruscos del humor, irritabilidad, falta de entusiasmo y
una sensación de congoja o angustia que trasciende a lo que se considera como normal. Puede
implicar la pérdida de interés en actividades hasta entonces placenteras, así como cambios
cognitivos, como pensar ineficiente y elevada auto-crítica.
Es definida operacionalmente por el Ministerio de Salud de Chile [1] como una alteración
patológica del estado de ánimo, caracterizada por un descenso del humor que termina en
tristeza, acompañado de diversos síntomas y signos que persisten por a lo menos 2 semanas. Con
frecuencia tiende a manifestarse en cualquier etapa del ciclo vital y con varios episodios,
adquiriendo un curso recurrente con tendencia a la recuperación entre episodios. Por esas
razones, la depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo, en términos de número
total de años perdidos por discapacidad [2].
La depresión en la adolescencia incluye el Trastorno Depresivo Mayor y la Distimia [3], en tanto,
estos trastornos provoquen alteraciones en el funcionamiento biopsicosocial en una o más áreas
Actualmente, existe un considerable, aunque todavía incompleto cuerpo de conocimiento sobre
la ocurrencia, curso y tratamiento de la depresión en la infancia y adolescencia, que ha seguido
evolucionando [4].
Los trastornos depresivos en la adolescencia deben ser tomados seriamente, debido a las
complicaciones potenciales que conl evan y porque constituyen un riesgo de salud para los niños
y adolescentes que los padecen. Este es un trastorno que implica dificultades de adaptación
psicosocial prolongada con alto riesgo de suicidalidad, afectando directa e indirectamente a un
alto porcentaje de la población [5].
El costo económico de no tratar precozmente los trastornos depresivos en la adolescencia
sobrepasan con creces los del tratamiento, sea sólo farmacológico o integral [6]. A mediano
plazo, el mayor costo económico se produce, entre otros, por hospitalizaciones repetidas,
mientras que a la larga son los días perdidos de trabajo adulto, así como de las licencias médicas
Kieling et al (2011), evidencian que la inversión en salud mental en la infancia y adolescencia
tiene altos retornos en términos de potencial desarrol ado en tales etapas, en prevención de
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enfermedades en los adultos o en que las patologías se presenten con menor severidad y en
términos de ventajas económicas a observadas a nivel individual [7].
Estudios prospectivos [8] han mostrado que la depresión del adolescente se correlaciona con
mayor frecuencia de psicopatología en la vida adulta, especialmente nuevos episodios de
depresión [9]. Ésto, junto al uso de servicios especializados de salud mental, es costoso tanto
desde el punto de vista emocional como económico.
Epidemiología
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud [10], 350 mil ones de personas
padecen depresión en el mundo. Esta cifra alarmante es una llamada de atención para hacer
frente a este problema mundial de enfermedades no transmisibles.
En Chile, según la Encuesta Nacional de Salud (2011) [11], el 25.7% de las mujeres mayores de 15
años y el 8.5% de los hombres, presentaron sintomatología depresiva.
La Depresión tiene una prevalencia de un 2% en la niñez y entre 4% a 8% en la adolescencia,
aumentando a medida que se avanza en el periodo evolutivo (riesgo de 2 a 4 veces mayor
después de la pubertad, especialmente en mujeres). La relación entre mujeres y hombres es de
1:1 en menores 10 años y de 2:1 en la adolescencia. Existen cuadros sub-sindromáticos que
pueden afectar entre un 5% a un 10% de niños y adolescentes. La prevalencia del Trastorno
Depresivo Mayor varía desde 3.3% a 12.4% y para Distimia desde 2.0% a 6,4% [12].
En 2012, Vicente y cols. [13], publicaron un estudio epidemiológico de prevalencia de trastornos
mentales en niños y adolescentes chilenos. Encontraron que la prevalencia total de trastornos
afectivos (depresión mayor y distimia), alcanzaba a un 6.1% de la población nacional entre los 4 y
18 años de edad. Consistentemente con los hallazgos internacionales, la prevalencia es mayor
entre las mujeres (8.6%) que los hombres (3.7%) y en el rango entre los 12 a 18 años que entre
los 4 y 11 años de edad (8.6% y 3.8% respectivamente). Los autores también encontraron más
prevalente al trastorno depresivo mayor que la distimia, por grupos de edad y por sexo (total
prevalencia de trastorno depresivo mayor 5.9%; distimia 0.2%).
Ciertos subgrupos de niños, niñas y adolescentes tienen tasas mucho más altas de depresión que
las señaladas anteriormente [4]. Las adolescentes con enfermedades crónicas o frecuentes
quejas somáticas también pueden estar en mayor riesgo [14]. Los individuos con retrasos en el
desarrollo y otras necesidades especiales son otra importante población con tasas notables de
depresión que a menudo se pasan por alto [15] [4].
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Conducta suicida y depresión en adolescentes
Una de las metas sanitarias de la Estrategia Nacional de Salud [16], es la reducción de los
suicidios en adolescentes. En el grupo de adolescentes de 10 a 14 años de ambos sexos, el
suicidio ha aumentado en forma sostenida entre el 2000 al 2005 (desde 1 por 100.000- 14
casos- a 2,6 por 100.000- 25 hombres y 14 mujeres [16]). Por ello, es importante reconocer los
signos y síntomas de trastornos depresivos y de ideación suicida en esta población.
Es conocida la multicausalidad del comportamiento suicida en adolescentes y jóvenes, entre las
cuales la enfermedad mental es una de las más preponderantes. Dentro de los trastornos más
frecuentemente asociados al comportamiento suicida se encuentra la depresión [16].
Sumado a lo anterior, los eventos estresantes como rupturas, pérdida de seres queridos,
conflictos con amigos, o relacionados con trabajo o escuela, así como eventos vinculados a
estigma, humillación y vergüenza, pueden asociarse a tentativas de suicidio. Esto último se hace
particularmente relevante en adolescentes víctimas de situaciones de abuso y/o violencia en el
entorno escolar [16].
Criterios diagnósticos
Las siguientes tablas presentan los criterios para depresión según los sistemas de clasificación
diagnóstica CIE 10 [17]y DSM IV-TR [18]:
Tabla Nº 1 Criterios diagnósticos para Episodio Depresivo, CIE-10(*)
El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas.
B. No ha habido síntomas hipomaniacos o maniacos suficientes para cumplir los criterios del
episodio hipomaniaco o maniaco en ningún período de la vida del individuo.
C. Criterio de exclusión con más frecuencia: El episodio no es atribuible a abuso de sustancias
psicoactivas o a trastorno mental orgánico.
Comúnmente se considera que algunos síntomas depresivos, de aquí denominados "somáticos" tienen un significado clínico especial (en otras clasificaciones se usan términos como biológicos, vitales, melancólicos o endogenomorfos). Puede utilizarse un quinto carácter para especificar la presencia o ausencia del síndrome somático. Para poder codificar el síndrome somático deben estar presentes cuatro de los siguientes síntomas:
(1) Pérdida de interés o capacidad para disfrutar importantes, en actividades que normalmente eran
(2) Ausencia de reaccione emocionales ante acontecimientos o actividades que normalmente
provocan una respuesta emocional.
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(3) Despertarse en la mañana dos o más horas antes de la hora habitual (4) Empeoramiento matutino del humor depresivo. (5) Presencia objetiva de enlentecimiento psicomotor o agitación (observada o referida por terceras
(6) Pérdida marcada de apetito (7) Pérdida de peso (5% o más del peso corporal en el último mes) (8) Notable disminución la líbido.
Fuente: Clasificación Internacional de Enfermedades, décima versión, CIE-10. OMS.
Tabla Nº 2 Criterios para el Episodio Depresivo Mayor, DSM-IV-TR
A. Cinco o más de los síntomas siguientes han estado presentes durante un período de dos semanas y
representen un cambio respecto del funcionamiento previo; al menos uno de los síntomas debe ser (1)
estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o placer.
Nota: no incluye síntomas que se explican claramente por una condición médica general, estado de
ánimo incongruente, delirios o alucinaciones.
(9) Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi todos los días, indicado por el sujeto (ej.
Sentirse triste o vacío) u observado por otros (ej. Apariencia llorosa). Nota: en niños y
adolescentes puede ser humor irritable
(10) Marcada disminución del interés o del placer por todas o casi todas las actividades la mayor
parte del día, casi todos los días (señalada por el sujeto o por la observación de otros)
(11) Pérdida significativa de peso sin estar a dieta o aumento significativo de peso (ej. variación del
5% del peso corporal en un mes), o bien una disminución o aumento del apetito casi todos los
días. Nota: en niños considere no alcanzar la ganancia de peso esperada
(12) Insomnio o hipersomnia casi todos los días. (13) Agitación o retraso psicomotores casi todos los días (observado por otros, no simplemente la
sensación subjetiva de cansancio o de estar enlentecido).
(14) Fatiga o pérdida de energía casi todos los días. (15) Sentimientos de desvalorización o de culpa excesiva inapropiados (que pueden ser delirantes)
casi todos los días (no simplemente autorreproches o culpa por estar enfermo).
(16) Menor capacidad de pensar o concentrarse, o indecisión casi todos los días (señalada por el
sujeto o por la observación de otros).
(17) Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor de morir), ideación suicida recurrente sin
plan específico o un intento de suicidio o un plan de suicidio específico.
B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.
C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro del funcionamiento social,
laboral o en otras esferas importantes.
D. Los síntomas no obedecen a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (ej. Abuso de drogas,
medicamentos), ni a una enfermedad médica general (ej. Hipotiroidismo)
E. Los síntomas no son mejor explicados por un duelo. Es decir que tras la pérdida de un ser querido, los
síntomas persisten por más de 2 meses o se caracterizan por un marcado deterioro funcional, preocupación insana con desvalorización, ideación suicida, síntomas psicóticos o retraso psicomotor.
Fuente: Traducción de: Diagnostic and statistical Manual of mental disorders, Fourth edition, text revision. Washington, DC, American psychiatric association, 2000
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Tabla Nº 3 Criterios para la Distimia, DSM-IV-TR
A. Humor depresivo la mayor parte del día, la mayoría de los días, indicado por el sujeto o por la
observación de otros, por al menos 2 años. Nota: en niños y adolescentes el humor puede ser irritable
y la duración puede ser de 1 año.
B. Mientras está deprimido se presentan 2 (o más) de los síntomas siguientes
(1) Falta de apetito o comer en exceso (2) Insomnio o hipersomnia (3) Baja energía o fatiga (4) Baja autoestima (5) Dificultad para concentrarse o tomar decisiones (6) Sentimientos de desesperanza
C. Durante un período de 2 años (1 para niños y adolescentes) del malestar, la persona nunca ha estado
más de 2 meses sin los síntomas de los criterios A y B
D. No se ha presentado un episodio depresivo mayor (ver anterior) en los 2 años de molestias (1 para
niños y adolescentes). Es decir, las molestias no se explican mejor por un trastorno depresivo crónico o un episodio depresivo mayor en remisión parcial.
Nota: puede haber habido un episodio depresivo mayor siempre que haya tenido una remisión total
(ausencia de signos y síntomas significativos por más de 2 meses), antes de desarrollar el trastorno
distímico. Además, luego de los 2 años iniciales del trastorno distímico (1 para niños y adolescentes) pude
haber superposición con episodios de trastorno depresivo mayor, en cuyo caso ambos diagnósticos
pueden ser dados cuando se cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor.
E. Nunca se ha producido un episodio maniaco, mixto o hipomaniaco y nunca se han cumplido los
criterios para un trastorno ciclotímico.
F. Las molestias no ocurren exclusivamente durante el curso de un trastornos psicótico crónico, como
esquizofrenia o un trastorno delirante.
G. Los síntomas no se deben a un efecto psicológico directo de sustancias (ej. Abuso de drogas,
medicamentos), ni a una enfermedad médica general (ej. Hipotiroidismo)
H. Los síntomas causan malestar o discapacidad significativos en los ámbitos sociales, ocupacionales u
otras áreas importantes del funcionamiento.
Especifique si es de:
Comienzo temprano: si el inicio fue antes de los 21 años
Comienzo tardío: si el inicio fue posterior a los 21 años.
Especifique si los 2 años más recientes de trastorno distímico incluyen características atípicas
Fuente: Traducción de: Diagnostic and statistical Manual of mental disorders, Fourth edition, text revision. Washington, DC, American
psychiatric association, 2000
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Tabla Nº 4 Criterios para la Distimia, CIE-10
A. Presencia de al menos dos años de humor depresivo constante o constantemente recurrente. Los
períodos intermedios de estado de ánimo normal raramente duran más que pocas semanas y no hay episodios de hipomanía.
B. Ninguno, o muy pocos, de los episodios individuales de depresión en este período de dos años debe
ser lo suficientemente severo o prolongado para cumplir los criterios de episodio depresivo recurrente leve.
C. Presencia de por lo menos 3 de los siguientes síntomas durante, al menos, alguno de los períodos de
depresión: (1) Disminución de la energía o la actividad (2) Insomnio (3) Pérdida de la confianza en sí mismo o sentimientos de inferioridad (4) Dificultad para concentrarse (5) Llanto fácil (6) Pérdida de interés o satisfacción por el sexo u otras actividades placenteras (7) Sentimientos de desesperación o desesperanza (8) Percepción de incapacidad para afrontar responsabilidades rutinarias de la vida diaria (9) Pesimismo sobre el futuro o cavilaciones sobre el pasado (10) Aislamiento social (11) Disminución de la locuacidad
Fuente: Guía de Bolsillo, Clasificación Internacional de Enfermedades, décima versión, CIE-10. OMS.
Esta Guía adopta los criterios de clasificación diagnóstica para la depresión contenidos en la
Décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) [17].
En todas las edades, las características prominentes de los trastornos depresivos incluyen
alteraciones en el estado de ánimo, depresión o irritabilidad, cambios concomitantes en el sueño,
desinterés en las actividades, sentimientos de culpa, pérdida de energía, pr
www.serviciodesaludaconcagua.cl oblemas de
concentración, cambios en el apetito, el procesamiento psicomotor (retraso o agitación), e
ideación suicida. En comparación con los niños pre-púberes, los adolescentes deprimidos pueden
ser más propensos a experimentar anhedonia, definida como una profunda falta de disfrute en la
vida y actividades, hipersomnia, aumento de peso significativo y desesperanza [4].
Los criterios diagnósticos para depresión en adolescentes son esencialmente los mismos que
para los adultos, aunque muchos adolescentes tienen dificultades para describir sus estados
anímicos internos [19]. Los adolescentes podrán manifestar los síntomas depresivos según la
capacidad que tengan para vivenciar la patología depresiva, es decir, la capacidad de describir y
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reconocer el tipo de ánimo depresivo así como la capacidad de conectar los afectos y
sentimientos depresivos con sus experiencias cotidianas [20].
A nivel cerebral, el sistema límbico controla las emociones y la regulación del estado de ánimo,
desempeñando el hipocampo un papel crítico en la regulación de la motivación y la emoción, y la
amígdala en la interpretación de las experiencias emocionales y motivacionales. Ambos son las
regiones del cerebro en las que se cree que están las bases de la disfunción afectiva y los
procesos cognitivos de la depresión [21].
Videbech y Ravnkilde (2004) [22] realizaron un meta-análisis en el que se confirmó la disminución
de volumen del hipocampo en pacientes con depresión y una correlación significativa entre el
número de episodios depresivos y el volumen del hipocampo derecho. Campbell y MacQueen [23]
en una revisión cuyo objetivo fue examinar si hay características demográficas o clínicas de las
personas con trastornos del estado de ánimo que se asocian con cambios en volúmenes de
distintas regiones cerebrales, encontraron una disminución del volumen del hipocampo entre los
sujetos deprimidos sin alteraciones en el volumen de la amígdala. Ambas revisiones sugieren un
menor volumen del hipocampo en pacientes con depresión recurrente, ajustando por edad y sexo
Tipos de Depresión
Según su intensidad, los Trastornos Depresivos se clasifican en leves, moderados o graves. Para
ambos sistemas de clasificación diagnóstica, la gravedad de los episodios está dada por el
número, el tipo y la intensidad de los síntomas, así como en el deterioro funcional.
Siguiendo lo planteado por Zuckerbrot et al. [24], la depresión leve puede identificarse cuando la
persona obtiene puntuaciones bajas en las escalas estandarizadas de depresión, breve duración
de síntomas o criterios mínimos para la depresión. El DSM IV señala que la depresión leve puede
definirse como la presencia de entre 5 a 6 síntomas leves, además de experimentar sólo un leve
deterioro en su funcionamiento. Los autores consideran que la depresión puede ser grave si el
paciente presenta todos los síntomas depresivos listados, si sufre un grave deterioro en su
funcionamiento (como no poder salir de casa), si presenta un plan de suicidio específico, la
intención clara, un intento reciente o síntomas psicóticos.
Esta Guía adopta los criterios de clasificación diagnóstica para la depresión contenidos en la
Décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10)(27), para el Episodio
Depresivo (F32) leve (F 32.0), moderado (F32.1), grave sin síntomas psicóticos (F32.2), grave con
síntomas psicóticos (F32.3), otros episodios depresivos (F32.8), episodio depresivo sin
especificación (32.9). De la misma forma se incluyen los trastornos depresivos recurrentes (F33)
episodio actual leve (F33.0), moderado (F33.1), grave sin síntomas psicóticos (F33.2), grave con
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síntomas psicóticos (F33.3), actualmente en remisión (F33.4), otros trastornos depresivos
recurrentes (F33.8), trastornos depresivos recurrentes sin especificación (F33.9). En el marco de
los trastornos afectivos recurrentes (F34) se incluye el diagnóstico y tratamiento de la Distimia
(F34.2). Los criterios diagnósticos de los trastornos antes mencionados, así como los criterios de
trastorno bipolar, ciclotimia, episodios maníacos y otros relevantes para el diagnóstico
diferencial, se detal an en el anexo 2.
Curso y pronóstico:
El episodio depresivo tiene un curso clínico prolongado asociado a una elevada carga familiar
para trastornos del ánimo y otros trastornos psiquiátricos. La mayoría de los jóvenes deprimidos
se recuperan del episodio índice, sin embargo, es importante realizar un tratamiento oportuno y
continuo, dado que este trastorno se acompaña de efectos negativos sobre el desarrollo normal,
el funcionamiento académico y familiar, aumentando el riesgo para recurrencias, conducta
suicida y otras condiciones psiquiátricas como el abuso de sustancias [25].
La duración media del episodio depresivo en adolescentes es de aproximadamente 8 meses.
Alrededor del 10% de los niños y adolescentes con depresión se recuperan espontáneamente en
el plazo de 3 meses y otro 40% se recupera dentro del año. A los 12 meses, el 50% mantiene el
cuadro clínico y entre un 20 y un 30% se mantiene con depresión a los 24 meses [26] [27].
Si bien la mayoría de los adolescentes se recuperan de su primer episodio depresivo, estudios
longitudinales han mostrado una recurrencia de entre un 20 y 60% en el plazo de 1 ó 2 años,
desde la remisión de los síntomas, lo cual aumenta al 70% luego de 5 años [28] [29]. La
recurrencia puede persistir en el transcurso de la vida y una proporción importante de niños y
adolescentes con depresión, presentarán el trastorno en la edad adulta.
La psicosis puede ocurrir como parte de un episodio depresivo y puede sugerir una mayor
probabilidad de desarrollar enfermedad bipolar a una edad más avanzada [30] [4]. Alrededor de
un 20 a 40% puede virar hacia bipolaridad, particularmente si presentan los factores de riesgo
La complicación más seria de la depresión es el suicidio con un riesgo cercano al 3% durante los
10 años siguientes a la aparición del trastorno [32]. Es entonces necesario evaluar el riesgo
suicida en todo adolescente con depresión, tanto al momento de la confirmación diagnóstica
como durante el tratamiento e incluir en éste, acciones de prevención del suicidio [33], [34].
Aunque haya algunas diferencias, en general los predictores de recuperación, recaída y
recurrencia se superponen. Así, se asocian a una mayor severidad del cuadro la cronicidad o los
episodios de recurrencia múltiples, comorbilidad, presencia de síntomas subsindromales
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residuales, el estilo cognitivo negativo, presencia de problemas al interior de la familia, un bajo
nivel socioeconómico y la exposición a eventos negativos (abuso, maltrato).
1.2. Alcance de la guía
a. Tipo de pacientes y escenarios clínicos a los que se refiere la guía
Esta Guía aborda la atención de adolescentes entre 10 y 14 años con un episodio de depresión
mayor o distimia, en todos los niveles de atención, ambulatoria y cerrada. La atención comprende
la pesquisa activa, la detección y el manejo clínico asistencial de la depresión leve, moderada y/o
Contempla recomendaciones para el tratamiento de adolescentes embarazadas con depresión.
De la misma forma incorpora orientaciones respecto del diagnóstico y tratamiento de la
depresión con comorbilidad, así como para la pesquisa, prevención y tratamiento de conducta
suicida, complementario al documento Orientaciones Técnicas para la Implementación de un
Programa Nacional de Prevención del Suicidio [35].
No incluye información respecto de episodios depresivos en el marco de un trastorno bipolar, ya
que son materia de la Guía de Práctica clínica para el manejo del Trastorno Bipolar, ni el manejo
de la depresión postparto en adolescentes, contemplado en la Guía de práctica Clínica para el
tratamiento de personas con depresión sobre 15 años.
b. Usuarios a los que está dirigida la guía
Esta Guía de Práctica Clínica está dirigida a todos los profesionales de atención primaria y de
especialidad, del sistema de salud público o privado, en atención abierta o cerrada que entreguen
atención a adolescentes con sospecha o diagnóstico de depresión y/o conductas suicidas:
Médicos Generales
Médicos Familiares
Médicos Adolescentólogos
Terapeutas Ocupacionales
Asistentes Sociales
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1.3. Declaración de intención
Esta guía busca apoyar a los equipos profesionales en la toma de decisiones clínicas. Sin embargo
no fue elaborada con la intención de establecer estándares de cuidado para adolescentes
individuales, los cuales sólo pueden ser determinados por profesionales competentes sobre la
base de toda la información clínica respecto del caso. Está sujeta a cambio conforme al avance
del conocimiento científico, las tecnologías disponibles en cada contexto en particular, y según
evolucionen los patrones de atención.
En el mismo sentido, es importante hacer notar que la adherencia a las recomendaciones de la
guía no asegura un desenlace exitoso en cada adolescente.
No obstante lo anterior, se recomienda que las desviaciones significativas de las
recomendaciones de esta guía o de cualquier protocolo local derivado de ella, sean debidamente
fundadas en los registros del adolescente.
En algunos casos, las recomendaciones desarrolladas no aparecen avaladas por estudios clínicos,
porque la utilidad de ciertas prácticas resulta evidente en sí misma y nadie consideraría
investigar sobre el tema o resultaría éticamente inaceptable hacerlo. Es necesario considerar que
muchas prácticas actuales sobre las que no existe evidencia pueden de hecho ser ineficaces, pero
otras pueden ser altamente eficaces y quizás nunca se generen pruebas científicas de su
efectividad. Por lo tanto, la falta de evidencia no debe utilizarse como única justificación para
limitar la utilización de un procedimiento o el aporte de recursos.
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2. OBJETIVOS
Esta Guía de Práctica Clínica es una referencia para la atención de adolescentes entre 10 y 14
años, con sospecha y/o diagnóstico de depresión, bajo el régimen de Garantías Explícitas en
Salud. En ese contexto sus objetivos son:
Entregar recomendaciones a equipos, de nivel primario y de especialidad, respecto de la
detección de factores de riesgo y factores protectores para desarrollar depresión en
adolescentes entre 10 y 14 años.
Entregar orientaciones para el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado de la
depresión, según gravedad, con el fin de reducir la probabilidad de complicaciones y
psicopatología futura, en adolescentes entre 10 y 14 años.
Contribuir con recomendaciones a los equipos de salud general y de especialidad sobre el
manejo de adolescentes entre 10 y 14 años con riesgo y/o conducta suicida.
Favorecer el uso racional de recursos mediante recomendaciones de intervenciones costo-
efectivas para el tratamiento de adolescentes con depresión.
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3. RECOMENDACIONES
3.1. Prevención primaria, tamizaje y sospecha diagnóstica.
a) Preguntas clínicas abordadas en la guía
1. ¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar depresión en adolescentes entre 10 y 14 años?
2. ¿Qué factores de riesgo son más predictivos de depresión en adolescentes?
3. ¿Qué escalas de tamizaje se recomienda aplicar?
4. ¿Cuáles son los síntomas presuntivos de depresión en adolescentes de 10 a 14 años?
b) Síntesis de evidencia
Factores de riesgo
La depresión en adolescentes es una patología compleja, con múltiples factores de riesgo, que en
ocasiones interactúan entre sí y pueden tener un efecto acumulativo [36]. Actualmente se sabe
que en el desarrol o de la depresión, interactúan factores genéticos y ambientales [37] [38] [39]
[40] [41] [42] [43], siendo la carga familiar para el trastorno, el principal factor de riesgo
predictivo [44].
Es improbable que un único factor pueda explicar el desarrol o de la depresión, reducir la
probabilidad de ocurrencia o que su control sea suficiente para prevenir la depresión [45] [46]
Factores familiares:
Un factor de riesgo es todo evento o entorno que eleva las probabilidades de
a) Psicopatología de la madre y/o el padre
ocurrencia de un evento adverso o de desarrol ar una enfermedad 1.
La depresión de uno o ambos padres es considerada
un importante factor de riesgo, asociado con Los factores de riesgo no son las causas,
depresión en los hijos [36] [45] [33] [24] [47].
necesariamente, sino que se asocian con el
evento y dado que tienen valor predictivo, pueden utilizarse para diseñar programas
Los hijos de madres con depresión tienen entre tres de prevención (Argimon y Jimenez, 2000;
y cuatro veces más probabilidades de desarrollar un Sackett, Haynes, Guyatt y Tugwel , 1994)1.
trastorno del humor (ánimo) [46] [48][50].
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
El alcoholismo familiar también se ha asociado a una mayor probabilidad de depresión, mientras
que la psicopatología materna se considera un predictor de depresión en el niño [49].
Tully, Iacono y McGue en 2008 [50], realizaron un estudio respecto de la influencia de la
depresión de cualquiera o ambos padres, sobre adolescentes adoptados o no adoptados, con el
fin de evaluar el grado de influencia genética de la psicopatología de los padres. En ambos grupos
de adolescentes, la madre o ambos padres con depresión mayor se asociaron con un riesgo
significativamente mayor de depresión mayor y trastornos de comportamiento disruptivo en los
adolescentes, no así cuando únicamente el padre se encontraba deprimido. De esta forma, la
depresión materna no es sólo un factor genético de depresión, sino también un factor ambiental
que muestra asociación con la depresión de los hijos adolescentes, necesario de evaluar.
b) Relaciones familiares y Estilos de crianza
Sheeber, Hops, Alpert, Davis y Andrews (1997) señalan que estudios de adultos depresivos, hijos
de padres depresivos, y adolescentes depresivos han evidenciado que sus interacciones
familiares se caracterizan por presentar más conflictos, más rechazo, menos expresión de
afectos, más problemas en la comunicación, más abuso parental, y menos apoyo familiar [51]. En
Chile, Vicente y cols. [13], encontraron que bajos niveles de funcionamiento familiar (medido con
la versión en español del Family Assessment Device) se asociaron con la presencia de trastornos
emocionales en niños y adolescentes.
Un estudio indica que las familias con menores grados de apoyo, cohesión, afectividad y más
críticas, hostiles, tensas, y rechazantes se asocian con depresión en la niñez y adolescencia [52].
Un seguimiento de 40 años [53] para evaluar los efectos del apego y el cuidado parental sobre
algunos procesos adaptativos en el niño, encontró que los principales predictores tempranos
(primeros 3 años de vida) de la depresión durante la niñez y adolescencia son:
Alguna forma de abuso parental
Falta de apoyo en la crianza
Haber experimentado algún evento estresante en el contexto familiar
Falta de apoyo afectivo por parte de la madre
Depresión materna
Entre otras variables familiares, el divorcio parece generar una serie de estresores secundarios
que contribuyen a la depresión en la adolescencia. Vicente y cols. (2012) [13] encontraron que,
entre niños chilenos, vivir con un padre o en una estructura familiar distinta de la biparental
estaba fuertemente asociado con la presencia de trastornos afectivos en niños y adolescentes,
así como con comorbilidad de 2, 3 ó más diagnósticos psiquiátricos.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Ballesteros et. al [54] señalan diversas investigaciones epidemiológicas que demuestran que
vivenciar negligencia, abuso físico o sexual en la infancia constituyen un factor de riesgo
importante para desarrollar depresión [55] [56] [57] [58] [59] [60].
Factores contextuales:
a) Grupos de pares
Tener pocos amigos tiene mayor asociación al desarrol o de depresión en niños y adolescentes,
así como la presencia de trastornos de conducta y mayor aislamiento social [45].
El acoso o bullying, la humillación, el trato indigno, las burlas o el sentirse ignorado son también
factores de riesgo de depresión [61].
b) Factores sociodemográficos
Ni en población chilena ni en estudios extranjeros, parece existir asociación entre vivir en el
medio rural o urbano y el desarrollo de depresión en la adolescencia [62] [13].
Aquel os niños y adolescentes sin hogar, internos en centros de acogida, refugiados y/o con
antecedentes delictuales, en especial los recluidos en instituciones de seguridad, deben
considerarse con riesgo elevado de presentar trastornos mentales, incluida la depresión [36] [45].
Un estudio mostró, mediante modelos de regresión multinivel, que tanto los ingresos del hogar (p
< 0,01) como los ingresos medios de la escuela (p <0,05) se relacionan de forma significativa con
la presencia de síntomas depresivos después de ajustar por covariables, con evidencia de una
interacción entre ambos niveles de ingresos. Así, el contexto escolar se asocia con síntomas
depresivos de los adolescentes, incluso después de ajustar por factores individuales, dado que el
ambiente escolar puede amortiguar en parte la influencia negativa de los ingresos familiares más
bajos en los síntomas depresivos adolescentes [63].
c) Estrés postraumático:
Groenjian et al. [64] estudiaron 125 niños expuestos a un terremoto en Armenia, aplicándoseles
escalas de TEPT y Depresión (CPTSD-R y DSRS) a los 1,5 y 5,5 años post-desastre. A un grupo de
ellos se les sometió a un grupo focal centrado en el enfrentamiento del trauma. En la primera
medición, ambos grupos presentaron puntajes elevados en ambas escalas. En el seguimiento, el
grupo tratado disminuyó sus puntajes tres a cuatro veces más que el no tratado. La intervención
focal en crisis parece ser efectiva.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Factores individuales:
En población chilena, Vicente y cols. (2012) [13] encontraron asociaciones entre el desarrollo de
trastornos afectivos, sexo femenino y edades entre 12 y 18 años, en población chilena.
b) Factores psicológicos
La afectividad negativa conl eva una mayor reactividad frente a los estímulos negativos, y se
asocia a una mayor probabilidad de trastornos emocionales, sobre todo en niñas [46].
Frente a eventos vitales estresantes,
Afectividad negativa: la tendencia a
características cognitivas asociadas a la
experimentar estados emocionales
afectividad negativa, así como un estilo cognitivo
negativos, que se acompañan de
rumiativo, pueden dificultar el afrontamiento y
características cognitivas y conductuales,
aumentar la probabilidad de sufrir depresión, como la inhibición y el retraimiento social.
respecto de individuos sin dichas características
Niños(as) y adolescentes con discapacidades físicas o de aprendizaje [36], déficit atencional,
hiperactividad o problemas de conducta, tienen también mayor riesgo de depresión [46] [3] [65].
Siguiendo lo señalado por el National Health Service [45] y por el Grupo de Trabajo de la Guía de
Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia [36], a continuación
se presenta una tabla que resume los principales factores personales implicados en la depresión
en niños y adolescentes, clasificados como factores de vulnerabilidad, de activación y
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Tabla Nº 5: Factores de vulnerabilidad, activación y protección en la depresión de niños y
adolescentes
Factores de Vulnerabilidad
Factores genéticos Historia de trastorno afectivo de los padres Sexo Femenino Edad Post-puberal
Incrementan la predisposición general, pero
Antecedentes de síntomas depresivos
rara vez provocan directamente la
Antecedentes de abuso sexual en la infancia
(especialmente en mujeres)
Afectividad Negativa Pensamientos de tipo rumiativo
Factores de Activación (gatillantes)
Directamente implicados en el comienzo de la
Conflictos Conyugales
depresión y en presencia de factores de
Desestructuración familiar
vulnerabilidad, sus efectos pueden ser
Acoso o humil ación
mayores. Suelen ser acontecimientos no
Situaciones de abuso: físico, emocional o sexual
deseados que dan lugar a cambios
Consumo de tóxicos
permanentes en las relaciones familiares y de
Factores de Protección
Buen sentido del humor Buenas relaciones de amistad Relaciones estrechas con uno o más miembros de la
Reducen la probabilidad de depresión en
Logros personales valorados socialmente
presencia de factores de vulnerabilidad o de
Nivel de inteligencia normal-alto
Práctica de algún deporte o actividad física Participación en clubes escolares/sociales o en
Fuente: Adaptado de Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia
En la Tabla Nº 6 se enuncian algunos de los principales factores de riesgo individuales, familiares
y contextuales asociados a depresión en adolescentes
Tabla Nº 6: Factores de Riesgo para Depresión en Adolescentes
FAMILIARES
Estilo atribucional estable,
Madre con antecedentes de depresión
negativo e interno.
Historial de depresión en la familia
Baja autoestima
Maltrato físico
Hacinamiento
Competencia social limitada. Abandono
Presencia de trastornos
Alta movilidad
comórbidos: ansiosos, abuso Abuso sexual
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
de sustancias, déficit
Crianza sin apoyo
atencional con o sin
Haber sufrido
hiperactivdad, de la
violencia escolar por
conducta, del aprendizaje,
Falta de comunicación afectiva.
más de 3-6 meses.
trastornos de la
Patología psiquiátrica de los padres
alimentación, enfermedades
(incluido el abuso de sustancias, los
médicas crónicas se asocia al
trastornos somatomorfos y los
desarrol o y mantención de
trastornos de ansiedad en general).
síntomas depresivos.
Fuente: Elaboración propia con datos [66] [67] [68] [69] [70] [71]:
Escalas de tamizaje
Según estudios en Estados Unidos, sólo la mitad de los adolescentes con depresión son
diagnosticados antes de llegar a la edad adulta y dos de cada tres jóvenes con depresión
no se detectan en atención primaria [24]. En Chile, según datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Salud [11] la población entre 15 y 17 años con síntomas depresivos, el 50% dice haber sido diagnosticado alguna vez en la vida.
Los instrumentos de tamizaje tienen por fin aumentar la detección precoz de pacientes con depresión, con el fin de que más personas reciban tratamiento adecuado, así como
para realizar intervenciones preventivas en aquel os pacientes con mayor riesgo [72]. En todo caso, los instrumentos de cribado servirían únicamente para detectar una posible
depresión, y será necesario realizar posteriormente un diagnóstico mediante entrevista clínica [3] [24]. Para lograr los mejores resultados, existe consenso respecto de que es necesario preguntar sobre los síntomas y los problemas actuales tanto a los niños como a sus
padres, de forma independiente, combinando ambos grupos de respuesta p
www.serviciodesaludaconcagua.clara lograr una
mejor estimación [45] [3] [24] [72], fundamentalmente, en edades por debajo de los 14 años [72].
Con respecto al tamizaje en el ámbito escolar, en un ensayo clínico aleatorizado y
controlado se observó que el entrenamiento de profesores para detectar la depresión en adolescentes no mejoró su habilidad para reconocer esta patología entre los alumnos [73].
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Respecto de si la realización de cribados mejoran los resultados de niños y adolescentes con depresión [72] [74] y si debería realizarse a la población general o limitada
únicamente a pacientes que presenten factores de riesgo, algunos autores proponen que los médicos de atención primaria deben realizar un cribado a los adolescentes con riesgo elevado de depresión durante las visitas a la consulta, mientras que otros [75] [76]
consideran que la evidencia científica actual es insuficiente para recomendar o no esta práctica.
Específicamente para niños y adolescentes está validada en Chile [77] la escala CDI (Children´s Depression Inventory) de Kovaks [78], que es una modificación del BDI (Beck
Depression Inventory) original. Fue validada como escala autoaplicada para niños y adolescentes entre 7 y 17 años y existe en versión larga con 27 ítems y en versión corta
con 10 ítems, además de las versiones para padres y profesores. Cada ítem en la escala recibe un puntaje de 0 a 2 según la presencia o ausencia de síntomas en las dos semanas anteriores: "0" indica ausencia del síntoma, "1" indica síntomas leves, y "2" indica
síntomas marcados. El puntaje final se obtiene de la suma de los puntajes obtenidos en cada ítem. Un puntaje total mayor de 17 en la forma larga o mayor de 7 en la forma corta
indica posible presencia de depresión. No obstante, este cuestionario tiene algunas limitaciones, entre las que destaca la ausencia de ítems relacionados con aspectos conductuales y biológicos, puesto que se centra en aspectos cognitivos [79].
El inventario de depresión de Beck I fue validado para adolescentes chilenos [80]. La
muestra clínica de la validación estuvo compuesta por 78 adolescentes entre 11 y 20 años, con un promedio de edad de 16.45 años. El grupo de muestra control fueron 78 adolescentes entre 15 y 20 años. Finalmente, un tercer grupo, representativo de alumnos
de enseñanza media de la ciudad de Concepción, consistente en 737 estudiantes de entre 14 y 20 años de edad (promedio 16.08 años). Las características de la muestra no
permiten afirmar que el instrumento efectivamente discrimina la presenc
www.serviciodesaludaconcagua.cl ia o ausencia
de depresión en el rango de entre 10 y 14 años de edad. Álvarez, Guajardo y Messen, en 1986 validaron una escala de autoevaluación para la depresión entre 9 y 18 años [81], encontrando una sensibilidad de 87.5%, una
especificidad de 93% y un valor predictivo de 50%. Este instrumento se anexa. De la revisión publicada en 2010 por la revista Pediatrics [82] se extrae la siguiente tabla,
que resume algunos de los instrumentos disponibles para el tamizaje de depresión en adolescentes entre 10 y 14 años, con versión en español.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Sintomatología depresiva
Tabla 7: instrumentos de tamizaje de depresión
Nombre Instrumento
Rango edad
Tiempo aplicación
Costo Validación en Chile
Pediatric Symptom Check
List 17 ítems Pediatric Symptom Check
List 35 ítems Strengths and difficulties
Kutcher Adolescent
Depression Scale Center of Epidemiological
Studies- Depression scale Columbia Diagnostic
Depende de los ítems
Interview for children
diagnostic Predictive Scale
Child Depression Inventory
Short Mood and Feelings
Questionnaire¿?
Tabla 8: instrumentos de tamizaje de discapacidad asociada a depresión
Nombre Instrumento
Rango edad
Tiempo aplicación
Validación en Chile
Brief Impairment scale
Columbia Impairment scale
SDQ Impact Scale
Riesgo Suicida www.serviciodesaludaconcagua.cl
Tabla 9: instrumentos de tamizaje de suicidio en adolescentes
Nombre Instrumento
Tiempo aplicación
Validación en Chile
Parte de un proceso de
Escala de Suicidalidad de
1 Para la evalaución de la discapacidad, también resultará útil la utilización del eje IV del DSM IV-TR
2 El proceso de validación se realizó con alumnos de 1º a 4º medio, por lo cual las edades son aproximadas
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Síntomas Presuntivos
Aún cuando los síntomas y signos centrales de la depresión son los mismos para niños,
adolescentes y adultos, la prominencia de algunos de éstos puede cambiar según la edad.
A menudo los adolescentes con depresión se presentan a la consulta con un problema de
expresión conductual, lo cual dificulta la detección de la depresión. Los síntomas de depresión se
expresan por lo general en un cambio brusco en su comportamiento, descenso del rendimiento
escolar, notas o fracaso académico, así como en problemas de concentración, fatiga, aislamiento
y ausentismo escolar, incremento de la irritabilidad con discusiones o peleas en casa o con
profesores o compañeros.
Los adolescentes muchas veces no quieren ir al colegio, no desean estar en su casa y pasan
mucho tiempo fuera. Suelen presentarse sentimientos de que nadie los quiere. También puede
presentarse conductas de robo como refuerzo emocional, conductas de búsqueda de contacto
sexual, especialmente en niñas, como forma de obtener atención y afecto, las que se relacionan
con baja autoestima y poca confianza en el futuro.
Es posible identificar elementos clínicos de la depresión en los diversos ambientes o contextos de un adolescente. La Tabla Nº 10 muestra los principales síntomas en las áreas: afectiva, psicomotora, cognitiva, conductual, relacional y de los ciclos bilógicos,
según el contexto donde se desenvuelve el adolescente [84].
Tabla 10: sintomatología depresiva en el adolescente, según áreas.
Síntomas Afectivos
La familia se queja de las
En el colegio pueden verse más
variaciones de ánimo y de la
aislados, poco participativos en clases
Labilidad emocional
Pueden reconocer comportamientos
evitativos asociados a la ansiedad
Perciben mayor nerviosismo e
Síntomas del Ánimo
La familia identifica las
El colegio informa escasa participación
dificultades para mantener en
en clases, poco interés, distractibilidad
funcionamiento las actividades
Algunos padres tienen problemas
en la comprensión de los
síntomas depresivos cuando el
adolescente manifiesta interés
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
por actividades sociales o por
labores que demanden menor
Baja de la libido
esfuerzo en comparación con las actividades escolares o domésticas
Las parejas de los adolescentes pueden reconocer el cambio en el interés
Síntomas de los Ciclos Biológicos
Insomnio de conciliación,
Menos sensible de ser detectado
En el colegio se les ve cansados
medio y de despertar
Algunos se quejan de la
Pueden haber inasistencias debidas al
prolongación de las actividades
nocturnas, tales como uso del
Pueden reportar que se duermen en
computador y otros
Hipersomnia diurna (Más
La familia se queja del bajo
frecuente en mujeres con
interés por estudiar, hacer los
otros elementos atípicos)
trabajos o participar en otras actividades familiares por el exceso de sueño
Cambios en el patrón
La familia registra los aumentos
Algunos pueden percibir la baja de
del apetito como "ansiedad por
Aumento o disminución del comer"
Menor rendimiento en las actividades
Aumento o disminución del
Síntomas Psicomotores
Agitación psicomotora
Cambios en el nivel de actividad
Pudiera manifestarse como episodios
que aparece junto a estado de
conductuales o disruptivos en el colegio
Retardo psicomotor
Se los ve cansados
Los padres se quejan del enlentecimiento para realizar las actividades domésticas o los
Síntomas Cognitivos
Baja concentración
Evitan el estudio
Mal rendimiento Olvidan los trabajos Impresionan desinteresados en los aprendizajes
En la familia pueden mostrarse
Poca participación en las actividades
evitativos y rechazantes a realizar regulares
incompetencia, inutilidad
las actividades normales Los padres se preocupan de la
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
expresión de emociones autodepreciativas
Pensamientos suicidas
No aparecen abiertamente en la
No aparecen abiertamente
Pensamientos asociados
A veces el adolescente los reporta Pares cercanos al adolescente pueden
ante una situación vivida con
tomar la iniciativa de contarle a
mayor frustración
profesores u orientadores
Sentimientos de culpa
No aparecen abiertamente
No aparecen abiertamente
Síntomas Conductuales
Comportamiento agresivo
Episodios de autoagresión pueden Pudieran mostrarse primeramente en el
Auto o heteroagresividad
tardar meses en ser reconocidos
contexto escolar
Consumo de alcohol u
Pueden pasar inadvertidos
Pueden aparecer complicaciones
otras sustancias
derivadas del consumo, tales como cambios de ánimo, baja del rendimiento, problemas mayores de conducta
Síntomas Relacionales
Menor interés en las
Los padres describen el
En el colegio se los puede describir
relaciones interpersonales aislamiento y retraimiento en las
como replegados sobre sí mismo y con
tendencia al aislamiento
Notan el cambio en el interés para salir e interactuar con los pares
Mayor conflictividad en las Aparecen importantes problemas Pueden aparecer expresiones de relaciones interpersonales dentro de las familias
negativismo, desafío y pasividad en la sala de clases
Los padres se quejan de mayor
Puede rechazar la participación en las
oposicionismo y falta de
actividades con el grupo curso, por
participación en las actividades
ejemplo, salidas, fiestas, viaje de
regulares familiares
Fuente: (*) Elaborado por Dra. Muriel Halpern para esta Guía Clínica [84]
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Síntomas Presuntivos de Depresión en Adolescentes: Puesto que los adolescentes se encuentran insertos en sus familias y en la comunidad escolar, la
detección de los cambios asociados al trastorno depresivo puede ser efectuada en estos
contextos. Cambios conductuales, disminución del rendimiento escolar o alteraciones
fisiológicas, son algunos de los elementos clínicos que deben generar una alerta en las personas
que se encuentran próximas a los adolescentes.
Junto con los elementos categoriales que permiten establecer el diagnóstico de los trastornos
depresivos en la adolescencia, es necesario integrar los enfoques ecosistémicos y evolutivos, que
van a permitir enriquecer la evaluación y por lo tanto, las intervenciones preventivas, promotoras
y de diagnóstico integral, implicando mejoras en el tratamiento de este grupo particular. En la tabla Nº 11 se presenta un resumen de los principales síntomas asociados a la depresión en
adolescentes.
Tabla Nº 11: Resumen principales síntomas asociados a depresión en adolescentes
EMOCIONALES
SOMÁTICOS
- Alteraciones en la
- Dificultades en la
- Ansiedad, angustia
alimentación y en el
relación con la familias y
- Pérdida del interés o del placer
- Variaciones en el estado emocional
- Quejas somáticas o
- Ideación, amenazas e intentos suicidas - Baja del rendimiento escolar y la
concentración en clases
- Labilidad emocional
- Rechazo escolar
- Pensamientos suicidas
- Irritabilidad, mal humor - Fobias aisladas
evidencia re
Se debe aplicar tamizaje de depresión a todos los adolescentes que
asistan a control de salud. Para que el proceso de cribado sea completo, se recomienda que el adolescente y algún adulto significativo, por separado, respondan un
instrumento de tamizaje, con el fin de minimizar los falsos positivos y falsos negativos. Se debe evaluar anualmente la presencia de depresión en
adolescentes cuyas madres y/o padres tengan diagnóstico de depresión, ya que tienen entre 3 y 4 veces más probabilidades de desarrol ar el trastorno. Se debe evaluar anualmente la presencia de depresión a adolescentes
con antecedentes de VIF, abuso o negligencia.
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3.2. Diagnóstico Integral
a) Preguntas Clínicas abordadas
1. ¿Qué factores se deben considerar en el diagnóstico integral de depresión en niños y
2. ¿Cuáles son las comorbilidades más frecuentemente asociadas?
3. ¿Qué patologías se deben considerar en el diagnóstico diferencial de la depresión de
adolescentes entre 10 y 14 años?
4. ¿Cuál es el patrón evolutivo de la enfermedad a corto y largo plazo?
b) Síntesis de evidencia (Pregunta 1)
El enfoque ecosistémico permite el reconocimiento de la patología, así como su abordaje con un
criterio integral de salud general y de salud mental. La comprensión evolutiva o del desarrollo
permitirá establecer un diagnóstico individual de riesgo o protección para la continuidad de la
patología o para el impacto en el desarrollo ulterior [85].
En general, la clínica es similar a la La atención de salud integral del adolescente es
Depresión en el adulto, sin embargo las aquella que permite evaluar su estado de salud, así
manifestaciones sintomáticas van a estar como el crecimiento y normal desarrollo,
moduladas por el nivel de desarrollo en fomentando precozmente los factores y conductas
que se encuentre el adolescente [3], el cual protectores e identificando precozmente los
factores y conductas de riesgo, así como los
puede ser evaluado según las diferentes problemas de salud, con objeto de intervenir en
áreas de función. www.serviciodesaludaconcagua.cl
forma oportuna, integrada e integral, con enfoque
participativo y de riesgo
En la Tabla Nº 12 se presentan las distintas (Orientaciones Técnicas Para El Control De Salud
áreas de función y los aspectos incluidos
Integral De Adolescentes, MINSAL 2011).
en cada una de el as.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Tabla Nº 12: Aspectos comprendidos en las distintas áreas de función en el desarrollo del
adolescente
ÁREA DE FUNCIÓN
ASPECTOS QUE COMPRENDE
- La etapa de desarrollo en que se encuentra el sistema nervioso central
Desarrollo biológico
- El nivel de desarrollo puberal (puede evaluarse según la clasificación de
Desarrollo afectivo
- La maduración de los sistemas de regulación emocional y del control de
Desarrollo social
- Los niveles de ajuste interpersonal y los vínculos del adolescente - El nivel de pensamiento que tiene el adolescente
Desarrollo cognitivo
- El desempeño intelectual o nivel de inteligencia - El ajuste y rendimiento académicos
Desarrollo moral
- La capacidad empática, la toma de perspectiva social y los valores éticos
personales o sociales
Fuente: Elaboración propia
Entre los factores a considerar en el diagnóstico integral se encuentran la historia familiar de
depresión, el abuso o descuido infantiles, los eventos vitales traumáticos y las enfermedades
crónicas. Así mismo, existen factores de riesgo asociados a un peor pronóstico del cuadro
depresivo, tales como el sexo femenino, elevados niveles de culpa, episodios depresivos previos y
psicopatología parental.
Además, para el diagnóstico integral, habrá que indagar respecto de los factores de activación y
protección señalados en la tabla Nº 5 (pag. 24), con el fin de articular un plan de tratamiento
incorpore la modificación de aspectos de riesgo, así como el fortalecimiento de ámbitos
protectores del adolescente.
Comorbilidades frecuentemente asociadas
Tanto los estudios realizados en servicios de especialidad como aquel os realizados en la
comunidad muestran que la depresión en los adolescentes rara vez se presenta como una
entidad única, siendo frecuente la comorbilidad con uno o más trastornos. Entre el 40 y el 70%
presentan trastornos mentales asociados a la depresión y entre el 20 y el 50% han sido
diagnosticados de dos o más patologías. En Chile, Vicente y cols. (2012) [13] hal aron que la
comorbilidad, sin impedimentos alcanzó al 26,6% de los niños que cumplieron criterios
diagnósticos de trastornos mentales. Cabe destacar que no se presentan, en esta publicación, las
comorbilidades específicamente asociadas con depresión.
Según la literatura internacional, en un número importante de casos se encuentran síntomas
asociados a ansiedad y alteraciones del comportamiento y entre un 50% y 80% de los
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adolescentes con depresión también cumplen con criterios para otra psicopatología [86] [87] [88]
La comorbilidad más frecuente son los trastornos de ansiedad, seguidos por los trastornos de
déficit atencional e hiperactividad y abuso de sustancias. La depresión se manifiesta
generalmente después del inicio de otros trastornos psiquiátricos, pero a su vez la depresión
incrementa el riesgo de desarrollarlos [90] [91] [92] [93] [94] [37].
Según señala el Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la
Infancia y en la Adolescencia (2009) [36], otros estudios extranjeros [95] [96] [97] [98] muestran
que los diagnósticos comórbidos más frecuentemente asociados son la distimia y los trastornos
de ansiedad (ambos entre un 30 y un 80%), abuso de sustancias (20-30%) y trastornos de
conducta (10-20%). Excepto para el abuso de sustancias, el trastorno depresivo mayor es más
probable que ocurra después del comienzo de los otros trastornos [99]. La presencia de
comorbilidades incide en forma importante en la aparición de depresión resistente, la duración
del episodio, ideación o comportamientos suicidas, nivel de funcionamiento cotidiano o
respuesta al tratamiento [100] [101].
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico de depresión puede hacerse si los síntomas depresivos no son atribuibles
solamente a enfermedades o medicaciones y si el adolescente satisface los criterios para
depresión (DSM-IV ó CIE-10).
Es importante considerar que algunos adolescentes con depresión acuden a consultar al nivel
primario por dolores físicos de diversa índole, como por ejemplo cefaleas, epigastralgia, dolor
lumbar o de extremidades.
La depresión deberá explorarse frente a la sospecha de condiciones psiquiátricas como ansiedad,
distimia, trastorno opsicionista desafiante y disocial, trastornos del desarrollo, abuso de
sustancias, duelos patológicos, reacciones adaptativas, trastorno de estrés post traumático, así
como algunas condiciones médicas como hipotiroidismo, mononucleosis, anemia, ciertos
cánceres, enfermedades autoinmunes, síndrome premenstrual y síndrome de fatiga crónica, ya
que pueden confundirse con depresión en el adolescente. Además, los síntomas de estos trastornos pueden encubrir los síntomas de la depresión (por ejemplo, cansancio, disminución de la concentración, alteraciones del sueño y del apetito), complicando aún
más el diagnóstico diferencial. Algunos medicamentos pueden producir sintomatología similar a la depresión. La tabla
Nº 13 condiciones a explorar en el diagnóstico diferencial de depresión en adolescentes:
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Tabla Nº 13: Aspectos a considerar en el diagnóstico diferencial del trastorno depresivo
mayor en adolescentes:
PATOLOGÍAS
FÁRMACOS
CONSUMO DE DROGAS
Endocrinas: anemia, enfermedad Glucocorticoides
de Addison, Hipotiroidismo.
Neurológicas: síndrome
Anticonvulsionantes
Pasta base de cocaína
postcontusional, epilepsia.
Neurolépticos
Metabólicas: diabetes, déficit Estimulantes
Anticonceptivos orales
Autoinmunes: lupus eritematoso
sistémico (LES), síndrome de inmuno deficiencia adquirida (SIDA)
Fuente: adaptado de Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia (2009)
evidencia recomendación
Ante la presencia de síntomas presuntivos de depresión en adolescentes
entre 10 y 14 años, derivar a psiquiatra para confirmación diagnóstica. La derivación a confirmación diagnóstica, debe incorporar el resultado de la
aplicación del instrumento de tamizaje. La entrevista clínica es la herramienta fundamental y la acción de elección
para la realización del diagnóstico integral El proceso diagnóstico deberá incluir la evaluación de factores de riesgo y
protectores para el trastorno depresivo en adolescentes. El diagnóstico diferencial deberá descartar la presencia de otras condiciones que pudieran estar a la base de la sintomatología (otras
patologías, a la ingesta de fármacos y/o al consumo de drogas). Son exámenes recomendados para diagnóstico integral: hemograma, prueba de función tiroidea (TSH, T3, T4 libre), perfil bioquímico y screening
de consumo de drogas. El diagnóstico clínico y de la severidad del trastorno depresivo, deberá
realizarse siguiendo los criterios para depresión de CIE-10, según ejes.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
3.3. Tratamiento
a) Preguntas clínicas abordadas en la guía
3.3.1. Intervenciones psicosociales
1. ¿Cuál es el efecto de la psicoeducación en el tratamiento de la depresión en adolescentes 10
2. ¿Es efectivo que el ejercicio físico ayuda en la reducción de síntomas de adolescentes con
depresión mayor?
3. ¿Son efectivas las intervenciones en el ámbito familiar, social, escolar y del entorno?
4. ¿Cuál es la eficacia de los distintos tipos de psicoterapia en el tratamiento de depresión
mayor de niños y adolescentes?
5. ¿Hay algún tipo de psicoterapia más efectiva que otra según el grado de gravedad de la
3.3.2. Intervenciones farmacológicas
6. ¿Qué fármacos son efectivos para el tratamiento de la depresión en niños/adolescentes entre
7. ¿Cuál es la seguridad del tratamiento farmacológico y cuál es su relación con la conducta
¿Cuáles son las dosis recomendadas de cada uno de los fármacos que se utilizan para el
tratamiento de la depresión en adolescentes de 10 a 14 años?
9. ¿Cuál es el papel del tratamiento combinado en la depresión de adolescentes entre 10 y 14
3.3.3. Consideraciones específicas
10. ¿Cuáles son y en qué consisten las fases de tratamiento de depresión de adolescentes?
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
11. ¿Cómo evaluar la mejoría de la depresión en adolescentes?
12. ¿Qué estrategias pueden seguirse en la depresión resistente?
13. ¿Qué estrategias pueden seguirse en el tratamiento de comorbilidades?
14. ¿Qué estrategias de tratamiento pueden aplicarse con adolescentes con depresiones
síntomas psicóticos?
15. ¿Son necesarias y cuáles serían la recomendaciones específicas para tratamiento de la
depresión en adolescentes embarazadas?
16. ¿Son efectivos los programas de tratamiento de adolescentes con depresión en el nivel
Los síntomas depresivos siempre exigen un tratamiento multimodal, incluyendo psicoeducación
e intervenciones psicoterapéuticas [102]. El objetivo del tratamiento es la remisión del trastorno
depresivo. La elección de tratamiento dependerá de una serie de factores específicos tales como
la etapa de desarrollo, la gravedad de la depresión, las características clínicas del caso, recursos
disponibles, la historia de respuestas al tratamiento, trastornos comórbidos, las dinámicas
familiares y ambientales así como las preferencias del paciente y su familia [103] [104].
La psicoeducación, terapia de apoyo, terapias cognitivo-conductual, interpersonal, contextual de
regulación emocional, sociales y farmacológicas son elementos importantes de considerar en la
formulación del plan de tratamiento de un adolescente deprimido ya que puede ser útil para los
jóvenes con depresión [103] [104] [4].
Decidir cuál es el nivel de la atención o qué modalidad de tratamiento es la indicada, por ejemplo,
psicoterapia y/o tratamiento farmacológico, así como el desarrollo de un plan de contención de
crisis son componentes importantes de la evaluación y la intervención temprana. También es
importante determinar qué parte de la atención y del tratamiento podrá proporcionarse por los
profesionales y equipos de salud general en la atención primaria [4].
b) Síntesis de evidencia Intervenciones psicosociales (preguntas 1 a 6)
Uno de los propósitos de la psicoeducación es el de compartir el proceso de tratamiento y la
toma de decisiones además de posicionar a los padres/cuidadores y al adolescente como
colaboradores en su propio cuidado.
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Mediante material escrito o un sitio web confiable, La psicoeducación se refiere a la
los padres y sus hijos pueden aprender sobre educación de los miembros de la familia y
depresión y su tratamiento, ayudar a y supervisar el del adolescente sobre las causas,
progreso del adolescente y, si el adolescente está síntomas, curso, y los diferentes
tomando medicamentos, los posibles efectos tratamientos de la depresión y los riesgos
secundarios emergentes.
asociados a estos tratamientos. Es parte
de las técnicas de la terapia cognitivo
Algunos autores señalan que la psicoeducación conductual (Grupo de Trabajo de la Guía
parece mejorar la adherencia al tratamiento y de Práctica Clínica sobre la Depresión
facilitar la recuperación [105] [106] [107] [108] [109] Mayor en la Infancia y en la Adolescencia,
[110] [111]. No obstante, un ensayo pequeño con 2009).
mujeres adolescentes encontró que, en comparación con la terapia cognitivo-conductual, la
psicoeducación es menos efectiva en la reducción de la sintomatología depresiva [112].
El Estudio ADAPT [113] realizado en Inglaterra y descrito más adelante, entre sus conclusiones
señala que la intervención psicoeducativa de dos semanas de duración puede ser efectiva en
cerca de un 25% de los adolescentes que son derivados al servicio especializado de salud mental
por depresión mayor moderada-grave. Por el o, antes de comenzar con intervenciones
específicas, el equipo a cargo del estudio sugiere comenzar con estas intervenciones por un lapso
de entre 1 a 4 semanas, dado que pueden ser suficientes para la remisión sintomática de la
depresión [36] [114] [115].
El ejercicio físico
Hay varias ventajas asociadas al uso de ejercicio como intervención. Tiene bajo costo, puede ser
auto-sostenible dado que el individuo puede mantener las competencias básicas una vez
aprendidas [116], el ejercicio moderado tiene pocos efectos negativos e incluso podría tener
efectos secundarios positivos. Se ha asociado con mayor calidad de vida y mejores resultados en
salud física y mental [117] en población general, sin embargo, en población infanto-adolescente
existen pocos estudios y con resultados poco concluyentes.
Larún et. al [118] realizaron una revisión sistemática para (1) determinar si las intervenciones
basadas en ejercicios ayudan a reducir o prevenir la ansiedad o la depresión en niños y
adolescentes, en comparación con otras intervenciones o ningún tratamiento y (2) si muestran
efectos, determinar cuáles son las características de las intervenciones más eficaces.
Sólo incluyeron Ensayos Clínicos Randomizados, donde participaran niños y jóvenes de 0 a 20
años, con o sin diagnóstico de ansiedad y/o depresión, en cualquier entorno de intervención. Se
excluyeron los ensayos que involucraron a niños y jóvenes con trastornos psicóticos o limítrofes,
autismo, discapacidad física, trastornos alimentarios o enfermedades crónicas somáticas.
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Luego de la búsqueda y evaluación de los ensayos, se incluyeron un total de 16 estudios en
idioma inglés, publicados entre los años 1983 y 2005. La calidad de todos los estudios estuvo
entre baja y moderada. Si bien la gran mayoría de los estudios fueron estadounidenses (13), uno
provenía de Chile (Bonhauser, 2002) [119].
Trece fueron estudios de prevención (1108 participantes); 7 incluyeron niños y adolescentes de
población general y 6 a población en riesgo, reclutados en hospitales, instituciones de
delincuentes (infractores de ley) juveniles y escuelas de educación especial. Un estudio incluyó
estudiantes universitarios con síntomas depresivos moderados, 3 incluyeron niños en
tratamiento (n=83), reclutados en instituciones de salud mental y psiquiatría.
Respecto de las intervenciones, los tipos de ejercicios incluyeron ejercicio aeróbico (12) o
levantamiento de pesas (4). El período de las intervenciones varió entre las 6 a las 40 semanas. El
ejercicio vigoroso se comparó con:
(a) Ninguna intervención: ningún tratamiento, lista de espera o actividad física regular, como la
realizada en la escuela o en alguna institución.
(b) Ejercicio de baja intensidad: como clases de relajación o yoga.
(c) Intervenciones psicosociales: como grupos de discusión o consejería grupal.
Sólo dos estudios informaron resultados post intervención (entre 6 y 8 semanas).
Entre los principales resultados encontrados respecto de depresión:
Los resultados generales de 5 estudios de baja calidad (Beffert 1994; Berger 1988; Goodrich
1984; Hilyer 1982; Roth 1987), que incluyeron 145 participantes, mostraron una diferencia
estadísticamente significativa (p =0,03) a favor del grupo de intervención (modelo de efectos fijos
-0.66, 95% CI -1.25 a -0.08) luego del tratamiento.
Dado que la prueba de Chi- cuadrado indicó una heterogeneidad significativa entre los ensayos
(Chi-cuadrado= 80%), se analizaron sólo las intervenciones de ejercicio aeróbico. Esto generó un
cambio en los resultados, no favoreciendo al grupo de intervención (DME modelo de efectos fijos
-0,11, IC del 95%: -0,40 a 0,18), pero disminuyó la heterogeneidad (Chi-cuadrado= 0%).
El único estudio basado en entrenamiento con pesas (n=44) encontró una diferencia
estadísticamente significativa (p = 0,04) a favor del grupo de tratamiento (DMP (modelo de
efectos fijos) -3,64, 95% IC -7,12 a -0,16).
A la octava semana de seguimiento, un estudio (Roth, 1987), de 28 participantes, no encontró
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diferencia estadísticamente significativa (P = 0,10) a favor del grupo de intervención (DME (fija) -
0,65, IC del 95%: -1,42 a 0,12).
En términos específicos, al comparar los resultados entre ejercicio físico y ninguna intervención,
en niños en tratamiento por depresión, un estudio de baja calidad (Brown 1992), con 11
participantes no mostró diferencias estadísticamente significativas (p = 0.2) en favor del grupo
control. (Modelo de efecto fijo 0.78, 95% CI -0.47 to 2.04). La intervención consideró ejercicio
La comparación entre ejercicio versus ejercicio de baja intensidad o relajación en población
general, dos estudios pequeños y de baja calidad no mostraron diferencias entre ambas
Ejercicio versus ejercicio de baja intensidad en niños en tratamiento: los puntajes de depresión
en dos estudios (Kanner 1991; Cohen-Kahn 1995) de moderada y baja calidad respectivamente,
no mostraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de intervención y
control, luego de un período de intervención de 8 semanas. La intervención comparó ejercicio
aeróbico (Kanner 1991) o levantamiento de pesas (Cohen-Kahn 1995).
Ejercicio aeróbico versus intervenciones psicosociales en población general: dos estudios de baja
(Berger 1988) y moderada (McArthur 1989) calidad metodológica, con un total de 161
participantes, no encontraron al final del tratamiento diferencias significativas entre ambos
Finalmente, el estudio que comparó el ejercicio versus las intervenciones psicosociales en niños
en tratamiento (Kanner 1991), de baja calidad, con n=53, examinó el efecto sobre la depresión
cuando el ejercicio se comparó con terapia recreacional, no encontrando diferencias
significativas entre ambos grupos.
Mientras que en la población general de niños y adolescentes, parece haber un pequeño efecto a
favor del ejercicio en la reducción de la depresión, el escaso número de estudios incluidos y la
diversidad clínica de los participantes, las intervenciones y los métodos de medición limitan las
conclusiones a las que se puede l egar.
Para los niños y jóvenes en tratamiento la evidencia es escasa, pero dado que el ejercicio no tiene
altos efectos negativos y considerables efectos positivos conocidos sobre la salud física y es una
intervención de menor costo que muchas otras, podría ser un instrumento importante en el
tratamiento de niños y adolescentes. No parece tener demasiada importancia la intensidad del
ejercicio realizado y si éste es de carácter aeróbico o de levantamiento de peso.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Intervenciones en el ámbito familiar, social, escolar y del entorno
Parece haber evidencia a favor de las intervenciones psicológicas tempranas y del tamizaje en el
ámbito escolar, en las tasas de reducción de la depresión o de la sintomatología depresiva. En un
metanálisis publicado en 2006 por Cuijpers et. al [120] respecto de intervenciones psicológicas
tempranas en el ámbito escolar, basadas en aplicación de instrumentos de tamizaje y resultados
positivos, los resultados medidos fueron el efecto medio de las intervenciones y el número
necesario de tamizar, entendido como el número de sujetos a quienes se debe aplicar un
tamizaje para obtener un resultado positivo, en este caso, una persona tratada exitosamente por
depresión. Los autores encontraron que el número necesario a tamizar fue de 31 (95% IC: 27-32).
El efecto medio de las intervenciones fue de 0.55 (95% IC: 0.35-0.76), lo cual puede considerarse
entre medio y alto. El artículo no profundiza en la descripción de las intervenciones.
Young et al., (2006) [121], evaluaron un programa de terapia interpersonal en el ambiente escolar,
con una pauta de 10 sesiones (2 individuales y 8 grupales) de frecuencia semanal, de 90 minutos,
que se compararon con un grupo control que recibió counseling escolar. Los resultados
concluyeron que el counseling fue menos efectivo que la terapia interpersonal en la reducción de
sintomatología depresiva, con o sin comorbilidad con ansiedad, lo cual se mantuvo en el
seguimiento (3 y 6 meses).
Respecto de las intervenciones en el ámbito familiar, sólo se encontró evidencia para la
psicoeducación a la familia y algunos tipos de terapia psicológica que incorpora a la familia, como
ya se ha revisado anteriormente.
Desde el ámbito social de intervención se evidencia un vacío en la sistematización de su labor
(comunitarias o aquel as destinadas al uso del tiempo libre), dado que no se encuentran acciones
de tratamiento en este entorno.
No podemos afirmar que las intervenciones psicosociales familiares y del entorno no sean
efectivas, dado que no se encontraron estudios en estas materias para el tratamiento de
adolescentes con depresión, sin embargo, las intervenciones en el ámbito escolar, asociadas al
tamizaje de depresión en adolescentes, sí han demostrado ser efectivas, al menos en un
Psicoterapia
La eficacia de intervenciones psicoterapéuticas para el tratamiento de la depresión en población
adolescente tiene evidencia de resultados positivos en la remisión sintomática [122]. No
obstante, la psicoterapia se desarrol a en enfoques diversos, diferenciados en sus bases teóricas,
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
tipo de actividades e implementación, duración y frecuencia del tratamiento o participación de
otras personas en la terapia [36].
Las intervenciones psicoterapéuticas en este grupo con mayor evidencia son la terapia
cognitivo-conductual y la terapia interpersonal para adolescentes, especialmente en la
prepubertad [123].
Según varios autores [124] [125] [126] [127] [106] la evidencia en relación con la eficacia de la
psicoterapia en el tratamiento de niños y adolescentes con depresión, permiten concluir que:
- La eficacia de los tratamientos suele ser independiente del contexto donde se realiza la
- Las intervenciones en las que se utiliza manual y que son estructuradas, suelen obtener
resultados positivos más significativos.
- Los programas de intervención deben considerar la etapa del desarrollo, los factores culturales,
el género, y la presencia de comorbilidad en el tratamiento de los adolescentes deprimidos.
- Los programas con modalidad grupal de sólo adolescentes con enfoque cognitivo conductual y
aquel os con modalidad individual con enfoque interpersonal fueron clasificados con eficacia
bien establecida [128].
- Entre los programas manualizados clasificados como "probablemente eficaz" se incluyen Self-
Control Therapy; Coping with Depresión CWD-A; Interpersonal Psychotherapy for Adolescents
IPT-A; programas con modalidades individuales y modalidades individual+parental, así como la
Terapia Conductual.
- Respecto de la depresión leve, el manejo ambiental en comparación con la psicoterapia
cognitivo-conductual, es igualmente eficaz para el tratamiento de adolescentes.
La efectividad de la terapia cognitivo conductual o TCC ha sido evaluada mediante ensayos
clínicos aleatorizados, donde es comparada con la lista de espera, fármacos (Fluoxetina y
Sertralina) o placebo.
La TCC individual ha mostrado ser más efectiva que la lista de espera, la relajación [129], terapia
de apoyo [130], [105] y terapia familiar conductual [131] y tiene similar eficacia que la Fluoxetina
o la combinación de TCC [132] más Fluoxetina, así como mayor eficacia que la Sertralina y que
TCC más Sertralina [133].
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En las evaluaciones anteriormente Existen dificultades para evaluar la eficacia de las
citadas, la frecuencia de las intervenciones psicológicas mediante ensayos clínicos
sesiones es semanal, durante un aleatorizados. Controlar las variables dependientes del
período de 12 semanas y la terapeuta es complejo. La variabilidad al momento de aplicar
duración de las sesiones es de 50 una misma técnica ha significado la necesidad de utilizar
minutos aproximadamente. El manuales de tratamiento, así como de evaluar la adherencia
seguimiento en la comparación de de terapeuta al manual.
los resultados TCC y fármacos, se En cuanto al diseño, los pequeños tamaños muestrales, la
prologó entre 36 semanas a 6 imposibilidad del doble ciego y del enmascaramiento son
otras de las limitaciones de la evaluación de las
intervenciones psicológicas. Finalmente, las variables de medida de resultado distintas, así como las características
Otra variante de la terapia clínicas, sociales y demográficas de la población
cognitivo conductual, la TCC Grupal, seleccionada, dificultan la comparación entre estudios.
ha mostrado ser eficaz en Sin embargo, existen resultados que respaldan los efectos
comparación con la lista de espera positivos de las intervenciones psicoterapéuticas en el
[134] [135] [136] [137] [132], tratamiento de la depresión, aunque la magnitud de estos
Ningún tratamiento [138] y efectos ha ido decreciendo en evaluaciones recientes,
cuidados habituales de salud [139]. probablemente a causa de un mayor rigor metodológico.
Existe evidencia no concluyente (Fuentes: Grupo de Trabajo sobre el Manejo de la Depresión
respecto de que incluir a los padres Mayor en el Adulto, 2006 y 2009; Weisz JR, McCarty CA, Valeri
en estas intervenciones aumenta la SM., 2006; Klein JB, Jacobs RH, Reinecke MA. 2007; McCarty
CA, Weisz JR. 2007).
eficacia de la terapia [132].
Para el tratamiento de menores con depresión, residentes en centros de menores y casas de
acogida, la TCC grupal fue más eficaz que una intervención grupal basada en entrenamiento de
habilidades [140] [141] y frente a la no intervención [142].
Tanto en las investigaciones citadas la TCC grupal como la TCC individual, no se mantienen las
diferencias durante el seguimiento, sin embargo autores [36] señalan que esto se puede deber a
los efectos de los cuidados posteriores recibidos por el grupo control.
Otro modelo psicoterapéutico que ha demostrado eficacia en el tratamiento de adolescentes con
depresión es la Terapia Interpersonal para adolescentes o TIP-A. En dos ensayos clínicos, la TIP-A
ha obtenido buenos resultados frente a lista de espera [143] [144] consejería [121] y cuidados
habituales [145], así como en el ámbito clínico y escolar [121]. Frente a TCC individual la
evidencia no es concluyente y no ha sido comparada con otras intervenciones.
Se han estudiado los efectos de la terapia psicodinámica individual y la terapia familiar [146]
[147] sobre los síntomas depresivos en adolescentes.
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Trowell et al. (2007) [147] realizaron un Ensayo clínico randomizado, con 72 pacientes entre 9 y
15 años con depresión, uno a dos en los grupos de tratamiento, comparando a la terapia
psicodinámica individual (16-30 sesiones de 50 minutos durante 36 semanas) con la terapia
familiar (8-14 sesiones de 90 minutos durante 36 semanas).
Del estudio se concluyó que ambos enfoques fueron La terapia psicodinámica deriva del
igualmente eficaces para el tratamiento de niños y psicoanálisis y se basa en la teoría de
adolescentes con depresión moderada a grave. En Freud, por lo que el objetivo
ambos grupos descendió la patología comórbida terapéutico es resolver los conflictos
(trastornos de conducta y de ansiedad), mientras que en inconscientes. (Fuente: Feixas G, Miró
seguimiento (36 semanas) nadie del grupo de terapia M. Aproximaciones a la psicoterapia:
psicodinámica individual presentó criterios clínicos de Una introducción a los tratamientos
depresión. Sin embargo este estudio no ha sido replicado psicológicos. Barcelona: Paidós. 1993.)
y tiene deficiencias metodológicas, por lo cual se
requiere mayor investigación para obtener evidencia concluyente.
De los estudios aleatorios disponibles respecto de terapia familiar [131] [146] [147] [148], se
observó que la terapia familiar es útil en la reducción de la sintomatología depresiva y los
conflictos familiares, también en comparación con la TCC individual, así como en la reducción de
la ansiedad e ideación suicida. La terapia familiar ha sido más efectiva que la lista de espera en la
reducción de la sintomatología depresiva, no así en comparación con la TCC. A los 6 meses el
grupo tratado con terapia familiar presenta elevadas tasas de remisión.
Si bien la evidencia es limitada, la terapia familiar ha
El foco de intervención de la
mostrado ser más efectiva en la reducción de síntomas
terapia familiar (TF) son las
que la lista de espera e igual que la terapia psicodinámica,
relaciones familiares. Las
en adolescentes.
diferentes escuelas dentro del
La psicoterapia sola puede ser suficiente en la depresión
enfoque pueden dividirse
leve a moderada sin embargo, en el caso de síntomas
genéricamente en terapia
severos de trastornos depresivos mayores la combinación
psicodinámica, sistémica y
con un antidepresivo es necesaria [102].
familiar conductual. Suele
constar de un mínimo de seis sesiones, de una hora de
Tratamiento farmacológico
Las intervenciones con fármacos antidepresivos en niños y adolescentes han sido producto de
una extensa discusión [149] [150] [151] [152] [153], habiendo limitada evidencia de la eficacia
del tratamiento de la depresión entre los 6 y los 11 años de edad [104] [154]. Sin embargo, el
tratamiento antidepresivo puede considerarse como justificado, considerando los riesgos
potenciales de no tratar la enfermedad.
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La tabla 14 resume las recomendaciones de diferentes instituciones sobre el uso de
antidepresivos en niños y adolescentes.
Tabla 14: recomendaciones sobre uso antidepresivos
Royal College of Paediatrics and Child Health; – Uso de antidepresivos si no hay otra alternativa y si
2000. Reino Unido.
existe indicación justificada.
Committee on Safety of Medicines (CSM)
– Fluoxetina: balance riesgo/beneficio favorable en
menores de 18 años.
2003. Reino Unido.
– Se desaconsejó el uso de otros antidepresivos – Advierte de la posible asociación entre el uso de
Food and Drug Administration
antidepresivos y el aumento de conducta o ideación
(FDA); 2004. EE.UU.
Food and Drug Administration
– Fluoxetina: único fármaco autorizado. No descartable la
(FDA); 2007. EE.UU.
ideación suicida en mayor medida al tratar con cualquier fármaco antidepresivo.
Committee on Human Medicinal Products de
– Fluoxetina: beneficio supera riesgo potencial.
la Agencia Europea de Evaluación de Fármacos – Advierte del posible aumento de hostilidad y (EMEA); 2005.
pensamientos suicidas.
Agencia Española del Medicamento y
– Fluoxetina: balance riesgo/beneficio favorable.
Productos Sanitarios (AEMPS); 2005-06;
– No deberían utilizarse otros antidepresivos.
– Necesarios más estudios para garantizar seguridad.
Food and Drug Administration (FDA); 2007.
– Escitalopram es aprobado para su uso en pacientes
pediátricos sobre los 12 años
Fuente: Elaboración propia, con datos adaptados de [36]y [155] Antes de comenzar con los antidepresivos, se deberá descartar que la causa subyacente de la
sintomatología sean enfermedades orgánicas, abuso de drogas, efectos secundarios o por
intoxicación con fármacos o drogas. Al inicio de la terapia, tanto el adolescente como las
personas que estén a su cuidado o custodia tienen que estar perfectamente informados sobre el
diagnóstico y las opciones de tratamiento [102].
En nuestro país la Fluoxetina está aprobada para el tratamiento de la depresión con o sin
ansiedad y del trastorno obsesivo compulsivo en adultos y niños desde los 7 años de edad,
mientras que el escitalopram no está autorizado para uso en niños [156].
Los adolescentes deprimidos tratados con fármacos antidepresivos tienen una tasa de respuesta
relativamente buena (40% a 70%), pero la tasa de respuesta placebo no es despreciable [157]
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Antidepresivos tricíclicos
Diversos estudios controlados y algunos metanálisis han demostrado que los antidepresivos
tricíclicos no son más eficaces que el placebo para el tratamiento de la depresión en niños y
adolescentes y no deben utilizarse como fármacos de primera línea [160] [102]. Por otra parte,
estos fármacos se asocian con una mayor tasa de efectos secundarios que los inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina y pueden ser mortales después de una sobredosis.
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), son medicamentos
antidepresivos cuya llegada significó un importante cambio en el manejo de la depresión.
Los ISRS en general un mayor efecto en el tratamiento de trastornos de ansiedad y trastorno
obsesivo compulsivo en la infancia y la adolescencia, en comparación con la depresión [157].
Pese a no ser más efectivos que los tricíclicos y a demorar un par de semanas en lograr sus
efectos terapéuticos, su perfil resulta más favorable desde el punto de vista de los efectos
secundarios y toxicidad cardiovascular, siendo muy difícil un eventual suicidio por una sobredosis.
El número necesario a tratar (NNT) o el número de pacientes que deben recibir tratamiento para
conseguir una respuesta que sea atribuible al tratamiento activo con inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS) y norepinefrina, fue determinado por un metanálisis [161] de
ECA, publicados y no publicados, con antidepresivos de segunda generación (inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina, nefazodona, venlafaxina y mirtazapina) estableciendo
que el NNT para beneficiarse de un antidepresivo fue de 10 (95% intervalo de confianza IC 7-15).
Estos datos sugieren que los ISRS y los IRSN deben ser considerados entre las opciones de
tratamiento para la depresión infantil y adolescente [104].
ISRS recomendados para el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes.
Aprobado por la FDA y la Agencia Europea del Medicamento
(EMEA) para el tratamiento de la depresión en los sujetos de Son inhibidores selectivos de la
la edad de 8 años en adelante. Muestra diferencia recaptación de serotonina o ISRS
significativa comparada con el tratamiento con placebo y la Fluoxetina, Paroxetina,
Sertralina, Fluvoxamina,
con otros antidepresivos [162]. Es el antidepresivo de Citalopram y Escitalopram, entre
elección, debido a su eficacia demostrada en varios estudios otros.
aleatorios controlados, en niños desde 8 años, y a su bajo
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
número necesario a tratar (NNT=6 95% CI, 4–10) [163] [164] [165] [161].
Cheung y et. al [166] realizaron un meta-análisis de ensayos clínicos aleatorios de tratamiento
con antidepresivos. En los 16 estudios hallados, se encontró una respuesta mejor en los
adolescentes tratados con Fluoxetina que en aquel os tratados con placebo (61% vs 35%). La
respuesta mejoraba al combinar el fármaco con terapia cognitiva (71%). Sin embargo, el grupo
tratado sólo con psicoterapia no respondió mejor (43%) que el tratado sólo con placebo. Sigue
siendo incierto si la fluoxetina es mejor que otro ISRS o si los estudios de fluoxetina estuvieron
mejor diseñados y realizados [104].
Aunque la fluoxetina es a menudo la primera opción de medicamento para el tratamiento de la
depresión en los adolescentes, debido a su eficacia, menor riesgo y bajo costo, hay muchas
situaciones en las que se requiere elegir otro ISRS, como por ejemplo frente a interacciones
farmacológicas, falta de respuesta previa, etc.
Los estudios farmacocinéticos pueden proporcionar información valiosa sobre cómo prescribir
mejor los ISRS para la población de niños y adolescentes. Este nivel de comprensión es
importante, ya que los efectos de la abstinencia de un fármaco de vida media corta pueden
confundirse con los efectos secundarios del mismo, empeorando la sintomatología [104].
La farmacocinetica de la fluoxetina en niños y adolescentes no ha sido estudiada [104]. Sin
embargo, los estudios realizados en adultos muestran que la vida media la fluoxetina va entre 1 a
4 días y su principal metabolito, norfluoxetina de entre 7 a 15 días, siendo mucho más larga que
la de otros ISRS.
Ensayo clínico randomizado sin ciego, realizado por Wilens, et. Al (2002) [167], cuyo objetivo fue
evaluar el perfil farmacocinético de la fluoxetina y su principal metabolito, norfluoxetina, en
niños y adolescentes en tratamiento psiquiátrico (n=21; 10 entre 6 y 12 años y 11 entre 13 y 18
años). A todos se les administró 20 mg. de fluoxetina durante 60 días y se tomaron muestras de
sangre a lo largo de todo el estudio (168 concentraciones plasmáticas). Los parámetros
farmacocinéticos se calcularon mediante un modelo de efectos no lineales mixtos. Los
principales resultados encontrados fueron: – La vida media en estado estacionario de fluoxetina y norfluoxetina fue de 127 ng/ml y 151
ng/ml, respectivamente y se obtuvo luego de 4 semanas de tratamiento, con una alta
variabilidad entre pacientes.
– La concentración de fluoxetina fue 2 veces mayor en los niños en relación con los
adolescentes, mientras que para la norfluoxetina era 1,7 veces mayor. Sin embargo, al
normalizar por peso corporal, las concentraciones fueron similares para ambos grupos de
3 La Fluoxetina actualmente cuenta con certificación de bioequivalencia. Para mayor información ver http://www.ispch.cl/sites/default/files/listado_productos_bioequivalentes.pdf
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
– La edad, el peso, el índice de masa corporal y la superficie corporal, mejoraron
significativamente el modelo farmacocinético poblacional, cuando se evaluaron como
factores del paciente, modeladas de forma independiente como variables continuas. El peso
corporal fue la variable que se mantuvo en el modelo final.
En conclusión, los niños tienen 2 veces más fluoxetina y norfluoxetina con respecto a los
adolescentes y parece estar relacionado con el volumen de distribución (tamaño corporal). El
perfil de acumulación y de concentraciones en los adolescentes parece similar a los de adultos.
Estos datos sugieren que el peso corporal y no la etapa de desarrollo influyen en las
concentraciones de fluoxetina.
Fluoxetina Ficha Técnica
Episodios depresivos de moderados a graves, si no hay respuesta a la terapia
psicológica después de 4 a 6 sesiones
Dosis inicial: 10 mg/día. Ajuste de dosis cuidadoso e individual, para mantener al paciente con la menor dosis efectiva. Tras 1-2 semanas se puede incrementar hasta 20 mg/día Reevaluar tratamiento tras 6 meses para pacientes que respondan. Si no se alcanza beneficio clínico en 8 (en recomendaciones decía 8) semanas reconsiderar tratamiento.
Vía oral. Administrar en dosis únicas o fraccionadas, durante o entre las comidas.
administración Contraindicaciones Hipersensibilidad.
En combinación con IMAO, no iniciar tratamiento hasta 5 semanas después de suspender fluoxetina ni con fluoxetina hasta 2 semanas después de suspender el IMAO irreversible y el día después con IMAO-A reversible
Contraindicado con: IMAO. Potencia acción de: medicamentos metabolizados por CYP2D6 (ajustar al mínimo rango terapéutico los de estrecho margen, ej. flecainida, encainida, carbamazepina, y antidepresivos tricíclicos). Puede reducir efecto de: tamoxifeno. Potencia efecto de: anticoagulantes orales. Riesgo de aparición de síndrome serotoninérgico con: tramadol, triptanos, litio,
triptófano, selegilina. Efectos adversos aumentados con: Hypericum perforatum. Evitar alcohol.
Mayor riesgo de defectos cardiovasculares asociados al uso de fluoxetina en el
primer trimestre. El uso de ISRS en los últimos meses puede aumentar riesgo de hipertensión pulmonar persistente neonatal (HPPN).
Fluoxetina se excreta en la leche materna, por lo que se deberá tener precaución,
cuando se administre a mujeres durante la lactancia.
Fuente: Vademecum.es [168]
4 Algunos clínicos sostiene que la dosis se puede aumentar a 20 mg en menos de una semana.
5 Inhibidores de la monoaminooxidasa
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(b) Escitalopram
Aprobado por la FDA desde para el tratamiento de la depresión mayor en pacientes de 12 años o
Dos ensayos controlados aleatorios [169] [170] demostraron la efectividad del fármaco en esta
población. El primero de el os que comparó una dosis flexible (10-20 mg/día, dosis media de 12
mg/día) con placebo durante 8 semanas, no encontró diferencia significativa entre el
escitalopram y placebo en la medida de resultado primaria. Sin embargo, en un análisis post hoc
de adolescentes entre 12 y 17 años, que completaron el tratamiento se encontraron mejoras
significativas en las puntuaciones en todas las medidas de resultado, no encontrándose
diferencias entre el escitalopram y placebo entre los 6 y 11 años en cualquiera de las medidas de
El segundo ensayo también comparó dosis flexibles de escitalopram (10-20 mg/día, dosis media
de 13 mg/día) con placebo en depresión adolescentes. Este estudio encontró una mejoría
significativa en los síntomas depresivos en el grupo tratado con escitalopram en comparación
con el que recibió placebo en diversas medidas de resultado.
Por lo tanto, mientras que en dos ensayos controlados aleatorios se ha demostrado la eficacia del
escitalopram para el tratamiento de la depresión en adolescentes mayores de 12 años, no ha
demostrado ser eficaz en el tratamiento de menores de 12 años con trastorno depresivo mayor.
Respecto de la farmacocinetica, un estudio mostró que el escitalopram presenta vida media más
corta a dosis bajas que a dosis más altas. Un estudio farmacocinético de una sola dosis de
escitalopram (10 mg / día) encontró que su vida media fue más corta en adolescentes (19,0 horas)
que en adultos (28,9 horas) [171].
Otro estudio farmacocinético [172] encontró que la vida media en adolescentes de escitalopram
después de una dosis única de 20 mg y luego de 2 semanas de 20 mg diarios, la d
www.serviciodesaludaconcagua.cl osis única y el
estado de equilibrio de vida media de escitalopram fue significativamente más corta que la
informada en adultos.
En resumen, los estudios farmacocinéticos en adolescentes sugieren que las dosis de ISRS deben
ser distintos para niños, adolescentes y adultos y que las dosis de Fluoxetina para adolescentes
de bajo peso deberán ser menores.
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Escitalopram Ficha Técnica
Oral. Dosis única diaria.
Tratamiento de episodio depresivo mayor: 10 mg.
Según la respuesta individual puede aumentarse hasta 20 mg. Duración mínima de 6 meses para consolidar respuesta.
Vía oral. Tomar con/sin alimentos.
administración Contraindicaciones
Hipersensibilidad, con antecedentes de intervalo QT alargado o síndrome congénito del segmento QT largo, tratamiento concomitante con IMAO no selectivos irreversibles, con IMAO A reversibles (moclobemida), con linezolida, por riesgo de síndrome serotoninérgico; con medicamentos que prolonguen el intervalo QT. Insuficiencia hepática: Precaución. I.H. leve o moderada administrar 5 mg las 2 primeras semanas. Según respuesta individual aumentar la dosis hasta 10 mg. Precaución y cuidado especial de ajuste de dosis en pacientes con función hepática gravemente reducida. Insuficiencia renal: Precaución en I.R. con Clcr < 30 ml/min.
Riesgo de desarrollar síndrome serotoninérgico por: selegilina. Potenciación de efectos con: litio, triptófano. Potencia toxicidad de: anticoagulantes orales. Concentraciones plasmáticas aumentadas por: inhibidores de CYP2C19. Potencia acción y toxicidad de: flecainida, propafenona, metoprolol, desipramina, clomipramina, nortriptilina, risperidona, tioridazina, haloperidol. Precaución con: antidepresivos tricíclicos, otros ISRS, fenotiazinas, tioxantenos, butirofenonas, mefloquina, bupropión, tramadol.
Valorar riesgo/beneficio.
Las mujeres en período de lactancia no deberían ser tratadas con escitalopram o
la lactancia debería interrumpirse. El escitalopram puede ser excretado por la leche humana.
Fuente: Vademecum.es [168]
ISRS no aprobados por la FDA para el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes
La efectividad del Citalopram en el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes ha sido
evaluada en distintos estudios [104].
El primero de ellos [173] incluyó a niños (7-11 años) y adolescentes (12-17), con edad media de
12,1 años, que cumplían criterios DSM-IV para el trastorno depresivo mayor y cuyo episodio
actual fuera de al menos 4 semanas de duración al inicio del estudio. El estudio fue randomizado,
doble ciego comparó la eficacia y seguridad del Citalopram en comparación a placebo. Los
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participantes (n=174) fueron tratados inicialmente con 20 mg/día de citalopram (con opción de
aumentar hasta 40 mg diarios, si el médico lo indicaba) o placebo. La dosis media de citalopram
fue de 24 mg diarios. Se encontraron efectos positivos significativos para el grupo de citalopram
en la medida de resultados principal, a partir de la primera semana de tratamiento (tamaño del
efecto= 2.9). La diferencia en la tasa de respuesta a las 8 semanas de tratamiento también fue
significativa (placebo 24% y citalopram 36%). Respecto de los efectos secundarios, la rinitis,
náuseas y dolor abdominal fueron los únicos que se presentaron, con una frecuencia superior al
10% en ambos grupos. La tasa de abandonos debido a efectos adversos fue similar en ambos
grupos (5.9% placebo y 5.6 citalopram).
El Segundo [174] estudio multicéntrico doble ciego europeo, con una muestra de n=244
adolescentes de 13 a 18 años con depresión mayor, randomizados a tratamiento con citalopram
(n=124) o placebo (n=120), no encontró diferencias significativas en la medida de resultados
principal a las 12 semanas de tratamiento. La remisión fue similar en el grupo de citalopram y
placebo (51 y 53% respectivamente), sin embargo un análisis post hoc reveló que más de dos
tercios de los pacientes recibieron psicoterapia durante el estudio. Para aquel os que no reciben
psicoterapia, hubo un mayor porcentaje de mejora con citalopram (41%) frente a placebo (25%)
y un porcentaje significativamente mayor de remisión con citalopram (45%) en comparación con
placebo (19%). Sobre los efectos adversos leves a moderados se informaron en el 75% del grupo
de citalopram y el 71% de los pacientes tratados con placebo. Los más frecuentes fueron dolor
de cabeza, náuseas e insomnio. Acontecimientos adversos graves ocurrieron en un 14 a 15% en
Respecto de la suicidalidad, se informó de 5 pacientes en el grupo placebo y 14 pacientes en el
grupo de citalopram (no significativo), sin un patrón respecto a la duración del tratamiento,
tiempo de inicio o la dosis. En contraste, la ideación suicida (Kiddie-SADS-PL) sólo mostró un
aumento y mayor frecuencia en el grupo de placebo (18%).
Si bien parece haber alguna evidencia en favor de citalopram sobre el placebo en la remisión de
sintomatología depresiva, aún la evidencia no es concluyente como para que la FDA se pronuncie
Para sertralina, dos estudios aleatorizados idénticos, doble ciego, multicéntrico para niños y
adolescentes entre 6 y 17 años (n=376), realizados en 53 hospitales de medicina general y
centros académicos en Estados Unidos, India, Canadá, Costa Rica y México, entre diciembre de
1999 y mayo de 2001, compararon el efecto de placebo y sertralina. Los participantes recibieron
dosis flexibles de sertralina (50-200 mg/día, dosis media 131 mg/día) o placebo, con una mediana
de duración de exposición al fármaco o placebo de 68 días. Al combinar los resultados de ambos
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estudios, las tasas de respuesta fueron del 69% para sertralina y el 56% para placebo, sin
diferencias significativas en los síntomas depresivos entre participantes tratados con sertralina o
A partir de lo anterior, Bridge y cols. [157] informaron el número necesario a tratar para
beneficiarse de la sertralina (NNT) en 10 (IC 95%, 6-500).
Entre los tratados con sertralina el 17, 9% abandonó el proceso por efectos adversos,
comparados con el 3% del grupo placebo que suspendieron el tratamiento debido a eventos
adversos. Hubo 4 efectos adversos que le ocurrieron al 5% de los pacientes tratados con
Sertralina, el doble de incidencia que a los pacientes de placebo: diarrea, vómitos, anorexia y
agitación. Siete participantes tratados con sertralina y 6 tratados con placebo tuvieron eventos
adversos que cumplían con los criterios establecidos para un evento adverso "grave", incluyendo
algún intento de suicidio (2 sertralina y 2 placebo), ideación suicida (3 sertralina), reacción
agresiva (1 sertralina) y hospitalizaciones en medicina (1 sertralina y placebo 4). No se observaron
diferencias clínicamente importantes entre los dos grupos de tratamiento con respecto a
pruebas de laboratorio, signos vitales, exploración física o hallazgos electrocardiográficos. El
cambio en el peso corporal desde el inicio hasta la visita final fue de -0,38 kg en los pacientes
tratados con sertralina y 0,78 kg en los pacientes tratados con placebo (p = 0,001).
La efectividad de la Paroxetina en el tratamiento de adolescentes con depresión, ha sido
evaluada en tres ensayos clínicos randomizados [175] [176] [177], no encontrándose efectos en
las medidas de resultado primarias en ninguno de el os, a pesar de que dos de los estudios [175]
[177] encontraron diferencias significativa en medidas secundarias de eficacia. Bridge (2006)
[157] en su metanálisis no pudo calcular el número necesario a tratar (NNT) dado que los estudios
no mostraron beneficios en las medidas primarias de resultados.
Tres informes sostienen que la Paroxetina no ha sido aprobada para su uso en pacientes jóvenes y
no debe ser prescrita para el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes, así como que
aquellos que están tomando paroxetina no deben interrumpir repentinamente el uso de la droga
[178] [179] [180].
En conclusión, el antidepresivo de elección es la fluoxetina debido a su eficacia y la autorización
de la Food y Drogas (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) para el tratamiento de
la depresión en los sujetos de la edad de 8 años en adelante [102], mientras que a partir de los 12
años, se puede utilizar el Escitalopram. En Chile, el Instituto de Salud Pública señala [181] que la
Fluoxetina cuenta con autorización para uso pediátrico. Ningún otro fármaco cuenta con
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autorización de la FDA para ser utilizado en el tratamiento de la depresión de niños y
Fuera de protocolo, los antidepresivos ISRS de segunda elección son la Sertralina y el citalopram
y pueden utilizarse cuando los fármacos de elección no muestran efectos terapéuticos [102].
Como alternativas, pero no de primera o segunda El síndrome serotoninérgico es una condición
elección -dados sus efectos secundarios clínica asociada al uso de medicamentos que
potencialmente graves- los antidepresivos promueven la neurotransmisión
tricíclicos y α2-adrenérgicos se pueden utilizar, serotoninérgica, debido a una sobre-
estos últimos especialmente en el tratamiento de estimulación de receptores de serotonina,
la agitación y trastornos del sueño relacionados centrales y periféricos. Los signos y síntomas
con la depresión [102].
más frecuentes son agitación o inquietud,
diarrea, latidos cardíacos rápidos e
Respecto de la venlafaxina, se observa un efecto hipertensión arterial, alucinaciones, aumento
positivo del tratamiento en los adolescentes, pero de la temperatura corporal, pérdida de
no en niños (as) [182]. Tampoco se cuenta con coordinación, náuseas, reflejos hiperactivos,
cambios rápidos en la presión arterial y
evidencia suficiente para recomendar el uso de la vómitos. (Fuentes: Young, P. et al. 2008,
hierba de San Juan ni de los inhibidores de la Medline Plus, 2012)
monoaminooxidasa (IMAO) [102].
Seguridad de los antidepresivos ISRS
Efectos secundarios
Respecto de los efectos secundarios de los antidepresivos y pese a la seguridad observada desde
la clínica habitual, los efectos secundarios de los ISRS y otros inhibidores serotoninérgicos y
adrenérgicos nuevos parecen ser similares, dependiente de la dosis, y pueden disminuir con el
tiempo [165] [183] [184] [133] [124].
Los efectos secundarios más comunes de los ISRS incluyen síntomas gastrointestinales, cambios
en el sueño (por ejemplo, insomnio o somnolencia, sueños vívidos, pesadillas, dificultad para
dormir), inquietud, diaforesis, dolor de cabeza, acatisia, cambios en el apetito (aumento o
disminución), y disfunción sexual. Aproximadamente el 3% a 8% de los jóvenes, en particular los
niños, también pueden mostrar una mayor impulsividad, agitación, irritabilidad, y
"comportamiento de activación" [133].
La acatisia corresponde a "una sensación de inquietud, impaciencia, intranquilidad, ansiedad,
insomnio o disconfort generalizado", y está fuertemente asociada a abandono precoz de
6 Prescripción clínica de un fármaco no aprobado para un determinado grupo o para el tratamiento de una determinada patología.
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tratamiento. La acatisia secundaria a los ATD tendría una incidencia que varía entre un 9,8 a 25%
[185] y a menudo se presenta durante los primeros 10 a 14 días de tratamiento, siendo
comúnmente ignorada o confundida con ansiedad o con empeoramiento de la condición original
Efectos secundarios más comunes de los ISRS
Síntomas gastrointestinales
Disfunción sexual
Dolor de cabeza
Cambios en el apetito (aumento Cambios en el sueño, insomnio, somnolencia, sueños vívidos,
pesadillas, dificultad para dormir
Mayor impulsividad
Irritabilidad
Comportamiento de activación
Más raramente el uso de antidepresivos se ha asociado con el síndrome serotoninérgico [187],
aumento de la predisposición de sangrado (por ejemplo, fragilidad capilar, equímosis, epistaxis)
[188] [189] y aumento de las tendencias suicidas. Debido al riesgo de sangrado, los adolescentes
tratados con ISRS y otros antidepresivos que van a tener cirugía deben informar a sus médicos, ya
que podría interrumpir el tratamiento durante el período preoperatorio.
Síndrome de descontinuación
La discontinuación abrupta de los antidepresivos puede producir un conjunto de síntomas
inmediatamente después de la suspensión.
Para hablar de "síndrome de discontinuación", los síntomas no deben haberse presentado previo a
la suspensión y no deben ser atribuibles a otras causas. Síntomas comúnmente asociados son
mareos, ansiedad, parestesias, síntomas gripales (malestar general, mialgias, náuseas, vómitos,
diarrea), síntomas menos comunes son alucinaciones hipnagógicas, hipomanía, agitación
psicomotora, con reportes aislados de ideación suicida. Como parte del concepto de este
síndrome está el hecho que la reinserción del tratamiento mejora rápidamente los síntomas
Es importante considerar la vida media del antidepresivo, dado que el médico puede confundir
efectos secundarios con un síndrome de discontinuación, en casos de dosis bajas de
antidepresivos de vida media corta [105].
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
En octubre del 2004, tras evaluar 26 estudios,
la FDA aplicó un black box a todos y a los Suicidalidad: un continuo que va desde la mera
ocurrencia hasta la consecución del suicido,
futuros antidepresivos en menores de 18 años pasando por la ideación, la planificación y el
de edad. Sin embargo, en ninguno de los 26 intento suicida.
estudios se evidenció algún caso de suicidio. Ideación Suicida: pensamientos acerca de la
En febrero del 2005, el black box original fue voluntad de quitarse la vida, con o sin
cambiado y acotado por la FDA, precisando planificación o método.
que el uso de ISRS produciría incremento de la Parasuicidio (o Gesto Suicida): acción destructiva
ideación y de conductas, no así de suicidio no letal que se considera un pedido de ayuda o
propiamente tal. Posteriormente, en junio de una manipulación sin intenciones serias de
ese año, el mismo organismo advierte quitarse la vida.
nuevamente la posibilidad de incrementar la Intento Suicida: Conductas o actos que
intencionalmente busca el ser humano para
suicidalidad en adultos.
causarse daño hasta alcanzar la muerte no
logrando la consumación de ésta.
Simon y Cols. [190], a raíz de la advertencia de Suicidio Consumado: Término que una persona en
la FDA acerca del aumento del riesgo suicida forma voluntaria e intencional hace de su vida. La
con el uso de antidepresivos, estudian la base característica preponderante es la fatalidad y la
de datos con registros de 65.103 premeditación [35].
adolescentes tratados con antidepresivos.
Entre enero de 1992 y junio del 2003 hubo 85205 episodios de tratamiento. La mortalidad
después de la prescripción de antidepresivos fue de uno en tres mil episodios de tratamiento, y
hubo un intento suicida en mil episodios de tratamiento. El riesgo de suicidio completado fue
mayor en el mes previo a la prescripción, y luego disminuyó progresivamente desde ésta en
adelante. Por otra parte, este riesgo fue mayor entre niños y adolescentes (314 por 100.000) que
entre adultos (78 por 100.000).
Martínez et al. [191] revisan la evidencia para la prohibición, por parte de la Federal Drug
Administration de EUA, sobre el uso de antidepresivos en niños y adolescentes, concluyendo que
hay insuficientes estudios al respecto y que las ventajas de medicar son mayores que las de no
hacerlo, dado que el riesgo suicida es propio de los cuadros depresivos. A similar conclusión
llegan Silva y Martinez [192].
Actualmente varios estudios han puesto en entredicho la asociación entre el tratamiento
farmacológico de la depresión con ISRS y el aumento de las muertes por suicidio en adolescentes.
Dudley, Goldney y Hadzi-Pavlovic (2010) [193], luego de realizar una revisión de estudios
observacionales respecto de suicidios consumados y tratamiento con ISRS, sostienen que la
investigación ecológica sobre los efectos de advertencias respecto de las tasas de suicidio
adolescente ha entregado conclusiones ambiguas, debido a que dichas investigaciones no
pueden controlar múltiples factores intervinientes (Confusores), por lo que no se puede suponer
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asociación causal entre variables. Los autores señalan que un estudio [194] examinó los datos de
asociación entre suicidio y tratamiento con ISRS en 27 países diferentes, mostrando que existe
una relación inversa, aunque la evidencia fue más débil para niños y adolescentes.
Luego de su trabajo de revisión, Dudley, Goldney y Hadzi-Pavlovic (2010) [193] concluyen que la
baja frecuencia de uso de ISRS previo al suicidio adolescente no apoya la afirmación de que los
ISRS se asocian con un aumento de suicidios en esta población. Dada la prevalencia de la
depresión asociada con el suicidio juvenil, la conclusión más evidente es que la mayoría de los
adolescentes que mueren por suicidio no han tenido el beneficio potencial del tratamiento con
antidepresivos al momento de su muerte.
Respecto de la suicidalidad, en 2006 Hamad, Laughren y Racoosin [195] investigaron la relación
entre los antidepresivos y suicidalidad en ensayos clínicos randomizados (23 ECR más TADS, que
evaluó específicamente la fluoxetina). Los ensayos incluían mayoritariamente a adolescentes con
depresión (16), pero también con otros trastornos (2 trastornos obsesivo compulsivo; 2 trastornos
de ansiedad generalizada; 1 trastorno por déficit atencional con hiperactividad y 1 trastorno de
ansiedad social). De los 24 estudios, 4 no reportaron eventos de suicidalidad en el grupo de
intervención ni en el de placebo. La extracción de datos fue individual por cada paciente. Este
estudio encontró que el uso de fármacos antidepresivos en pacientes pediátricos está asociado
con un riesgo moderadamente alto de suicidio, sin embargo esto no es exclusivo en estudios
sobre pacientes con depresión, sino que está igualmente presente en los pacientes con otros
trastornos que fueron tratados con antidepresivos.
Otro estudio de 2007 [196] evaluó la relación entre los antidepresivos y la suicidalidad en
jóvenes. Para el o se utilizó un sistema estandarizado de Valoración suicida que proporcionó
datos para el análisis de riesgos de los antidepresivos pediátricos (mecanismo de clasificación
Columbia para la Evaluación del Suicidio C-CASA). Se estimó la confiabilidad de las puntuaciones
C-CASA y el grado de acuerdo con la clasificación de la industria farmacéutica respecto de la
Las compañías farmacéuticas identificaron 427 acontecimientos adversos de 25 ensayos clínicos
pediátricos con antidepresivos. Aleatoriamente se asignaron los eventos adversos para ser
evaluados por tres de un total de nueve suicidólogos expertos de forma independiente, utilizando
el algoritmo de clasificación de Columbia. Como resultados, se identificaron 26 nuevos eventos
posiblemente suicidas (conducta o ideación) que no fueron identificados originalmente por las
compañías farmacéuticas y 12 eventos originalmente etiquetados como suicida por las
compañías farmacéuticas fueron eliminados, lo que resultó en un total de 38 clasificaciones
discrepantes. Aunque la utilización del C-CASA resultó en la identificación de más eventos
suicidas, menos eventos fueron clasificados como intentos de suicidio. Además, las calificaciones
de C-CASA fueron altamente confiables (coeficiente de correlación intraclase [CCI]=0,89).
7 Bupropion, citalopram, fluoxetina, fluvoxamina, nefazodona, mirtazapina, sertralina, venlafaxina
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Los autores concluyen que es necesario utilizar un enfoque metódico y sistemático para evaluar
la suicidalidad puede proporcionar una identificación más precisa y completa de estas conductas.
Esto dado que los estudios individuales tienen definiciones propias de efectos adversos de la
gama de suicidalidad, lo cual dificulta el análisis de resultados [197] [196].
Dos revisiones publicadas en 2012 [197] [198]ofrecen una visión general de las asociaciones
temporales entre las acciones de las agencias reguladoras en Estados Unidos y Europa, respecto
de las tasas de diagnósticos de depresión, de prescripción de antidepresivos pediátricos, las
consultas a médico para hacer seguimiento cuando se prescriben antidepresivos ylas tasas de
suicidio e ideación suicida en niños y los adolescentes. Respecto de 4 ámbitos de impacto sobre
la asociación entre depresión mayor en niños, suicidalidad y antidepresivos.
1. Tasas de diagnóstico de depresión siguiendo las advertencias de los ISRS: a pesar de que
entre 1999 y 2004 la tasa de diagnóstico de depresión pediátrica aumentó de forma
constante, en 2005 la tasa disminuyó hasta volver a los niveles de 1999 [199] [200] en los
Estados Unidos. Una similar tendencia se observó en los archivos de la Red de
Mejoramiento de la Salud, Base de datos del Reino Unido de atención primaria, en la que
los diagnósticos de depresión disminuyeron desde 3,0 por 1.000 personas por año en
2002 a 2,0 por 1.000 en 2005, a pesar de que durante el mismo período de tiempo, los
investigadores encontraron un aumento constante de los síntomas depresivos de 1,0 por
1.000 en 1995 a 4,7 por 1.000 PYAR en 2009 [201].
2. Tasas de prescripción de ISRS luego de las advertencias: si bien hasta antes de la
advertencia las tasas de prescripción de ISRS a población infantoadolescentes había ido
en aumento, luego de ella decreció la prescripción de antidepresivos a pacientes nunca
antes expuestos, es decir las nuevas prescripciones, sin embargo las prescripciones a
pacientes con historia de haber utilizado ISRS (entre 5 y 21 años) se mantuvo constante.
El informe además señala que los médicos que prescriben ISRS, reportaron que entre el
14 y el 22% de los adultos responsables y el 9% de los pacientes pediátricos rechazaron
el tratamiento con antidepresivos.
3. Visitas de seguimiento y control a los profesionales de salud de acuerdo a las
advertencias de los ISRS: Dado que la recomendación de la FDA fue seguir de cerca a los
pacientes al inicio del tratamiento (semanalmente durante las 4 primeras semanas y
cada dos semanas entre el primer mes y las 12 semanas) sin embargo, señalan los
autores, casi ninguno de los médicos que prescribió farmacoterapia con ISRS cumplió con
dicha disposición de la FDA. Antes de advertencia, menos del 10% de los pacientes tenían
las cuatro visitas sugeridas durante el primer mes y posteriormente menos del 20% de
estos pacientes cumplen con la frecuencia de visita señalada por la FDA [202].
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4. Tasas de suicidio e ideación suicida luego de la advertencia de la FDA sobre los ISRS: en
paralelo al alza en la prescripción de medicamentos ISRS en adolescentes, se produjo un
descenso en las tasas de suicidio en niños y adolescentes en los Estados Unidos, el Reino
Unido y partes de Europa [203] [204] [205] [206]. A partir de 2005 varios estudios han
sugerido el aumento en las tasas de suicidio se asoció con la disminución de las tasas de
prescripción de antidepresivos [203] [204] [207]. Mientras que las tasas de prescripción
de antidepresivos disminuyeron y las de suicidio aumentaron luego de la advertencia, la
prevalencia de ideación suicida en adolescente no presentó aumento, manteniéndose
relativamente estable [208]. Una comparación de la prevalencia y los correlatos de la
ideación suicida y los intentos de los adolescentes en dos muestras probabilísticas
representativas a nivel nacional de los adolescentes en los Estados Unidos observó una
disminución en las tasas de ideación suicida en niños y adolescentes de 12 a 17 desde
12,7% en 1995 a 10,9 % en 2005, un descenso más profundo en los hombres que en las
De lo anteriormente señalado los autores concluyen que debido a las advertencias de los
organismos reguladores, los diagnósticos de depresión y la tasa de prescripción de ISRS
disminuyeron significativamente ya que los médicos que prescribieron los medicamentos, en la
mayoría de los casos, no cumplieron las pautas de seguimiento recomendadas, las tasas de
suicidio aumentaron entre los niños y los adolescentes en Estados Unidos, Canadá y partes de
Europa. Por lo tanto, parece que hay asociaciones entre disminución de las tasas prescripción de
antidepresivos ISRS y disminución tasas de suicidio.
Otros estudios han encontrado una relación inversamente proporcional entre suicidios
completados y prescripción de antidepresivos, en EUA y países escandinavos.
En estos últimos, Tihonen et al. [209] en un estudio de una cohorte de 15.390 adolescentes
hospitalizados en Finlandia entre 1997 y 2003, seguidos en una base de datos computarizada
nacional (promedio de seguimiento de 3,4 años) midiendo el riesgo relativo con monoterapia con
antidepresivos, comparado con casos sin tratamiento antidepresivo. La Fluoxetina fue la
sustancia con menor riesgo (RR 0.52) yla Venlafaxina la con mayor riesgo (RR 1.61) de suicidio
completado. Se observó una mortalidad sustancialmente menor con el uso de inhibidores de la
recaptación (ISRS) (RR 0,52) atribuible a una menor mortalidad por enfermedades
cardiovasculares o por accidentes cerebrovasculares. El uso de antidepresivos se asoció con un
mayor riesgo de intentos suicidas (RR +39%), pero con una menor cantidad de suicidios
completados (-32%) y con menor mortalidad (-9%), al compararse con casos tratados sin
antidepresivos. En los adolescentes, el riesgo fue semejante al grupo total, con la excepción de
una mayor mortalidad con uso de Paroxetina (RR 5.4).
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ISRS, suicidalidad y trastorno bipolar
Berk y Dodd (2005) [210] señalan que una posibilidad de la menor tasa de respuesta a
antidepresivos entre niños y adolescentes respecto de los adultos, es la posibilidad de que el
trastorno sea parte del espectro bipolar.
El trastorno bipolar es habitualmente mal diagnosticado como depresión unipolar [211],
recurriéndose regularmente a los antidepresivos como parte de la terapéutica, a pesar de estar
contraindicados en pacientes bipolares como mono-terapia, debiendo siempre asociarse a un
estabilizador del ánimo como el Ácido Valproico, Lamotrigina, Carbamazepina, Carbonato De
Litio, Oxcarbazepina, etc.
La razón es el riesgo de viraje desde la fase depresiva a la maníaca, con descompensaciones
bruscas del cuadro clínico. Un factor que podría influir en un eventual incremento de la
suicidalidad es, precisamente, el paso de la depresión a la manía, principalmente a manía
disfórica o irritable.
De hecho, una muy baja tasa de adolescentes con trastorno bipolar recibía tratamiento con
estabilizadores al momento de su muerte [212]. Por otra parte, los bipolares no diagnosticados
tendrían 4 veces más riesgo de intentar suicidio y 50% más probabilidad ser hospitalizado, al
compararlos con quienes no tienen una enfermedad bipolar [213].
Fármacos y Dosis recomendadas
Diversos grupos de consenso concuerdan en la importancia del uso de protocolos
medicamentosos para el tratamiento de la depresión en adolescente. Hughes et al. (2007) [127]
resumen una conferencia de consenso para actualizar algoritmos de tratamiento medicamentoso
del trastorno depresivo mayor en niños.
En términos generales, el National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), así como el
Grupo Teens Mental Health no recomiendan la farmacoterapia como tratamiento de primera
línea para la depresión leve, moderada o grave, así como tampoco que el tratamiento
farmacológico se realice sin apoyo de terapia psicológica [45] [214] [215] [216] [217] [217].
8 Con mayor detalle la terapia psicosocial y la farmacoterapia adecuada para el tratamiento de personas con trastorno bipolar se trata
en la Guía de Práctica Clínica para el tratamiento del Trastorno Bipolar.
9 El National Institute for Health and Clinical Excel ence (NICE) se creó en 1999 para reducir la variación en la disponibilidad y calidad de los tratamientos y la atención del sistema nacional de salud inglés. Desarrol an Guías basadas en evidencia y otros productos que
ayudan a resolver la incertidumbre sobre qué medicamentos, tratamientos, procedimientos y dispositivos representan la mejor calidad de atención y ofrecen la mejor relación calidad-precio para el sistema de salud.
10 Grupo de trabajo a cargo del Dr. Stan Kutcher, quienes trabajan para crear, desarrol ar y difundir en Canadá y el extranjero
investigación, educación y programas clínicos mediante la colaboración con proveedores de atención de salud, políticos, escuelas, comunidad empresarial, organizaciones sin fines de lucro y el público en general.
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El NICE ha desarrollado protocolos para el manejo de la depresión leve, que se basan en la Guía
de Práctica clínica para el tratamiento de la depresión en adolescentes [45] [216]. Este grupo
recomienda no utilizar fármacos para el tratamiento de adolescentes con depresión leve. De la
misma forma sostiene que, en caso de no presentar respuesta a intervenciones psicosociales
(terapia cognitivo conductual) a los 3 meses, la depresión leve deberá re-estudiarse como
depresión moderada o severa.
a) Depresión moderada y grave
Respecto de la depresión moderada, el National Institute for Health and Clinical Excellence
(NICE), recomienda que, si el paciente no responde a intervenciones psicológicas luego de 4 a 6
sesiones, se debe considerar la posibilidad de adicionar fármacos al tratamiento. Se sugiere que
el fármaco de elección sea la Fluoxetina. Señala no prescribir antidepresivos tricíclicos,
paroxetina, venlafaxina y hierba de San Juan. En adolescentes con depresión moderada a grave,
crónica o recurrente, con un considerable deterioro psicosocial, tendencias suicidas, agitación o
psicosis; la psicoterapia y el manejo ambiental suelen ser insuficientes. Para estos adolescentes
se indican intervenciones con varios tipos de psicoterapias (cognitivo conductual, grupal, familiar,
etc.) en combinación con tratamientos farmacológicos.
El tratamiento con Fluoxetina comienza con una dosis habitual de 20 mg/día. Luego de un
período de evaluación de 4 semanas, ésta puede seguir aumentando hasta 60 mg. Para el
establecimiento de la dosis se puede considerar el peso corporal.
El tratamiento con Sertralina o citalopram sólo si la Fluoxetina resulta ineficaz o no es bien
tolerada. La dosis inicial deberá ser la mitad de la dosis inicial de adultos, aumentando si es
necesario hasta la dosis diaria de adultos, de forma gradual entre 2 y 4 semanas, considerando el
peso corporal, al igual que en la Fluoxetina.
Después de la remisión (ausencia de síntomas y funcionamiento completo durante al menos 8
semanas) se deberá continuar con la medicación durante al menos 6 meses. La eliminación de
fármacos será gradual, durante 6-12 semanas. La dosis, que se ajustará según la escala de
síntomas de discontinuación/ abstinencia.
Choe et. Al [103] desarrollan tablas resúmenes con las dosis principales de los fármacos ISRS
usualmente utilizados en el tratamiento de depresión en adolescentes, con un buen nivel de
evidencia. La adaptación de estas tablas se presenta a continuación:
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Tabla 15: Presentación dosis inicial, objetivo y máxima
Presentación dosis inicial, objetivo y máxima.
Nivel de evidencia fármaco en adolescentes, vida media y tiempo estacionario
Fármaco
Inicial Objetivo máxima Evidencia Media estacionario
Cápsulas 10, 20, 40 mg
10 mg 20-40 mg 60 mg
4-6 días >4 semanas
Solución 20 mg /5ml Tabletas 5 mg
/5ml Tabletas 10 mg, 20 mg, 40 mg
10 mg 20-40 mg 40 mg
Solución 10 mg /5ml Tabletas 25, 50,
Solución 20 mg/ml Tabletas 10, 20,
Paroxetina 30, 40 mg
10 mg 20-40 mg 50 mg
Susp. 10 mg /5ml
Fuente: adaptado de Choe 2012 [103]
En la Tabla Nº 15 se presentan los principales antidepresivos utilizados en el tratamiento de
Tabla 15: Dosis por kilogramo de peso de antidepresivos para el tratamiento de la depresión
Fármaco Rango dosis diaria mg/kg Administración
Tabla Nº 15: Dosis Diarias Recomendadas por kg. para distintos fármacos
Fuente: modificado de Biederman, J. Spencer, T. Wilens, T. (2006) [218]
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Intervenciones combinadas o mixtas
El tratamiento combinado consiste, a grandes rasgos, en la intervención farmacológica y
psicológica simultaneas, cuyos resultado muestran una mayor tasa de remisión, comparado con
cualquiera de los otros tratamientos [219].
La combinación de psicoterapia y Fluoxetina reducen más rápidamente los síntomas depresivos
[220] yque el tratamiento combinado es mejor que la Fluoxetina sola, principalmente para los
adolescentes con depresiones leve a moderada y depresiones con un alto nivel de distorsión
cognitiva, pero no para las depresiones graves [221].
Es importante resaltar que los diversos estudios tratan de aislar un diagnóstico específico para la
investigación, sin embargo en la práctica clínica la mayoría de los adolescentes presentan
múltiples factores asociados, lo cual hace necesario un enfoque multimodal de tratamiento.
A partir de los datos obtenidos en el estudio TADS [222] (Treatment for Adolescents With
Depression Study), un ensayo clínico controlado aleatorio, que fue l evado a cabo en 13 centros
académicos de los EE.UU. con una muestra de 439 adolescentes entre 12 y 17 años con
diagnóstico de depresión mayor (DSM-IV), la mayoría de el os con una o más comorbilidades,
cuyo objetivo fue evaluar la eficacia a corto y largo plazo (12 y 36 semanas) del tratamiento con
Fluoxetina, terapia cognitivo-conductual o de su combinación comparados con placebo, sus
autores recomendaron utilizar la Fluoxetina para los casos de depresión moderada-grave,
enfatizando en la necesidad de vigilar posibles efectos adversos. También se recomendó una
mayor accesibilidad a la TCC, fundamentalmente para aquel os adolescentes con historia
personal o familiar de suicidio, debido al posible beneficio que supone añadir TCC a la Fluoxetina
para prevenir la conducta suicida [223]. Estos resultados y recomendaciones se mantuvieron
adecuados a la evaluación a 36 semanas de tratamiento [224].
En cuanto al mantenimiento de los resultados en el tiempo, el tratamiento combinado fue el que
obtuvo mejores resultados a las 12 semanas, mientras que a las 36 semanas, este porcentaje fue
similar en todos los grupos, lo que sugeriría la importancia del mantenimiento de los
tratamientos en el tiempo.
En resumen, en el estudio TADS se concluye que en adolescentes con depresión moderada a
grave, la utilización de fluoxetina sola o en combinación con TCC parece acelerar la respuesta
clínica yel complementar la medicación con la terapia cognitivo-conductual puede aumentar la
seguridad del paciente al reducir la intencionalidad suicida. El balance riesgo/beneficio del
esquema de tratamiento combinado parece ser superior a la monoterapia, bien con fluoxetina,
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Otro estudio importante en esta materia es el ADAPT [113], realizado por el Child and Adolescent
Mental Health Services, CAMHS, en 6 centros de las ciudades de Manchester y Cambridge. El
estudio incorporó a 208 adolescentes de entre 11 y 17 años de edad, con probabilidad o
diagnóstico de depresión mayor (4 síntomas con discapacidad psicosocial). Los criterios de
exclusión fueron: esquizfrenia, trastorno bipolar, necesidad de admisión inmediata, embarazo o
uno de contracepción poco fiable, discapacidad de aprendizaje general, sesibilidad previa o
alergia a ISRS, contraindicación médica o historia de tratamiento óptimo de ISRS y TCC sin efecto.
Las intervenciones entregadas a los adolescentes fueron:
1. Una breve intervención psicoeducativa como parte del proceso de randomización.
Aquel os que no respondieron a esta intervención (126 de 164) más aquel os
adolescentes que, dadas sus condiciones, fueron inmediatamente asignados al proceso
de randomización.
2. 208 adolescentes se asignaron aleatoriamente al grupo de ISRS (1) o de ISRS + TCC (2). El
tratamiento con ISRS consistió en 10 mg diarios de Fluoxetina por 1 semana, aumentando
a 20 mg por 5 semanas. Si no hubo respuesta a las 6 semanas, un aumento a 40 mg se
consideró (40 mg día por medio por una semana, seguidos de 40 mg diarios por 5
semanas). En caso de no haber respuesta a las 6 semanas, se repitió el mismo
procedimiento incrementando las dosis a 60 mg. Si la Fluoxetina no fue efectiva, se
consideraron otros ISRS. Aquellos pacientes en tratamiento previo con ISRS mantuvieron
su prescripción. Los pacientes del brazo (1) recibieron 8 sesiones ambulatorias de
cuidados habituales por especialista o más, dependiendo de las necesidades clínicas. La
TT consistió en 12 semanas de sesiones semanales y luego 12 sesiones quincenales, con
una sesión final a las semana 28.
Las medidas de resultados u outcomes fueron evaluados mediante cambios registrados en:
1. Escala Health of the Nation Outcome Scales for Children and Adolescents para niños
2. Children's Depression Rating Scale–Revised in Adolescents CDRS-R
3. Children's Global Assessment Scale CGAS
4. Mood and Feelings Questionnaire MFQ
Los resultados obtenidos mostraron que ambos grupos mostraron mejorías importantes,
respecto de variables primarias y secundarias evaluadas, así como en la evaluación a las 28
semanas. Cuando los resultados fueron ajustados por edad, sexo, gravedad, comorbilidades,
calidad y duración del tratamiento psicoterapéutico recibido, se mantuvieron los resultados
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Las conclusiones del estudio ADAPT fueron:
1. La intervención psicoeducativa de dos sesiones de duración puede ser efectiva en un
porcentaje de adolescentes que son derivados al servicio especializado de salud
mental por depresión mayor moderada-grave.
2. La Fluoxetina sumada a los cuidados habituales por especialista, debiesen ser el
tratamiento de elección para aquel os adolescentes con depresión mayor moderada
o grave y que no respondieron a la intervención psicoeducativa inicial.
3. La Fluoxetina sumada a los cuidados habituales, con o sin TCC generan mejoría
clínica consistente en una reducción de los síntomas, ideación o conducta suicida y
una mejora también de la función psicosocial.
4. A los siete meses de iniciado el tratamiento tan sólo uno de cada 10 adolescentes
presentaron respuestas mínimas o nulas al tratamiento con Fluoxetina, sin embargo,
esta respuesta puede tardar hasta dos semanas.
5. No se evidencia que la combinación de TCC y Fluoxetina aumente la ideación o
conductas suicidas, así como tampoco que la TCC sumada al tratamiento con
Fluoxetina disminuya el riesgo de conducta suicida.
Otros ensayos se han llevado a cabo para evaluar la efectividad de la TCC más el tratamiento con
ISRS en general [109], siendo los adolescentes con depresión moderada los que más se
beneficiaron de la intervención con TCC. No se encontraron diferencias entre los grupos en
cuanto a tasas de recuperación en el seguimiento (52 semanas).
Finalmente el ECA realizado por Melvin et al. en 2006 [133], para evaluar la eficacia de TCC (12
sesiones de 50 minutos de frecuencia semanal), la sertralina (25 mg/día durante una semana, que
se podía incrementar hasta 50 mg/día) y la combinación de ambos tratamientos (n=73; 12-18
años, criterios DSM-IV de depresión mayor leve-moderada, distimia u otros trastornos depresivos
no especificados yse excluyeron aquel os adolescentes con conducta o ideación suicida en el mo-
mento del estudio).
Los resultados a las 12 semanas de tratamiento evidenciaron que el grupo de TCC más Sertralina
tuvo similares resultados a los de Sertralina sola o TCC sola. El grupo de TCC tuvo resultados
significativamente mejores que el grupo de Sertralina, resultados que se mantuvieron 3 meses
Para la interpretación de los resultados se debe considerar la dosis empleada (25 mg. diarios,
ajustados hasta 200 mg. diarios), así como que los pacientes ingresados tuviesen depresión leve a
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3.3.4. Consideraciones específicas
Fases del Tratamiento:
El tratamiento de adolescentes con depresión debe hacerse en 3 fases: aguda, de continuación y
de mantenimiento [225]). Para cada una de las fases se consideran una serie de tareas, así como
de metas clínicas.
Las dos primeras son las más importantes y siempre deben incluirse en el abordaje terapéutico.
La terapia de mantenimiento en adolescentes deprimidos, al igual que en adultos, ha mostrado
reducir las recurrencias [103].
El objetivo principal de la fase aguda de tratamiento es la reducción y la remisión total de los
síntomas [115]. Es la mejor estudiada de las fases de tratamiento y se debe orientar a evitar que
el paciente sufra lesiones, identificar y resolver los factores que provocaron la aparición del
episodio agudo, recuperar con rapidez el nivel óptimo de funcionamiento, establecer una alianza
con el paciente y su familia y formular planes de intervención (a corto y/o a largo plazo). Se
extiende hasta la remisión sintomática (6 a 12 semanas).
En la fase Aguda es donde se define el o los fármacos del tratamiento inicial, las dosis, respuesta
a tratamiento, presencia de efectos secundarios, etc. Según Choe (2012) [103], se pueden
considerar las siguientes recomendaciones de manejo en esta etapa:
La dosis inicial es generalmente el límite inferior del rango clínico y se mantiene así
por un mínimo de 4 semanas antes de considerar cambios en el fármaco o la dosis
Los adolescentes que presenten respuestas parciales deberán mantenerse en
observación para modificaciones al tratamiento, pero si a las 12 semanas la respuesta
continúa siendo parcial se debe realizar un cambio en el tratamiento.
En caso de que el paciente esté presentando dificultades para tolerar los efectos
secundarios de los medicamentos en la fase aguda, generalmente se deberá
discontinuar y comenzar con un fármaco distinto.
Si bien la frecuencia óptima de los controles en esta fase es discutida [202], los autores
destacan la importancia de indagar en cada una de el as sobre los aspectos que
implicarían cambios en el tratamiento (respuesta, efectos secundarios).
El tratamiento con antidepresivos puede ser administrado por sí solo hasta que el adolescente
sea susceptible de psicoterapia o, si procede, puede combinarse con la psicoterapia desde el
inicio del tratamiento. Los adolescentes deprimidos que no responden a monoterapia, ya sea con
11 Otra estrategia clínica es la de comenzar con una dosis incial es la mitad de la considerada clínicamente útil y ésta se aumenta a los 4-7 días, para posteriormente esperar 4 semanas antes de considerar cambios.
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psicoterapia o antidepresivos, pueden requerir de una combinación de estas dos modalidades de
Es importante señalar que el manejo de los fármacos debe estar a cargo de un adulto
Cuando la remisión sintomática se consigue, la fase siguiente es la de continuación, con el objeto
de consolidar la respuesta obtenida durante la fase aguda y evitar recaídas debiendo prolongarse
hasta consolidar la remisión, para así favorecer el proceso de recuperación [115].
En esta fase, la psicoterapia consolida las habilidades aprendidas durante la fase aguda y ayuda a
los adolescentes a lidiar con las secuelas psicosociales de la depresión, abordando los
antecedentes, factores contextuales, los factores de estrés medioambientales, e internos, así
como los conflictos externos que puedan contribuir a una recaída. Por otra parte, si el
adolescente está tomando antidepresivos, durante las sesiones de seguimiento debe fomentarse
la adherencia a la medicación, optimizar las dosis yevaluar la presencia de efectos secundarios.
Finalmente, luego de completada esta fase, algunos adolescentes necesitarán seguimiento o
terapia de mantenimiento, para prevenir episodios futuros [115]. El Seguimiento busca la
prevención de episodios futuros y puede realizarse mediante evaluación por equipo de salud
Según NICE (2005) [45] cerca del 30% de los niños y adolescentes con depresión mayor,
presentan recurrencia en un periodo de cinco años, muchos de ellos en el primer año tras el
episodio y otros padecerán algún episodio en la vida adulta.
En la práctica clínica, es importante valorar la existencia de posibles factores causales o
mantenedores de la depresión, que incluyen dificultades en las relaciones familiares, enfermedad
psiquiátrica de los padres, dificultades con el grupo de iguales, características culturales y
étnicas, enfermedades físicas o patología comorbidas [36].
En los estudios naturalisticos de depresión, para los adolescentes tratados con terapia cognitivo
- conductual o bien con antidepresivos, la tasa de recaída es alta [25] [164]. El riesgo de recaída
es mayor dentro de los primeros 4 meses de mejoría sintomática.
En el caso de adolescentes tratados con fluoxetina durante 3 a 6 meses, el tratamiento
continuado con dicho ISRS se asoció con una mucho menor tasa de recaídas (40%) en
comparación con el tratamiento con placebo (69%) La tasa de recaída en el grupo con fluoxetina
se debió, al menos en parte, a la mala adherencia al tratamiento [226].
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La presencia de síntomas residuales de la depresión tiene relación directa con una mayor tasa de
recaída, por lo que, no sólo debe buscarse la respuesta a tratamientos sino también la remisión
de los síntomas.
La efectividad del tratamiento elegido debe ser evaluada regularmente yclasificarla según los
siguientes resultados de tratamiento: (1) respuesta; (2) remisión; (3) recuperación; (4) recaída ó (5)
Tabla Nº 16: Resultados posibles del tratamiento
Respuesta
Adolescente asintomático o con una significativa reducción de los síntomas depresivos como mínimo durante dos semanas de observación.
Remisión
Un período de a lo menos dos semanas y menos de dos meses con ningún o muy pocos síntomas depresivos
Recuperación Ausencia significativa de síntomas depresivos (ej. no más de 1 a 2 síntomas depresivos)
durante más de dos meses
Recaída
Un episodio depresivo con criterios CIE durante el período de remisión
Recurrencia
La emergencia de síntomas depresivos durante el período de recuperación (un nuevo episodio depresivo).
Fuente: elaboración propia
Depresión Resistente
La depresión resistente consiste en la falta de una adecuada respuesta a un tratamiento basado
en evidencia [89]. La adecuada respuesta a tratamiento ha sido definida como la mejoría de a lo
menos un 50% de los síntomas depresivos o una reducción grande o muy alta de la discapacidad
Existe evidencia para el tratamiento de adolescentes con depresión mediante TCC, TIP-A, ISRS y
terapia combinada. Un tratamiento adecuado significa asegurar la dosis y duración óptima, así
como la adherencia del paciente [228].
Según la revisión realizada por Maalouf, F. Atwi, M. Brent, D. (2011), entre el 30 y 40% de los
adolescentes no responde a la terapia inicial, ya sea con TCC, ISRS o terapia combinada.
El tratamiento adecuado con fluoxetina ha sido definido como con una duración óptima de entre
8 a 12 semanas, consistentes en, al menos 4 semanas de duración, con 20 mg., o una dosis mayor
en caso de no haber respuesta, por al menos 4 semanas más. Por su parte, la psicoterapia
adecuada, es definida como TCC o TIP-A por 8 a 16 sesiones [3] [229].
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La adherencia contempla la asistencia a sesiones, el número de tabletas que la persona no se
tomó, los niveles de metabolitos de la farmacoterapia, completar tareas de la psicoterapia y una
comprensión de los principios de la TIP-A o TCC [89].
Existen distintos factores que se han asociado con la resistencia a tratamiento [89]:
1. Características de la depresión: cronicidad de la depresión, autodaño no suicida,
ideación suicida y desesperanza.
2. Comorbilidades psiquiátricas: tales como TDAH, trastorno de ansiedad generalizada,
distimia y abuso de substancias.
3. Comorbilidades médicas: anemia, deficiencias de vitamina B12, hipotiridismo,
mononucleosis, migraña, fibromalgia, diabetes mellitus insulinodependiente y otras
enfermedades crónicas.
4. Farmacocinética y farmacogenética: mayores concentraciones sanguíneas del fármaco
se han asociado con mayores tasas de respuesta. El polimorfismo del gen FKBP5 se
asocia con una mayor sensibilidad de los receptores de los glucocorticoides, a su vez
asociado con un mayor riesgo de eventos suicidas, mucho más comunes en
adolescentes deprimidos que no respondieron al tratamiento [230]
5. Factores ambientales: conflictos familiares, depresión materna e historia de abuso.
Ante la presencia de depresión resistente, Maalouf, F. Atwi, M. Brent, D. (2011) recomiendan
comenzar por la evaluación respecto de si el diagnóstico ha sido el adecuado. Los autores señalan
que algunos trastornos mentales severos, o enfermedades físicas, pueden ser confundidos con
depresión en la adolescencia.
Se debe considerar la posibilidad de un trastorno bipolar, prestando especial atención a no
confundir los síntomas de hipomanía o manía con TDAH [210].
Además se debe considerar si el tratamiento psicológico y/o farmacológico es el adecuado,
considerando la concentración, frecuencia y adherencia, tanto de exposición a sesiones como de
la farmacoterapia. Respecto de los fármacos, se deberá considerar la capacidad de
metabolizarlos de cada paciente, cambios de peso significativos, así como la presencia de efectos
secundarios que condicionen la adherencia a los medicamentos [89].
Entre las principales estrategias de tratamiento de adolescentes con depresiones resistentes, se
1. Cambio de medicamentos: Algunos estudios sostienen que frente al fracaso con ISRS, el
cambio hacia otro ISRS, venlafaxina o bupropion, cualquiera con TCC o la combinación de
ISRS con otros fármacos como litio, T3, bupoprion o antipsicóticos atípicos, son
adecuadamente efectivos [224] [231] [232].
2. Medicamentos más psicoterapia: ha demostrado ser el tratamiento más eficaz en la
reducción sintomática, así como en la disminución de discapacidad asociada.
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3. Otras intervenciones somáticas no farmacológicas: Terapia electrocombulsivante sólo
cuando no se han obtenido respuestas con 4 ó más fármacos [229]. Se estima que
produce respuesta en un 80% de los pacientes con depresión bipolar o psicótica [233].
Estimulación del nervio vago, aprobado por la FDA para el tratamiento de depresión sólo
en adultos, desde 2005, no hay estudios en niños. Estimulación magnética repetitiva
transcraneal, ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de adultos con depresión. Un
estudio de etiqueta abierta (Bloch et al. 2008) ha mostrado un 30% de reducción de la
severidad de los síntomas en adolescentes.
Finalmente en el tratamiento de la depresión resistente con ideación suicida, los resultados
pueden mejorarse acelerando el tratamiento inicial, tratando los conflictos familiares o el abuso
de alcohol y/o drogas y con intervenciones psicológicas dirigidas a la autoregulación emocional
Comorbilidades
La presencia de comorbilidad en adolescentes deprimidos es bastante común. Por ello, tiene
importancia el tratar a las patologías comórbidas, ya que pueden influir en el inicio,
mantenimiento y recurrencia de la depresión, así como reducir la probabilidad de una completa
respuesta al tratamiento [235], aumentar el riesgo de suicidio, deteriorar el funcionamiento en la
escuela y facilitar los problemas de relaciones interpersonales asociados a la depresión [37] [236]
[237] [238] [114] [28] [221] y peores resultados en general [239]. Del mismo modo, los síntomas
depresivos también pueden influir negativamente en el tratamiento de trastornos comórbidos.
En cuanto al tratamiento, usualmente se evalúa la severidad de las distintas patologías
comorbidas, una a una, y se interviene en la más grave primero [3], [239]. Otra alternativa es que
una patología menos grave primero lugar si es que dicha intervención tiene un efecto preventivo
en las demás [103]. La tabla 17 presenta un breve resumen de estrategias farmacológicas
coadyuvantes en casos de comorbilidades:
Tabla 17: Adyuvantes para síntomas asociados
Adyuvantes para
Rango de dosis
Opciones
Medicamento
síntomas asociados
usual (mg/d)
Insomnio
0.5 mg/kg (max. 25
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Ataques de pánico o
ansiedad
Ansiedad si las
Serotonina 1A Antagonismo
benzodiacepinas están
Antipsicóticos (bajas dosis)
Estabilizadores del ánimo
Ácido Valproico
Efectos colaterales
Anticolinérgicos
extrapiramidales
Fuente: Traducido y adaptado de Choe CJ, Emslie GJ, Mayes TL., 2012 [103].
Varias intervenciones psicosociales y farmacológicas utilizadas para tratar la depresión también
puede ser útiles para el tratamiento de las patologías concomitantes, especialmente los
trastornos de ansiedad.
Para los jóvenes con depresión y con abuso de sustancias es importante el tratamiento de
síntomas depresivos, porque la sintomatología aumenta el riesgo de abuso de sustancias
persistentes y viceversa; el abuso empeora el pronóstico de la depresión y la depresión
comórbida con el abuso de sustancias es un potente conjunto de factores de riesgo para
completar el suicidio [34] [33].
Respecto del tratamiento de adolescentes que presentan trastorno por déficit atencional con
hiperactividad en comorbilidad con depresión, la recomendación es tratar el cuadro más severo
en primer lugar, tal como se ha mencionado. Tal como señala Choe (2012) [103] en su revisión, el
manejo farmacológico recomendado es la Atomoxetina en conjunto con ISRS, pero observando
cuidadosamente los efectos secundarios, ya que los inhibidores de CYP2D6, com
www.serviciodesaludaconcagua.cl o la fluoxetina,
pueden elevar los niveles plasmáticos de Atomoxetina [240]. Otra opción es la monoterapia con
Bupropión, que ha mostrado efectos en ambos cuadros en adolescentes [236].
Tratamiento de Adolescentes con Depresiones con síntomas psicóticos
Aunque hay muy pocos estudios en adolescentes, el tratamiento estándar de la depresión de
adolescentes con síntomas psicóticos consiste en ISRS con antipsicóticos [127], pese a que los
síntomas psicóticos leves pueden responder a los antidepresivos en monoterapia.
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La Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantoadolescente (AACAP por sus siglas en inglés)
recomienda en su guía clínica que la monoterapia con un antipsicótico es un adecuado
tratamiento para estos cuadros (Choe, 2012) [103].
Es importante considerar las perspectivas a corto y largo plazo de los efectos secundarios
asociados con el uso de antipsicóticos atípicos y las posibles interacciones con los antidepresivos.
Por lo general, se recomienda disminuir lentamente los antipsicóticos una vez que los síntomas
psicóticos hayan mejorado, con el objetivo de mantener al adolescente en monoterapia con el
antidepresivo [241].
Programas de tratamiento de adolescentes con depresión en el nivel primario
Stein y Cols. [242] señalan que la depresión en los adolescentes es subdiagnosticada y
subtratada, lo que empeora su pronóstico en el corto (por el riesgo suicida) y largo plazo (por sus
consecuencias en la vida adulta).
El nivel primario de atención es crucial en la identificación, pero hay poca información sobre los
resultados de las intervenciones en atención primaria. Una revisión de 137 estudios sobre
tratamiento de depresión, con 4 de ellos enfocados en intervenciones psicosociales, concluye
que la evidencia apoya la efectividad de los tratamientos psicosociales breves con o sin
medicamentos, dada la realidad de que la mayoría de los adolescentes no recibirán tratamientos
Asimismo, existe evidencia a favor del entrenamiento del personal general de salud en
tratamiento de estos cuadros. En el mismo tema, Zuckerbrot et al. [24] informan acerca de una
guía desarrollada por un Comité de Expertos, en 5 fases, combinando metodologías de búsqueda
de evidencia empírica y consenso, centrada en la identificación, evaluación y manejo inicial de la
depresión adolescente. El problema, afirma la misma autora [243], es que solo un cuarto a un
tercio de los casos de adolescentes con depresión reciben atención.
Diversos protocolos y guías enfatizan la utilidad en manejo integral de la depresión de
adolescentes en el nivel primario, especialmente sobre las depresiones leves [217] [216] [45]
Tratamiento de adolescentes embarazadas con depresión
Esta relación ha sido descrita como un doble riesgo. Un estudio de Barnet, Liy y Devoe [244] en
Maryland, siguieron a 269 adolescentes embarazadas, hasta dos años después del postparto.
Encontraron al año de seguimiento un 46% de síntomas depresivos yun 49% a los dos años. La
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tasa de probabilidad de presentar un nuevo embarazo entre las adolescentes deprimidas fue de
1,44 (1.00-2.01).
Dados los riesgos de la utilización de psicofármacos durante el embarazo, tales como el uso de
inhibidores de recaptación de serotonina, relacionado con hipertensión pulmonar primaria [245],
embarazo de pre-término, o secuelas neuroconductuales, se sostiene que lo óptimo es mantener
a la paciente sin medicamentos [246]. Sin embargo esto no es siempre posible, ya que una
descompensación psiquiátrica durante el embarazo aumenta el riesgo, no sólo para la madre, sino
de complicaciones obstétricas, tales como preeclampsia, anormalidades placentarias, bajo peso
al nacer y sufrimiento fetal [247].
Al igual que en mujeres adultas, la depresión en la adolescente embarazada debe tratarse
activamente, preferentemente con intervenciones psicosociales. Se aplican las precauciones
generales con respecto a los efectos potenciales del antidepresivo en el desarrollo fetal propios
de la embarazada adulta.
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evidencia recomendación
Ejercicio
La conveniencia del ejercicio físico como parte de la estrategia terapéutica
se valorará de forma individualizada. Se recomienda la promoción de estilos de vida saludables, como actividad física regular, alimentación sana y horarios de sueño adecuados, como
parte de la intervención terapéutica.
Intervenciones en el ámbito escolar
Dirigir las intervenciones escolares hacia la recuperación y/o mantenimiento de la funcionalidad del adolescente y a que el personal
educativo conozca las características del cuadro y las necesidades y capacidades del joven. Las intervenciones escolares deben realizarse previa autorización de los padres o tutores, así como el asentimiento del adolescente, respetando el
derecho a la privacidad. La coordinación con la escuela deberá ser longitudinal y no transversal al proceso terapéutico, toda vez que el paciente y su adulto responsable se
manifiesten de acuerdo a esta coordinación.
Se realizará psicoeducación frente a sospecha o diagnóstico de depresión a
los adolescentes y sus padres.
Las intervenciones psicoterapéuticas de primera línea son las realizadas bajo los enfoques cognitivo-conductuales e interpersonales y
manualizadas. Se recomienda que la duración del tratamiento psicoterapéutico sea de 12 semanas, con frecuencia de sesiones semanal y duración de sesiones de 45
minutos. La terapia familiar sistémica y terapia psicodinámica individual se
recomiendan cuando sea pertinente.
Tratamiento farmacológico
Antes de iniciar el tratamiento farmacológico se debe descartar que los
síntomas se deban a una depresión bipolar. El tratamiento farmacológico de elección es la Fluoxetina (10 mg.), el escitalopram, en mayores de 12 años, comenzando con 5 mg día, aumentando 5 mg cada 10 días hasta 20 mg diarios, incorporando en caso
necesario, las tablas de peso/mg tanto para la dosis inicial como para la dosis máxima. El tratamiento farmacológico requerirá de un período de ensayo clínico de 6 a 8 semanas para evaluar la ausencia de respuesta por cada fármaco
utilizado. Evaluar la presencia de ideación suicida, efectos adversos como acatisia,
síndrome serotoninérgico o síndrome de discontinuación en cada control
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de salud mental. El término del tratamiento farmacológico debe ser gradual, disminuyendo
las dosis de forma progresiva.
Intervenciones combinadas
Se recomienda la intervención combinada incorporando al tratamiento la terapia cognitivo conductual (12 sesiones) a todos los casos que requieran
de tratamiento farmacológico. El tratamiento farmacológico debe mantenerse por 6 a 12 meses meses
después de la remisión total de síntomas.
Fases de tratamiento
El tratamiento de adolescentes con depresión deberá realizarse en tres fases: aguda, de continuación y de matenimiento con el fin de consolidar la
respuesta y prevenir nuevos episodios. La fase aguda de tratamiento (6 a 12 semanas) se debe orientar a evitar autolesiones, conducta suicida, reducir el impacto de los factores que provocaron la aparición del episodio agudo, recuperar con rapidez el nivel
óptimo de funcionamiento, establecer una alianza con el paciente y su familia y formular planes de intervención a corto y/o a largo plazo. Después de consolidada la fase aguda, la de continuación deberá consolidar los logros y potenciar factores protectores, así como estimular el curso
normal de desarrollo, reforzando la remisión sintomática. La fase de mantención busca la prevención de episodios futuros y puede realizarse mediante evaluación por equipo de salud general con frecuencia
Criterios de alta
La evaluación de mejoría del adolescente deberá incorporar los siguientes resultados de tratamiento: (1) respuesta; (2) remisión; (3) recuperación; (4)
recaída o (5) recurrencia
Frente a la presencia de comorbilidades al cuadro depresivo se debe dar tratamiento a las patologías presentes, ya que esto puede ayudar a mejorar
los resultados del tratamiento.
Tratamiento durante el embarazo
Se recomienda la intervención activa de la depresión, especialmente
mediante interacciones psicosociales. Se debe evitar en lo posible el uso de antidepresivos durante las primeras
12 semanas de gestación.
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3.4. Suicidio en adolescentes con depresión
1. ¿Cuáles son los factores de riesgo de suicidio en niños y adolescentes?
2. ¿Qué intervenciones son eficaces para la prevención de la conducta suicida en niños y
3. ¿Cuáles son los aspectos fundamentales del tratamiento de la ideación y de la conducta
Síntesis de Evidencia
En general, las distintas definiciones de suicidio se diferencian en el énfasis que le otorgan a la
intencionalidad y consciencia del acto en sí. Actualmente, se considera que lo que el suicida
pretende acabar, más bien, es el dolor psicológico y no la propia vida [191].
Debido a la gran cantidad de definiciones del fenómeno, en 1976 la Organización Mundial de la
Salud estableció la siguiente definición de suicidio: "Todo acto por el que un individuo se causa a
sí mismo una lesión, o un daño, con un grado variable en la intención de morir, cualquiera sea el
grado de intención letal o de conocimiento del verdadero móvil" [248].
Factores de Riesgo de Suicidio:
El mayor predictor de un futuro intento suicida es el antecedente de suicidalidad previa seguido
por antecedentes familiares de conducta suicida. Sobre 2/3 de quienes han intentado
autoeliminación repetirán dicha conducta. Más aún, cada intento suicida aumenta el riesgo de
recurrir con métodos más agresivos y eficaces [249].
Los estudios TORDIA y ADAPT encontraron que los principales predictores de eventos suicidas son
los conflictos familiares, uso de alcohol y/o drogas y autolesiones sin intención de suicidio [250]
Muchas veces en psiquiatría de la infancia y adolescencia, es precisamente el intento de suicidio
o la autoagresión lo que da la alerta a los padres de que sus hijos necesitan la ayuda de un
profesional. Barroilhet et al (2012) realizaron un estudio entre escolares chilenos (13 a 19 años,
media 15,1), para determinar la prevalencia de sintomatología depresiva, conductas suicidas y la
relación entre ambos fenómenos, encontrando que a mayor nivel de suicidalidad fueron
progresivamente más frecuentes formas más severas de depresividad (rho = 0,477; p < 0,001), lo
que se mantuvo al ajustar por edad y sexo.
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Considerando que la no adherencia, entre población de cualquier edad, tratada con ISRS fluctúa
entre el 15 a 20% [252] y que la falta de respuesta para estos fármacos es alrededor del 20 a
30% [253], resulta fundamental la pesquisa de los casos en que fracasa un antidepresivo o falla la
adherencia, debiendo fortalecerse el vínculo terapéutico, particularmente en quienes tengan un
elevado riesgo de suicidalidad.
La FDA, el NICE y el Grupo Teens Mental Health recomiendan monitorear los síntomas de
ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, impulsividad, acatisia,
hipomanía o manía como posibles precursores de suicidio, lo que implicaría una potencial
discontinuación de los medicamentos cuando se presentan efectos adversos en los pacientes
[254] [215] [217].
Algunos de los factores de riesgo de ideación suicida descritos en la literatura, se presentan en la
siguiente tabla:
Tabla 18: Principales factores de riesgo de conducta e ideación suicida.
FACTOR DE
Incrementa el riesgo, en hombres y mujeres, hasta 12 veces, especialmente si la desesperanza es un síntoma.
En niñas la depresión es un factor mayor de riesgo que el intento previo, mientras que en niños es el intento previo seguido por depresión. Trastornos afectivos, uso y abuso de sustancias,
Otros trastornos trastorno conductual. Los trastornos comórbidos mentales co-
aumentan el riesgo.
[255] [256] [257] [258] [259]
Otros autores han establecido relaciones con trastorno bipolar y esquizofrenia. Aproximadamente el 50% de los adolescentes que
l evan a cabo un intento de suicidio serio han
suicidio previo:
cometido al menos un intento previo.
La historia familiar de suicidio, la psicopatología y el
abuso de tóxicos de los padres se ha asociado [65] [255] [260] [261]
frecuentemente a conducta suicida No se encontró asociación con la muerte de uno o
y ambos padres. Algunos estudios han sugerido que las
mujeres son menos reactivas a factores estresantes [65] [260] [256] [257]
familiares que los varones. También se han
relacionado bajos niveles de comunicación padres-hijos con ideación y conducta suicida.
Acontecimientos Los adolescentes con patología psiquiátrica pueden [65] [255] [260] [257] [261]
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percibir ciertas situaciones como más estresantes de
lo normal y, a su vez, la presencia de sucesos estresantes puede ser el resultado de una conducta desadaptativa. Asociación entre bajo nivel socioeconómico y educativo con conducta suicida.
Factores sociales El rendimiento académico bajo ha sido asociado a [255] [260] [256]
y nivel educativo ideación suicida y el tener una actitud negativa
acerca de la escuela y la actividad escolar, con un incremento de la prevalencia del fenómeno suicida. La exposición a casos de suicidio cercanos o a deter-
minado tipo de información en los medios de [65] [255] [256] [261] comunicación sobre suicidios. Relaciones pobres o deficitarias con el grupo de iguales e ideación suicida; asociación entre problemas en la relación con pares e intentos de suicidio, pero no [256] [257]
con los grados de apoyo del grupo de iguales. La
presencia de problemas sentimentales es un factor de riesgo en mujeres adolescentes, sobre todo en las de menor edad. Los niños sometidos a situaciones de abuso físico y sexual tienen alta incidencia de conducta suicida, más en varones que en mujeres, con diferencias del 52%
Maltrato físico o en varones y 2% en mujeres. El abuso sexual está [65] [260] [256] [257]
relacionado con trastornos psicopatológicos y no está claro si la alta prevalencia de conducta suicida se debe al abuso en sí o a la patología asociada. Se ha relacionado con conducta suicida y también con
[257] [262] [263]
altos niveles de estrés e ideación suicida.
Fuente: elaboración propia con datos tomados desde referencias.
Prevención de la conducta suicida en niños y adolescentes
Existe distintos enfoques de prevención del suicidio, sin embargo todos el os comparten la
importancia de la sensibilización y la detección precoz.
Se han desarrollado iniciativas dirigidas a adolescentes en el ámbito escolar, pero pocos
programas han sido evaluados científicamente y algunos de ellos han mostrado tener un impacto
Entre los programas para el ámbito escolar que han mostrado algún resultado están el Personal
Growth Class (PGC) [261] o el SOS (Signs of Suicide) [264].
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Respecto de la detección precoz, algunos autores sostienen que el tamizaje de conducta o
ideación suicida en la escuela sería la mejor manera de prevenir, sin embargo, el principal
problema que plantea son los falsos positivos, que requerirían una segunda evaluación para reco-
nocer el riesgo real [36].
El efecto contagio ha sido enfrentado mediante intervenciones preventivas dirigidas a amigos,
profesores y familiares y se desarrollan con la finalidad de reducir casos de suicidio o intentos por
imitación [256]. A pesar de que no existen muchos estudios sobre la efectividad de este tipo de
programas, existe consenso respecto de la necesidad de intervenir luego de un suicidio para
apoyar y orientar a los cercanos de la víctima [36].
Identificación oportuna
Identificar oportunamente el riesgo suicida es una de las medidas más importantes para la
prevención [36]. El nivel primario de atención es el lugar más indicado para detectar a las
personas en riesgo de suicidio, por lo que ante la presencia de factores de riesgo es fundamental
evaluar las ideas de suicidio, sobre todo en consultantes con depresión, consumo perjudicial o
dependencia de alcohol o con psicosis.
Todos los profesionales del nivel primario deben estar capacitados para realizar una entrevista
clínica tranquila, con tiempo para escuchar cálida y atentamente, tratando al paciente con
respeto, sin emitir juicios y estableciendo una relación empática [35]. Un estudio realizado en
Suecia puso de manifiesto que el entrenamiento de profesionales de atención primaria en la
identificación de trastornos del estado de ánimo en niños y adolescentes, se relaciona con una
disminución del número de intentos y de suicidios, un incremento de la prescripción de
antidepresivos, así como del número de hospitalizaciones [33].
A continuación se presenta la clasificación del riesgo suicida y las guías para la detección del
suicidio en niños y adolescentes [35]:
CLASIFICACIÓN DEL RIESGO SUICIDA
Riesgo Leve: hay ideación suicida sin planes concretos para hacerse año. No hay intención evidente aunque si hay ideación suicida. La persona es capaz de rectificar su conducta y hacerse autocrítica. Riesgo Moderado: existen planes con ideación suicida, posibles antecedentes de intentos previos, factores de riesgo adicionales. Puede haber más de un factor de riesgo sin un plan claro. Riesgo Grave: hay una reparación concreta para hacerse un daño. Puede tener un intento de autoeliminación previo, existen más de dos factores de riesgo, expresa desesperanza, rechaza el apoyo
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social y no rectifica sus ideas. Riesgo Extremo: varios intentos de auto eliminación con varios factores de riesgo, pueden estar presente como agravante la auto agresión. La escala de suicidalidad de Okasha [265], está validada en Chile [266], para detectar riesgo
suicida y puede ser utilizada por especialista en salud mental como por médicos generales, otros
profesionales y técnicos de salud e incluso por monitores y agentes comunitarios. Tiene la
ventaja de evaluar el riesgo suicida sin necesidad de realizar un diagnóstico psiquiátrico.
1. ¿Has pensado que la vida no vale la pena?
2. ¿Has deseado alguna vez estar muerto?
3. Has pensado alguna vez terminar con tu vida?
4. ¿Has intentado suicidarte?
Fuente: Salvo et al. 2009 [266].
La puntuación de las categorías se realiza en una escala de 0 a 3 puntos para cada ítem. La
sumatoria de las tres primeras categorías determina el subpuntaje de ideación suicida, que puede
oscilar entre 0 y 9 puntos. El ítem de intento de suicidio también se puntúa de 0 a 3, según el
número de intentos.
La puntuación total se alcanza sumando el subpuntaje de ideación suicida más el puntaje de
intento de suicidio. La suma total puede oscilar entre 0 y 12 puntos. A mayor puntuación mayor
Tratamiento de la ideación y de la conducta suicida
El tratamiento contempla la evaluación del acto o ideación suicida, la valoración del riesgo, los
tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos disponibles, así como criterios de
hospitalización.
Evaluación psiquiátrica y psicosocial
La evaluación deberá incluir a los padres o a otros que conozcan al adolescente, para
complementar las entrevistas del adolescente.
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a) Evaluación psiquiátrica y psicosocial [256]: en los Intentos suicidas deberá contemplar el
método utilizado para el intento, su gravedad médica, grado de planificación del acto,
métodos disponibles [33]. En los casos de ideación la indagación explorará el momento de
inicio, evolución, existencia de planes específicos, la intención de la conducta y si existen
sentimientos de desesperanza [33]. Otros factores a evaluar son la presencia de enfermedades
mentales, antecedentes familiares de psicopatología, antecedentes de maltrato físico y abuso
sexual, acontecimiento vital estresante, otros factores sociales, demográficos y familiares y la
función cognitiva.
Valoración del riesgo suicida
Se debe explorar el método empleado, la valoración de la intencionalidad, la presencia de
desesperanza, además del grado de planificación de la acción y los intentos previos [35].
Criterios de hospitalización
Luego de la evaluación de adolescente, se considera que la hospitalización sería adecuada si
presenta algunos de los siguientes factores de riesgo [263] [256]:
Agitación, manía o agresividad.
Historia familiar de suicidio.
Intoxicación.
Sexo masculino (por presentar más
Difícil manejo ambulatorio.
Trastorno psicótico agudo o ideación
Historia de intentos de suicidio previos.
Abuso de tóxicos.
Depresión psicótica.
Dificultades familiares (supervisión o
Trastorno bipolar con irritabilidad e
cuidados inadecuados).
Consideraciones médico-legales.
El seguimiento posterior al alta deberá ser realizado por un profesional de salud mental
infantojuvenil, en un plazo no mayor a 10 días [256].
El tratamiento farmacológico de la conducta suicida en niños y adolescentes con depresión no
está suficientemente estudiado [267], sin embargo se sabe que tanto los antidepresivo tricíclicos,
la venlaflaxina y los inhibidores de la monoaminooxidasa no han demostrado efectividad en el
tratamiento de niños y adolescentes [268] con depresión.
Respecto de la psicoterapia yconsiderando las dificultades usuales en la evaluación de resultado
de estas intervenciones, la TCC ha mostrado cierta eefctividad en la reducción de autolesiones
repetidas, más no necesariamente de suicidio [269] y en la reducción de ideación suicida [270].
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Se ha demostrado que los principales predictores de eventos suicidas son los conflictos
familiares, así como el uso de alcohol y/o drogas y las autolesiones sin ideas suicidas, por el o se
sugiere que la respuesta inicial frente a la suicidalidad contemple el tratamiento del uso de
drogas y/o alcohol, los conflictos familiares y el desarrollo de habilidades de manejo emocional
[251] [250] [234].
Evidencia Recomendación
Se recomienda evaluar la presencia de factores de riesgo de suicidalidad
en todo adolescente con sospecha o diagnóstico de depresión El manejo frente a la suicidalidad deberá contemplar la evaluación del riesgo suicida, psiquiátrica y psicosocial; el manejo psicológico y la
intervención farmacológica en caso de ser necesaria. Es criterio de hospitalización en caso de intentos suicidas, que el
adolescente cuente con una red de apoyo escasa o débil El manejo de los fármacos debe estar en manos de un adulto responsable
que los administre.
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4. IMPLEMENTACIÓN DE LA GUÍA
4.1. Situación de la atención del problema de salud en Chile y barreras para la
implementación de las recomendaciones.
El desarrollo del programa de salud escolar, la implementación del control del joven sano en APS,
la implementación progresiva de la telemedicina, así como el fortalecimiento del trabajo
intersectorial, generan un contexto favorable, tanto para la detección como para el tratamiento
de adolescentes con depresión.
Las principales debilidades para la implementación de las recomendaciones incluidas en esta
Guía Clínica podrían encontrarse en:
La escasez de horas de psiquiatras de la infancia y adolescencia en algunas zonas del territorio
La brecha negativa de psicólogos con expertiz en psicoterapia cognitivo conductual.
La escasa disponibilidad de intervenciones nacionales exitosas sistematizadas en el tratamiento
de depresión adolescente.
La escasa formación y capacitación de los profesionales de la salud, en herramientas y
metodologías psicosociales de intervención.
Para facilitar la aplicación de las recomendaciones contenidas en esta Guía Clínica es necesario,
entre otras medidas, la elaboración de material educativo dirigido a la población general.
Del mismo modo, es necesario elaborar y difundir material de apoyo para las intervenciones
psicosociales y programas manualizados de psicoterapia, dirigidos a los profesionales de la salud,
fortalecer la red de telemedicina, tanto en equipamiento como en capacitación, así como el
diseñar y difundir protocolos de tratamiento.
4.2. Diseminación
El proceso de diseminación consistirá en la elaboración de protocolos de capacitación,
presentaciones en grupos clínicos, capacitaciones a referentes de salud mental en SEREMIAS,
desarrollo de cápsulas de capacitación, entre otras acciones.
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5. DESARROLLO DE LA GUÍA
Esta Guía es complementaria a la Guía Clínica para el Tratamiento de Personas de 15 años y más
con Depresión, vigente desde el año 2009.
5.1. Grupo de trabajo
Los siguientes profesionales aportaron a la elaboración de esta guía. El Ministerio de Salud
reconoce que algunas de las recomendaciones o la forma en que han sido presentadas pueden
ser objeto de discusión yque éstas no representan necesariamente la posición de cada uno de los
integrantes de la lista.
Grupo Experto Asesor para la Elaboración de la Guía Clínica para el Tratamiento de Adolescentes
de 10 a 14 años con Depresión.
Psiquiatra de la Infancia y de la Adolescencia Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Psiquiatra de la Infancia y de la Adolescencia Complejo Asistencial Barros Luco Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Psiquiatra de la Infancia y Adolescencia CEMERA Representante de SOPNIA Participante grupo de expertos, elaboración de recomendaciones, revisora del documento, contribución bibliográfica
Psiquiatra de la Infancia y Adolescencia SOPNIA
Participante grupo de expertos, elaboración de preguntas y recomendaciones, contribución bibliográfica.
Estefanía Figueroa
Psicóloga Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
María José Bartoglio
Psicóloga Jefa Salud Mental Hospital de San Fernando Participante elaboración de recomendaciones
Elizabeth Núñez
Enfermera Colegio de Enfermeras de Chile Participante elaboración de recomendaciones
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Médico Cirujano, becaria Psiquiatría Infantil y del adolescente Universidad de Valparaíso Participante elaboración de recomendaciones
Rafael Sepúlveda
Médico Psiquitara Complejo Asistencial Barros Luco Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Marcela Larragibel
Psiquiatra de la Infancia y Adolescencia Clínica psiquiátrica Universidad de Chile Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas
Eleodoro Íñigo
Psicólogo Servicio de Salud Metropolitano norte Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Marcela Gonzáles
Enfermera Pontificia Univerisdad Católica de Chile Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas
Médico Psiquiatra Hospital de La Florida Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Claudia González
Psicóloga Hospital de San Fernando Participante grupo de expertos, elaboración de recomendaciones
Enfermera Colegio de Enfermeras de Chile Escuela de Enfermería PUCV Participante grupo de expertos, elaboración de recomendaciones
Psiquiatra de la Infancia y Adolescencia Universidad de Chile Participante grupo de expertos, elaboración de recomendaciones
Psiquiatra de la Infancia y Adolescencia
Subsecretaría de Redes Asistenciales Unidad de Salud Mental Participante grupo de expertos, elaboración de recomendaciones
Daniela Cantillana
Subsecretaría de Redes Asistenciales Unidad de Salud Mental Terapeuta Ocupacional Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas
Claudia Valenzuela
Asistente Social Subsecretaría de Redes Asistenciales Unidad de Salud Mental Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Psicólogo Subsecretaría de Redes Asistenciales Unidad de Salud Mental Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Psicóloga Subsecretaría de Redes Asistenciales Unidad de Salud Mental Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Patricia Kraemer
Documentalista Secretaría Técnica AUGE Asesora técnica elaboración GPC
Médico Psiquiatra Subsecretaría de Salud Pública, Ministerio de Salud Departamento de Salud Mental Jefe del Departamento de Salud Mental Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración de recomendaciones
Enfermera
Subsecretaría de Salud Pública, Ministerio de Salud
Departamento de Salud Mental
Equipo Técnico Ministerio de Salud
Participante grupo de expertos, definición de nuevas preguntas y elaboración
de recomendaciones
Francesca Borghero
Médico Cirujano
Subsecretaría de Salud Pública, Ministerio de Salud
Departamento de Salud Mental
Equipo Técnico Ministerio de Salud
Apoyo coordinación Grupo de expertos y proceso de actualización.
Natalia Dembowski
Psicóloga
Subsecretaría de Salud Pública, Ministerio de Salud
Departamento de Salud Mental
Equipo Técnico Ministerio de Salud Coordinadora proceso de actualización, búsqueda y sistematización de evidencia, redacción borradores y documento final, coordinación grupo de expertos.
María Dolores Tohá
Médico Neonatólogo Jefa Secretaría Técnica AUGE Ministerio de Salud
Diseño y diagramación de la Guía
Lilian Madariaga S.
Secretaría Técnica AUGE
División de Prevención y Control de Enfermedades, Subsecretaría de Salud Pública
Ministerio de Salud
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5.2. Declaración de conflictos de interés
Ana Valdés, Juan Salinas, Beatriz Ortega y Vania Martínez declararon haber recibido
financiamiento de compañías farmacéuticas para asistencia a congresos científicos. Muriel
Halpen declara recibir honorarios de un laboratorio.
Fuente de financiamiento: El desarrollo y publicación de la presente guía han sido financiados
íntegramente con fondos estatales.
5.3. Revisión sistemática de la literatura
El proceso de búsqueda y revisión de la literatura comenzó el año 2007. A partir del conjunto de
preguntas formulada por el Grupo de Expertos se desarrolló una búsqueda de la literatura al
respecto, con el objetivo de identificar sistemáticamente y sintetizar la evidencia para responder
el listado de las preguntas formuladas por el Grupo.
Las respuestas se basaron en la evidencia en la medida de lo posible. Cuando esta no existía
(utilizando la tabla de criterios de AGREE desde A a D), se utilizó el consenso informal del Grupo
para formular las recomendaciones.
En esa búsqueda se utilizó una aproximación jerárquica que incluyó las siguientes bases de datos:
Cochrane Collaboration
BIREME, en especial Scielo, de la Organización Panamericana de la Salud.
NHS Center for Reviews and Dissemination, de los EUA:
NICE National Institute for Clinical Excellence del Reino Unido, en especial sus Practice
Practice Guidelines de la Asociación Psiquiátrica Americana.
New Zealand Guideline Group.
Scottish Intercollegiate Guidelines Network
Medline de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EUA, en especial el método MESH de
United States Agency for Health Research and Quality.
Bases de datos EBSCO, PsycINFO y Psychological Abstracts
Las palabras guía que se buscaron fueron: trastorno bipolar, trastorno depresivo mayor, distimia,
antidepresivos, psicoterapia, psicoeducación, suicidio, hipertimia, ciclotimia, entre otras. La
búsqueda se centró en publicaciones posteriores al año 2002, en castellano, inglés o francés, pero
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
en el caso de las publicaciones chilenas de Scielo (Revista Médica de Chile, Revista Chilena de
Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía yRevista de Pediatría) se buscó desde 1992 en adelante.
A partir de la revisión sistemática anterior, el grupo se reunió para revisar la evidencia
ydesarrol ar recomendaciones específicas a partir de esta. Se prepararon resúmenes de la
literatura revisada (dando preferencia a los Ensayos Clínicos Controlados, a los meta-análisis ya
las Guías de Práctica Clínica de otros países) yse confeccionó un documento (DISPONIBLE POR EN
MINSAL). Cuando no existía evidencia empírica, se buscaron niveles inferiores de evidencia, con
estudios de casos clínicos o utilizando el método de consenso grupal.
Posteriormente, el año 2012 se retoma el proceso. Se replantean las preguntas que abordará la
guía y, luego de consultarlas con el grupo de expertos, se procede a evaluar la calidad de la
evidencia contenida en la versión 2008. Esta evaluación consistió en la aplicación de AGRE-II y en
la revisión de las fuentes. La información contenida en la Guía, se complementó con 2 guías de
práctica clíncia para la depresión de adolescentes (NICE, 2005 y Grupo de Trabajo de la Guía de
Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia, 2009). A partir de lo
anterior se elaboró un primer borrador, que fue consultado por expertos.
Se definieron los aspectos que requerían actualización, sin que se definieran preguntas nuevas,
por lo cual la búsqueda de evidencia se realizó en las bases de datos Cochrane, Pubmed, Scielo y
Ovid. Los criterios de inclusión fueron:
Guías de práctica clínica con AGREE-I de buena calidad
Revisiones sistemáticas
Protocolos de tratamiento con declaración de intereses
Idiomas inglés y español
Publicados entre 2005 y 2012
Ensayos clínicos Randomizados
Que contemplaran a población de acuerdo al rango de edad que contempla la guía
En el caso de publicaciones de chilenos, se incluyeron estudios individuales,
epidemiológicos, transversales y longitudinales, entre 2000 y 2012
Los criterios de exclusión fueron:
Trastorno bipolar
Adolescencia entendida como mayores de 15 años
Idiomas distintos de inglés o español
Ensayos de baja calidad metodológica (CASPE)
Dado que la información disponible respecto de la temática es escueta, se realizó una búsqueda
en Pubmed que consideró los siguientes términos Mesh: ( "Depressive Disorder"[Mesh]) AND
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
"Adolescent"[Mesh]) AND "diagnosis" [Subheading], durante el mes de noviembre de 2012. Se
encontraron 437 resultados, se seleccionaron 152 por título y de ellos, 89 por abstract. De los
artículos seleccionados, se revisó la bibliografía ampliando la búsqueda, sin sistematización.
Respecto de la base de datos Cochrane, la búsqueda se realizó durante el mes de octubre de
2012. Se utilizó un único término de búsqueda Depression. se obtuvieron 51 resultados, de los
cuales se revisaron todos los abstract, seleccionándose 2 revisiones relativas a población
infantoadolescentes y 8 a población general que incluía el rango etareo.
Se recibieron artículos respecto de farmacoterapia, así como monografías y artículos de autores
chilenos de parte de miembros del grupo de expertos, que fueron incluidos, previa revisión.
5.4. Formulación de las recomendaciones
El proceso de formulación de recomendaciones se basó en el método Delphi Modificado [271].
Participaron un total de 10 evaluadores, quienes en una primera fase, elaboraron un listado de
intervenciones que podrían ser potencialmente recomendadas, basándose en la revisión de
literatura de la Guía y en su práctica clínica.
Luego, por correo electrónico, cada participante calificó una a una las intervenciones listadas y
sugirió modificaciones a las intervenciones de este primer listado.
Luego se aplicó un procedimiento estadístico para evaluar el grado de adecuación y necesidad de
cada intervención por separado, así como el grado de acuerdo o desacuerdo de los miembros del
grupo. Posteriormente, se envió un nuevo listado a los miembros del grupo, esta vez incluyendo el
promedio de las puntuaciones y las nuevas intervenciones propuestas por el grupo.
5.5. Validación de la guía
Existe el compromiso de que OPS validará la guía, de la misma forma se enviará a Servicios de
5.6. Vigencia y actualización de la guía
Plazo estimado de vigencia: 2 años desde la fecha de publicación.
Esta guía será sometida a revisión cada vez que surja evidencia científica relevante ycomo
mínimo, al término del plazo estimado de vigencia.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
El proceso de actualización consistirá en la revisión de la nueva evidencia disponible, desde 2012
a la fecha de actualización, con el fin de complementar o modificar la información clínica
pertinente para el manejo adecuado de la depresión en adolescentes entre 10 y 14 años.
Posteriormente se conformará un grupo de expertos para la revisión de las recomendaciones a la
luz de la nueva evidencia. Se trabajará sobre el método Delphi modificado para la elaboración de
las nuevas recomendaciones.
El nuevo documento será sometido a validación externa, de preferencia con OPS.
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ANEXO 1. Flujogramas de Manejo de Adolescentes con Depresión
A) Depresión Leve
Sospecha Depresión
Derivación Especialista
psicosocial en APS
Derivación especialidad
Alta y seguimiento
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B) Depresión Moderada
Sospecha Depresión
Derivación Especialista
Diagnóstico Depr.
tratamiento otras
Alta y seguimiento
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C) Depresión Grave
Sospecha Depresión
Derivación Especialista
tratamiento otras
Derivación especialidad
Alta y seguimiento
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D) Depresión Con síntomas Psicóticos
Sospecha Depresión
Derivación Especialista
tratamiento otras
Derivación especialidad
Alta y seguimiento
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ANEXO 2. Clasificaciones Diagnosticas
Criterios diagnósticos CIE-10
a) Trastornos depresivos y distímicos
296.2x Trastorno depresivo mayor, episodio único
A. Presencia de un episodio depresivo mayor único
B. El episodio depresivo mayor no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo, y no está
superpuesto a una esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
C. Nunca se ha producido un episodio de manía, un episodio mixto o un episodio de hipomanía. Nota:
esta exclusión no aplica para episodios tipo manía, mixtos o hipomaniacos inducidos por sustancias o tratamientos o bien debidos a efectos psicológicos directos de una condición médica general.
Si actualmente se cumplen todos los criterios para un episodio depresivo mayor, especifique el estado actual o características:
Leve, moderada, grave sin síntomas psicóticos, grave con síntomas psicóticos
Crónica
Con características catatónicas
Con características melancólicas
Con características atípicas
De comienzo en el posparto
Si actualmente no se cumplen todos los criterios para un episodio depresivo mayor, especifique el estado actual del trastorno depresivo o las características del episodio más reciente:
En remisión parcial o total
Crónica
Con características catatónicas
Con características melancólicas
Con características atípicas
De comienzo en el posparto
F32.0 Episodio depresivo leve
A. Deben cumplirse los criterios generales del episodio depresivo
B. Presencia de, por lo menos, 2 de los 3 síntomas siguientes
(1) Humor depresivo hasta un grado claramente anormal para el individuo, presente la mayor parte
del día y casi cada día, apenas influido por las circunstancias externas y persistente durante al menos dos semanas
(2) Pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar en actividades que normalmente eran
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(3) Disminución de la energía o aumento de la fatigabilidad
C. Además, debe estar presente uno o más síntomas de la siguiente lista para que la suma total de
cuatro: (1) Pérdida de la confianza o disminución de la autoestima (2) Sentimientos no razonables de autorreproche o de culpa excesiva e inapropiada (3) Quejas o pruebas de la disminución en la capacidad de pensar o concentrarse, tales como
indecisión o vacilación
(4) Cambio en la actividad psicomotriz, con agitación o enlentecimiento (tanto subjetiva como
(5) Cualquier alteración del sueño (6) Cambio en el apetito (aumento o disminución) con el correspondiente cambio de peso.
F32.1 Episodio depresivo moderado
A. Deben cumplirse los criterios generales del episodio depresivo
B. Presencia de, por lo menos, 2 de los 3 descritos en el criterio B de F32.0
(1) Humor depresivo hasta un grado claramente anormal para el individuo, presente la mayor parte
del día y casi cada día, apenas influido por las circunstancias externas y persistente durante al menos dos semanas
(2) Pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar en actividades que normalmente eran
(3) Disminución de la energía o aumento de la fatigabilidad
C. Presencia de síntomas adicionales del criterio C de F32.0, para sumar un total de al menos 6 síntomas:
(1) Pérdida de la confianza o disminución de la autoestima (2) Sentimientos no razonables de autorreproche o de culpa excesiva e inapropiada (3) Quejas o pruebas de la disminución en la capacidad de pensar o concentrarse, tales como
indecisión o vacilación
(4) Cambio en la actividad psicomotriz, con agitación o enlentecimiento (tanto subjetiva como
(5) Cualquier alteración del sueño
(6) Cambio en el apetito (aumento o disminución) con el correspondiente cambio de peso.
F32.2 Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos
A. Deben cumplirse los criterios generales del episodio depresivo
B. Presencia de los 3 síntomas del criterio B de F32.0:
(1) Humor depresivo hasta un grado claramente anormal para el individuo, presente la mayor parte
del día y casi cada día, apenas influido por las circunstancias externas y persistente durante al menos dos semanas
(2) Pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar en actividades que normalmente eran
(3) Disminución de la energía o aumento de la fatigabilidad
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C. Presencia de síntomas adicionales del criterio C de F32.0, para sumar un total de al menos 8:
(1) Pérdida de la confianza o disminución de la autoestima (2) Sentimientos no razonables de autorreproche o de culpa excesiva e inapropiada (3) Quejas o pruebas de la disminución en la capacidad de pensar o concentrarse, tales como
indecisión o vacilación
(4) Cambio en la actividad psicomotriz, con agitación o enlentecimiento (tanto subjetiva como
(5) Cualquier alteración del sueño (6) Cambio en el apetito (aumento o disminución) con el correspondiente cambio de peso.
D. Ausencia de alucinaciones, ideas delirantes o estupor depresivo
F32.2 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos
A. Deben cumplirse los criterios generales del episodio depresivo
B. Deben cumplirse los criterios de episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos (F32.2), a excepción
C. No se cumplen los criterios de esquizofrenia (F20.0-F20.3) ni de trastorno esquizoafectivo (F25.1) D. Presencia de cualquiera de los siguientes:
(1) Ideas delirantes o alucinaciones, diferentes a las descritas como típicas de la esquizofrenia-
criterios G1.1.b), c) y d) de F20.0-F20.3- (es decir, ideas delirantes, que no sean completamente inverosímiles o culturalmente inapropiadas, y alucinaciones que no sean voces en tercera persona o comentando la propia actividad). Los ejemplos más comunes son las de un contenido depresivo, de culpa, hipocondríaco, nihilístico, autorreferencial o persecutorio.
(2) Estupor depresivo
F33. Trastorno depresivo recurrente
Se trata de un trastorno caracterizado por episodios repetidos de depresión, tal como se describe
el episodio depresivo (F32), sin antecedentes de episodios independientes de
www.serviciodesaludaconcagua.cl elevación del
estado de ánimo o aumento de energía (manía). No obstante, puede haber breves episodios de
elevación leve del estado de ánimo y actividad excesiva (hipomanía) inmediatamente después de
un episodio depresivo, a veces producido por el tratamiento antidepresivo. Las formas más graves
de trastorno depresivo recurrente (F33.2 y F33.3) tienen mucho en común con los conceptos
clásicos de depresión maniaco-depresiva, melancolía, depresión vital y depresión endógena. El
primer episodio puede producirse a cualquier edad, desde la infancia a la edad tardía; el inicio
puede ser tanto agudo como insidioso, y la duración varía de pocas semanas a muchos meses. El
riesgo de que una paciente con un trastorno depresivo recurrente tenga un episodio de manía no
desaparece nunca por completo, aunque se haya padecido mucho episodios depresivos. En tal
caso, si se produce un episodio de manía, el diagnóstico deberá cambiarse a trastorno bipolar.
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G1. Ha habido al menos un episodio depresivo previo leve (F32.0), moderado (F32.1) o grave
(F32.2 y F32.3), con una duración mínima de dos semanas y separado del episodio actual por, al
menos, dos meses libres de cualquier alteración significativa del estado de ánimo.
G2. En ningún momento del pasado ha habido un episodio que cumpliera los criterios de
episodio hipomaníaco o maniaco (F30)
G3. Criterio de exclusión usado con más frecuencia. El episodio no es atribuible al consumo de
sustancias psicoactivas (F10-F19) o a ningún trastorno mentar orgánico (en el sentido de F00-
F09)
F33.0 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual leve
Trastorno caracterizado por episodios repetidos de depresión, siendo el episodio actual leve,
como en F32.0, y sin ningún antecedente de manía A. Se cumplen los criterios generales de trastorno depresivo recurrente (F33)
B. El episodio actual cumple los criterios de episodio depresivo leve (F32.0).
F33.1 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual moderado
Trastorno caracterizado por episodios repetidos de depresión, siendo el episodio actual
moderado, como en F32.1, y sin ningún antecedente de manía A. Se cumplen los criterios generales de trastorno depresivo recurrente (F33)
B. El episodio actual cumple los criterios de episodio depresivo leve (F32.1).
F33.2 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave sin síntomas psicóticos
Trastorno caracterizado por episodios repetidos de depresión, siendo el episodio actual grave sin
síntomas psicóticos, como en F32.2, y sin ningún antecedente de manía
Depresión endógena sin síntomas psicóticos
Depresión mayor actual sin síntomas psicóticos
Depresión maniaco-depresiva, tipo depresivo sin síntomas psicóticos
Depresión vital recurrente sin síntomas psicóticos
A. Se cumplen los criterios generales de trastorno depresivo recurrente (F33)
B. El episodio actual cumple los criterios de episodio depresivo sin síntomas psicóticos (F32.2).
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F33.3 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave con síntomas psicóticos
Trastorno caracterizado por episodios repetidos de depresión, siendo el episodio actual grave con
síntomas psicóticos, como en F32.3, y sin episodios previos de manía
Depresión endógena con síntomas psicóticos
Psicosis maniaco-depresiva, tipo depresivo con síntomas psicóticos
Episodios recurrentes graves de:
Depresión mayor con síntomas psicóticos
Psicosis depresiva psicogénica
Depresión psicótica
Psicosis depresiva reactiva
A. Se cumplen los criterios generales de trastorno depresivo recurrente (F33)
B. El episodio actual cumple los criterios de episodio depresivo con síntomas psicóticos (F32.3).
F33.4 Trastorno depresivo recurrente actualmente en remisión
El paciente ha tenido dos o más episodios depresivos en el pasado, como se describe en F33.0-
F33.3, pero ha estado sin síntomas depresivos durante varios meses A. Se han cumplido en el pasado los criterios de trastorno depresivo recurrente (F33)
B. El estado actual no cumple los criterios de un episodio depresivo F32.- de ninguna gravedad,
o para ningún otro trastorno de F30-F39.
b) Diagnóstico diferencial espectro bipolar
Ciclotimia DSM-IV TR
I. Por al menos 2 años se presentan numerosos períodos con síntomas de hipomanía y
numerosos períodos con síntomas depresivos que no cumplen criterios para un episodio
depresivo mayor. Nota: en niños y adolescentes el humor puede ser irritable y la duración
puede ser de 1 año.
J. Durante un período de 2 años (1 para niños y adolescentes) del malestar, la persona nunca ha
estado más de 2 meses sin los síntomas del criterio A
K. No se ha presentado un episodio depresivo mayor o un en episodio maníaco en los 2 años de
molestias (1 para niños y adolescentes).
Nota: luego de los 2 años iniciales del trastorno ciclotímico (1 para niños y adolescentes) pude
haber superposición con episodios maniacos o mixtos (en cuyo caso ambos diagnósticos,
ciclotimia y trastorno bipolar I pueden ser diagnosticados) o episodios depresivos mayores (en
cuyo caso ambos diagnósticos, ciclotimia y trastorno bipolar II pueden ser diagnosticados).
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
L. Los síntomas del criterio A no se explican mejor por un trastorno esquizoafectivo y no está
superpuesto con una esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante un
trastorno psicótico no especificado.
M. Los síntomas no se deben a un efecto psicológico directo de sustancias (ej. Abuso de drogas,
medicamentos), ni a una enfermedad médica general (ej. Hipertiroidismo)
N. Los síntomas causan malestar o discapacidad significativos en los ámbitos sociales,
ocupacionales u otras áreas importantes del funcionamiento.
F34.0 Ciclotimia CIE-10
Estado de ánimo inestable de forma persistente que implica numerosas períodos de depresión y
de euforia leves, ninguno de los cuales es suficientemente severo o prolongado para justificar el
diagnóstico de trastorno bipolar (F31.-) o trastorno depresivo recurrente (F33.-). Este trastorno
se encuentra con frecuencia en familias de pacientes con un trastorno bipolar. Algunos pacientes
con ciclotimia pueden, finalmente, desarrollar un trastorno bipolar. D. Presencia de un período de al menos dos años de inestabilidad del estado de ánimo, que
implica varios períodos de depresión e hipomanía, con o sin períodos intermedios de estado
de ánimo normal.
E. Ninguna de las manifestaciones de la depresión o hipomanía durante este período de dos
años debe ser lo suficientemente severa o prolongada como para cumplir los criterios de
episodio maniaco o episodio depresivo (moderado o grave); sin embargo, pueden haberse
producido episodios de manía o depresión antes, o pueden desarrollarse después de un
período de inestabilidad persistente del estado de ánimo.
F. Por lo menos en algunos de los períodos de depresión deben haberse presentado tres o más
de los siguientes síntomas:
(12) Disminución de la energía o la actividad
(14) Pérdida de la confianza en sí mismo o sentimientos de inferioridad
(15) Dificultad para concentrarse
(16) Aislamiento social
(17) Pérdida de interés o satisfacción por el sexo u otras actividades placenteras
(18) Disminución de la locuacidad
(19) Pesimismo sobre el futuro o cavilaciones sobre el pasado
G. Por lo menos en algunos de los períodos de elevación del estado de ánimo deben haberse
presentado tres o más de los siguientes síntomas:
(1) Aumento de la energía o la actividad
(2) Disminución de las necesidades de sueño
(3) Autoestima exagerada
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(4) Pensamiento agudizado o excepcionalmente creativo
(5) Mayor sociabilidad de lo normal
(6) Aumento de la locuacidad o del ingenio
(7) Optimismo desmesurado o exageración de los logros del pasado.
Criterios CIE 10 para Trastorno Bipolar
Trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados (es decir, al menos dos) en los
que el estado de ánimo y los niveles de actividad del paciente están profundamente alterados,
de forma que en ocasiones la alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un
aumento de la vitalidad y del nivel de actividad (manía o hipomanía) y en otras, en una
disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad y de la actividad (depresión). Lo
característico es que se produzca una recuperación completa entre los episodios aislados. A
diferencia de otros trastornos del humor (afectivos) la incidencia en ambos sexos es
aproximadamente la misma. Dado que los pacientes que sufren únicamente episodios repetidos
de manía son relativamente escasos y de características muy parecidas (antecedentes familiares,
personalidad premórbida, edad de comienzo y pronóstico a largo plazo) al resto de los pacientes
que tienen al menos episodios ocasionales de depresión, estos pacientes se clasifican como otro
trastorno bipolar (F31.8).
Los episodios de manía comienzan normalmente de manera brusca y se prolongan durante un
período de tiempo que oscila entre dos semanas y cuatro a cinco meses (la duración mediana es
de cuatro meses). Las depresiones tienden a durar más (su duración mediana es de seis meses),
aunque rara vez se prolongan más de un año, excepto en personas de edad avanzada. Ambos tipos
de episodios sobrevienen a menudo a raíz de acontecimientos estresantes u otros traumas
psicológicos, aunque su presencia o ausencia no es esencial para el diagnóstico. El primer
episodio puede presentarse a cualquier edad, desde la infancia hasta la senectud. La frecuencia
de los episodios y la forma de las recaídas y remisiones pueden ser muy variables, aunque las
remisiones tienden a ser más cortas y las depresiones más frecuentes y prolongadas al
sobrepasar la edad media de la vida.
Incluye:
Trastorno maníaco-depresivo.
Psicosis maníaco-depresiva.
Reacción maníaco-depresiva.
Pautas para el diagnóstico.
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F31.0 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco-hipomaníaco
A. El episodio actual satisfaga las pautas de hipomanía (F30.0).
B. Se haya presentado al menos otro episodio maníaco-hipomaníaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
F31.1 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco sin síntomas psicóticos
A. El episodio actual satisfaga las pautas de manía sin síntomas psicóticos (F30.1).
B. Se haya presentado al menos otro episodio maníaco-hipomaníaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
C. El episodio actual satisfaga las pautas de manía sin síntomas psicóticos (F30.1).
D. Se haya presentado al menos otro episodio maníaco-hipomaníaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
F31.2 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco con síntomas psicóticos
A. El episodio actual satisfaga las pautas de manía con síntomas psicóticos (F30.2).
B. Se haya presentado al menos otro episodio maníaco-hipomaníaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
F31.3 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo leve o moderado
A. El episodio actual satisfaga las pautas de episodio depresivo leve (F32.0) o moderado
B. Se haya presentado al menos otro episodio maníaco-hipomaníaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
Se puede utilizar un quinto carácter para especificar la presencia o ausencia de síntomas
somáticos en el episodio depresivo actual:
F31.30. Sin síndrome somático
F31.31 Con síndrome somático.
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F31.4 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave sin síntomas psicóticos
A. El episodio actual satisfaga las pautas de episodio depresivo grave sin síntomas
psicóticos (F32.2).
B. Se haya presentado al menos otro episodio maníaco-hipomaníaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
F31.5 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave con síntomas psicóticos
A. El episodio actual satisfaga las pautas de episodio depresivo grave con síntomas psicóticos
B. Se haya presentado al menos otro episodio maniaco-hipomaniaco, maníaco, depresivo o
mixto en el pasado.
F31.6 Trastorno bipolar, episodio actual mixto
El enfermo ha padecido en el pasado por lo menos un episodio maniaco-hipomaniaco, maníaco o
mixto y en la actualidad presenta una mezcla o una sucesión rápida de síntomas maníacos,
maniaco-hipomaniacos y depresivos.
Pautas para el diagnóstico
Alternancia de los episodios maníacos y depresivos, separados por períodos de estado de ánimo
normal, aunque no es raro encontrar un estado de humor depresivo se acompañe durante días o
semanas de hiperactividad y logorrea o que un humor maníaco e ideas de grandeza se acompañe
de agitación y pérdida de la vitalidad y de la libido. Los síntomas maníacos y depresivos pueden
también alternar rápidamente, de día en día o incluso de hora en hora. El diagnóstico de trastorno
bipolar mixto sólo deberá hacerse si ambos tipos de síntomas, depresivos y maníacos, son
igualmente destacados durante la mayor parte del episodio actual de enfermedad, que debe
Excluye: Episodio afectivo mixto aislado
F31.7 Trastorno bipolar, actualmente en remisión
El enfermo ha padecido al menos un episodio maníaco, maníaco-hipomaníaco o mixto en el
pasado y por lo menos otro episodio maníaco, maníaco-hipomaníaco, depresivo o mixto, pero en
la actualidad no sufre ninguna alteración significativa del estado de ánimo ni la ha sufrido en
varios meses. No obstante, puede estar recibiendo tratamiento para reducir el riesgo de que se
presenten futuros episodios.
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F31.8 Otros trastornos bipolares
Incluye:
Trastorno bipolar de tipo II.
Episodios maníacos recurrentes.
F31.9 Trastorno bipolar sin especificación
Criterios DSM – IV – TR para Trastorno Bipolar
Trastorno Bipolar Tipo I:
Presencia de al menos un episodio maníaco o mixto. Se describen a continuación los criterios
diagnósticos según las características del episodio más reciente. Los síntomas de cada uno de los
episodios se describen en la tabla siguiente.
Criterios para el diagnóstico de Trastorno bipolar I, episodio maníaco único (296.0x)
a) Presencia de un episodio maníaco único, sin episodios depresivos mayores anteriores.
b) El episodio maníaco no se explica mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no
está superpuesto a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un
trastorno psicótico no especificado.
Criterios para el diagnóstico de F31.0 Trastorno bipolar I, episodio más reciente maníaco-
hipomaníaco (296.40)
a) Actualmente (o el más reciente) en un episodio maíiaco-hipomaníaco.
b) Previamente se ha presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.
c) Los síntomas afectivos provocan un malesta rclínicamente significativo o un deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
d) Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un
trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Especificaciones de curso longitudinal (con y sin recuperación interepisódica)
Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios depresivos mayores)
Con ciclos rápidos
Criterios para el diagnóstico de F31 Trastorno bipolar I, episodio más reciente maníaco
(296.4x)
a) Actualmente (o el más reciente) en un episodio maníaco.
b) Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor, un episodio maníaco o
un episodio mixto.
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
c) Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un
trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Especificar (para el episodio actual o el más reciente):
Con síntomas catatónicos
De inicio en el posparto
Especificaciones de curso longitudinal (con o sin recuperación interepisódica)
Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios depresivos mayores)
Con ciclos rápidos
Criterios para el diagnóstico de F31 Trastorno bipolar I, episodio más reciente depresivo
a) Actualmente (o el más reciente) en un episodio depresivo mayor.
b) Previamente se ha presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.
c) Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un
trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Especificar (para el episodio actual o el más reciente):
Crónico.
Con síntomas catatónicos.
Con síntomas melancólicos.
Con síntomas atípicos.
De inicio en el posparto.
Especificaciones de curso longitudinal (con y sin recuperación interepisódica).
Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios depresivos mayores).
Con ciclos rápidos. www.serviciodesaludaconcagua.cl
Criterios para el diagnóstico de F31 Trastorno bipolar I, episodio más reciente mixto
(296.6x)
a) Actualmente (o el más reciente) en un episodio mixto.
b) Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor, un episodio maníaco o
un episodio mixto.
c) Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un
trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
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Trastorno Bipolar Tipo II:
Presencia de episodios depresivos mayores recidivantes con episodios hipomaníacos.
Criterios para el diagnóstico de F31.8 Trastorno Bipolar Tipo II (296.89):
a) Aparición de uno o más episodios depresivos mayores.
b) Acompañados por al menos un episodio maníaco-hipomaníaco.
c) Ausencia de un episodio maníaco o mixto
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ANEXO 3. Abreviaturas y Glosario de Términos
Addressing Depression And Pain Together Tendencia a experimentar estados emocionales negativos, que se acompañan
Afectividad Negativa:
de características cognitivas y conductuales, como la inhibición o el retiramiento social
Procedimiento por el que la selección de una muestra y/o la asignación a un
tratamiento u otro dentro de un estudio, se hace por mecanismos de azar. En muestras suficientemente grandes, reduce las diferencias entre los distintos grupos y permite comparar el efecto de la variable estudiada sobre ellos. Instrumento de evaluación de la calidad de las guías de práctica clínica. Se
Appraisal of Guidelines entiende por calidad de las guías de práctica clínica la confianza en que los
for Research &
sesgos potenciales del desarrollo de la guía han sido señalados de forma
Evaluation (AGREE):
adecuada y en que las recomendaciones son válidas tanto interna como externamente, y se pueden llevar a la práctica. Aquella que permite evaluar el estado de salud, el crecimiento y normal
Atención de salud
desarrollo, fomentando precozmente los factores y conductas protectores e
integral del
identificando precozmente los factores y conductas de riesgo, así como los
problemas de salud, con objeto de intervenir en forma oportuna, integrada e integral, con enfoque anticipatorio, participativo y de riesgo
Child and Adolescent Mental Health Services
Mecanismo de clasificación Columbia para la Evaluación del Suicidio
Coeficiente de correlación intraclase
Intervalo de confianza
Clasificación internacional de enfermedades, 10ª versión Base de datos sobre efectividad producida por la Colaboración Cochrane,
Cochrane Library:
compuesta, entre otras, por las revisiones sistemáticas originales de esta organización.
Presencia de varias enfermedades añadidas o asociadas. Procedimiento en el que se utilizan instrumentos de evaluación poco costosos, de fácil administración y con sensibilidad suficiente para identif
www.serviciodesaludaconcagua.cl icar a los
Cribado:
sujetos con mayor probabilidad de cumplir cierta condición. Sobre los sujetos identificados de este modo se suele realizar otra evaluación basada en pruebas con mayor sensibilidad y especificidad. Proceso de derivación desde un nivel de especialidad a otro, que implica un
Derivación asistida:
proceso de seguimiento del usuario.
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders 4ª edición
Resultado de una intervención diagnóstica, preventiva o terapéutica cuando se aplica en la práctica habitual, en condiciones no experimentales. Resultado de una intervención diagnóstica, preventiva o terapéutica cuando se
Eficacia:
aplica en condiciones experimentales y/o controladas, por ejemplo, en un ensayo clínico.
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Agencia Europea de Medicamentos
Ensayo Clínico:
Estudio experimental para valorar la eficacia y la seguridad de un tratamiento o intervención.
Ensayo Controlado
Tipo de ensayo clínico en el que los pacientes son asignados de forma aleatoria,
Aleatorizado (ECA):
por medio del azar, a los distintos tratamientos que se comparan. En un contraste estadístico, si la probabilidad de que las diferencias en el efecto encontradas al comparar dos grupos es menor de un nivel de significación previamente definido, se dice que las diferencias son
estadísticamente significativas; esto es, que es muy poco probable que las
diferencias observadas entre tratamientos o grupos comparados se deban al azar. Normalmente se utiliza un nivel de significación del 5%, (p < 0,05). No obstante, debe tenerse en cuenta que una diferencia entre tratamientos puede ser estadísticamente significativa pero que ello no siempre implica que la diferencia encontrada sea "clínicamente significativa" o relevante. Un estudio en el que alguno de los implicados en el mismo no conoce qué persona está recibiendo uno u otro tratamiento (o placebo). La ocultación del tratamiento se usa para prevenir que los resultados de una investigación resulten "influenciados" por el efecto placebo o por el sesgo del observador.
Estudio Ciego:
Para valorar correctamente el cegamiento es necesario conocer quién ha sido cegado en el estudio (pacientes, investigadores, profesionales sanitarios, adjudicadores de resultados y/o estadísticos). Estudio doble ciego: se denomina a aquellos estudios ciegos en los que ni los pacientes ni los clínicos participantes conocen qué tratamientos se administran a cada grupo. Se refiere a medidas objetivas y verificadas (pruebas). Medicina basada en la
Evidencia:
evidencia, o medicina basada en pruebas científicas. Todo evento o entorno que eleva la probabilidad de ocurrencia de un evento
Factor de Riesgo:
adverso o de desarrollar una enfermedad
US Food and Drug Administration Conjunto de instrucciones, directrices, afirmaciones o recomendaciones,
Guía de Práctica Clínica desarrol adas de forma sistemática, cuyo propósito es ayudar a profesionales y
(GPC):
a pacientes a tomar decisiones, sobre la modalidad de asistencia sanitaria apropiada para unas circunstancias clínicas específicas.
Pensamientos acerca de la voluntad de quitarse la vida, con o sin planificación o
Ideación Suicida:
Insuficiencia hepática
Inhibidores de la monoaminooxidasa Número de casos nuevos de una enfermedad que se desarrollan en una
Incidencia:
población durante un período de tiempo determinado. Indica la probabilidad de que un individuo, libre de enfermedad, la desarrolle en un período determinado.
Conductas o actos que intencionalmente busca el ser humano para causarse
Intento Suicida:
daño hasta alcanzar la muerte no logrando la consumación de ésta.
Instituto de Salud Pública de Chile
Inhibidores selectivos de la Recaptación de Serotonina
Guía de Práctica Clínica No GES para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años, 2013
Metanálisis (MA):
Técnica estadística que permite integrar los resultados de diferentes estudios (de test diagnósticos, ensayos clínicos, cohortes, etc.) sobre una única variable dependiente, dando más peso a los resultados de los estudios más grandes.
Medición constante y en intervalos cortos de determinadas variables.
Morbilidad:
Enfermedad ocasionada.
Mortalidad:
Fal ecimiento provocado por determinado agente en una población. National Institute of Clinical Excellence. Institución que forma parte del NHS (National Health Service británico). Su papel es proveer a médicos, pacientes y
al público en general de la mejor evidencia disponible, fundamentalmente en forma de guías clínicas. Medida de la eficacia de un tratamiento. Es el número de personas que se necesitaría tratar ("number needed to treat", [NNT]) con un tratamiento
NNT/NNH:
específico para 330 SANIDAD producir, o evitar, un evento adicional. Del mismo modo se define el número necesario para perjudicar o ("number needed to harm" [NNH]) para evaluar efectos indeseables. Es una medida de la eficacia de un tratamiento. Si es igual a 1, el efecto del
Odds Ratio (OR):
tratamiento no es distinto del efecto del control. Si el OR es mayor (o menor) que 1, el efecto del tratamiento es mayor (o menor) que el del control.
Parasuicidio (o Gesto
Acción destructiva no letal que se considera un pedido de ayuda o una
Suicida):
manipulación sin intenciones serias de quitarse la vida. Sustancia o intervención inerte que se utiliza como control en la investigación clínica. Al administrarlo al grupo control de un estudio, permite que los sujetos
Placebo:
no conozcan a qué grupo pertenecen. Se utiliza para reducir posibles sesgos (principalmente, los derivados de las expectativas de los sujetos frente al tratamiento).
Es la proporción de individuos de una población que presentan una enfermedad o una característica en un momento, o período de tiempo determinado. Educación de los miembros de la familia y del adolescente sobre las causas, síntomas, curso, y los diferentes tratamientos de la depresión y los riesgos
asociados a estos tratamientos. Es parte de las técnicas de la terapia cognitivo conductual
Revisión sistemática realizada según la metodología de la Colaboración
Revisión Cochrane:
Cochrane y publicada en la Biblioteca Cochrane. Es una revisión en la que la evidencia sobre un tema ha sido sistemáticamente
Revisión Sistemática
identificada, evaluada y resumida de acuerdo a unos criterios predeterminados.
Puede incluir o no el metanálisis.
Revisión Sistemática
Revisión sistemática en la que los datos son extraídos únicamente de ensayos
de Ensayos
clínicos controlados, y por tanto, proporciona un alto nivel de evidencia sobre la
eficacia de las intervenciones en temas de salud.
Riesgo Relativo (RR):
El cociente entre la tasa de eventos en el grupo tratamiento y control. Su valor sigue la misma interpretación que la OR.
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Agencia escocesa multidisciplinaria que elabora guías de práctica clínica
Scottish Intercollegiate basadas en la evidencia, así como documentos metodológicos sobre el diseño
Guidelines Network
de aquéllas. Los términos relacionados con aspectos metodológicos se basan el
glosario de CASPe También denominada serie clínica, es un tipo de estudio donde se describe la
Serie de Casos:
experiencia con un grupo de pacientes con un diagnóstico similar, sin grupo de comparación. Es un error que aparece en los resultados de un estudio debido a factores que dependen de la recolección, análisis, interpretación, publicación o revisión de
los datos, y que pueden conducir a conclusiones que son sistemáticamente diferentes de la verdad o incorrectas acerca de los objetivos de una investigación. Condición clínica asociada al uso de medicamentos que promueven la neurotransmisión serotoninérgica, debido a una sobre-estimulación de receptores de serotonina, centrales y periféricos. Los signos y síntomas más
Síndrome
frecuentes son agitación o inquietud, diarrea, latidos cardíacos rápidos e
hipertensión arterial, alucinaciones, aumento de la temperatura corporal, pérdida de coordinación, náuseas, reflejos hiperactivos, cambios rápidos en la presión arterial y vómitos. Continuo que va desde la mera ocurrencia hasta la consecución del suicido,
pasando por la ideación, la planificación y el intento suicida. Término que una persona en forma voluntaria e intencional hace de su vida. La
Suicidio Consumado:
característica preponderante es la fatalidad y la premeditación
Treatment for Adolescents with Depression Study
Terapia cognitivo conductual
Trastorno por déficit atencional con hiperactividad
Terapia interpersonal para adolescentes
Treatment of SSRI-resistant Depression in Adolescents
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ANEXO 4. Niveles de Evidencia y Grados de Recomendación
Tabla 1: Niveles de evidencia
Nivel
Ensayos aleatorizados
Estudios de cohorte, estudios de casos y controles, ensayos sin asignación aleatoria
Estudios descriptivos
Opinión de expertos
Tabla 2: Grados de recomendación
Altamente recomendada, basada en estudios de buena calidad.
Recomendada, basada en estudios de calidad moderada.
Recomendación basada exclusivamente en opinión de expertos o estudios de baja calidad.
Insuficiente información para formular una recomendación.
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ANEXO 5. Cuestionario Detección Depresión Infantil de Birleson
Instrucciones: Por favor contesta tan honestamente como puedas; las frases se refieren a como tú
te has sentido la semana pasada.
No hay respuestas correctas, es importante que cuentes cómo te has sentido.
Pienso que los días que vienen serán agradables
Siento ganas de llorar
Tengo ganas de arrancar o escapar
Tengo dolores de estómago
Quiero salir a jugar fuera de casa
Tengo mucha energía
Disfruto mis comidas
Puedo arreglármelas solo, valerme por mi mismo
10 Creo que no vale la pena vivir
11 Me resultan bien las cosas que hago
12 Disfruto lo que hago igual que antes
13 Me gusta habalr con mi familia
14 Tengo sueños horribles
15 Me siento muy solo
16 Me animo fácilmente, me entusiasmo con mucha facilidad
17 Me siento tan triste que difícilmente lo soporto
18 Me siento muy aburrido, lateado, choreado
Asignación de puntaje:
Nº orden Nº orden Nº orden Nº orden Nº orden Nº orden
2-1-0 7 0-1-2 10 2-1-0 13 0-1-2 16 0-1-2
0-1-2 8 0-1-2 11 0-1-2 14 2-1-0 17 2-1-0
0-1-2 9 0-1-2 12 0-1-2 15 2-1-0 18 2-1-0
Puntaje de corte: Mayor o igual a 19 puntos. Sensibilidad 87.5% y especificidad cercanas a 93%.
Valor predictivo 50%.
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